Cuando Whitman se soñaba en sus poemas diseminado por el mundo y recreaba esa imagen poética de ser Dios y estar en todas partes y cantarse a sí mismo. Jamás imaginó que la vida sería tan irónica como para dejar su cerebro diseminado por el suelo de un laboratorio científico. Pero tiene ironías la vida...
Hojas de hierba fue su libro de poemas más revisado por el propio autor, el gran padre de la poesía norteamericana era perfeccionista y sufría de cierta inseguridad. De ahí que volviera una y otra vez sobre sus textos incluso luego de publicarlos.
Recompuso los poemas muchas veces y él mismo financió la publicación de su poemario, al que no le faltaron críticas. Diez años después, tras la muerte de Lincoln, nació Oh Capitán! Mi capitán! sin dudas su poema más famoso.
La poesía de Whitman: una profunda exaltación a lo material
La poesía de Whitman está marcada por una profunda exaltación a lo material en contraste con la poesía idealista y simbolista de su época. Un poema de Whitman es un viaje por un espacio donde puede advertirse el alma tras las cosas, el alma bajo el cuerpo.
El lector avanza entre las palabras para estar cerca de la piel, para tocarla incluso, para soñar e imaginar la esencia, pero el alma nunca podemos verla ante nuestros ojos. Whitman no rompe el templo donde late la existencia. Lo acaricia, lo besa y lo recorre pero su admiración es tan grande que lo mantiene intacto. Es un poeta dios, sus poemas son oraciones al mundo y a sí mismo.
Su sexualidad ha propiciado más de un debate y de una investigación. Los que niegan su homosexualidad han recibido muchas veces como respuesta: "Debería preguntarle a Peter". Whitman sigue siendo el misterio que enamoraba a todos, de ahí que se le haya clasificado como bisexual. Lo cierto es que bajo su sombrero, su barba, y tras su mirada, el encanto que fascinó al poeta granadino y a tantos otros.
Whitman se soñó entre el mundo, entre las sombras y las luces de las ciudades, se imaginó centro del universo que creó con sus poemas.
"Hojas de Hierba", dicho en voz viva, como los buenos poemas...
Pero tiene ironías la vida y es sabido que tras la muerte del poeta, conociéndose su fascinación por los cerebros, el suyo se envió a la Sociedad Antropométrica Americana para ser medido y pesado. Allí, a un trabajador del laboratorio se le resbaló de las manos y el cerebro del padre fundador de la poesía norteamericana terminó desparramado por el suelo, barrido y arrojado a la basura.
Por suerte tenemos sus poemas, la imagen viva del poeta. Entonces, sean dichos esta noche sus versos en voz viva, como reclaman ser dichos los buenos poemas. ¡Disfruten la función!
Charles Wrapner (Palabras al programa de mano)
Dirección: Adonis Milán
Actuación: Rainer Hernández
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