Un joven descubre en un lobby en La Habana un cuadro del pintor cubano Nelson Domínguez, Premio Nacional De Artes Plásticas de Cuba en 2009, y se siente ofendido por el supuesto "homenaje" del artista a la jazzista cubana Daymé Arocena. Le hace una foto a la obra colgada y la publica con sus opiniones. Es tan grotesco, que estallan las redes sociales.
Este joven es Hamlet Fernández Díaz y es crítico de arte, por lo que se permite expresar su opinión especializada: "En este caso lo que vemos es una animalización grosera y grotesca de una gran artista, una mujer con una gran voz y un gran carisma en el escenario"
Daymé Arocena respondió de algún modo, en sus redes, aludiendo a la discriminación sufrida, por negra, por gorda y también quizás por sus ideas políticas: "Transitar por donde yo he transitado puede ser destructivamente doloroso, cuando creces dentro de una sociedad donde ser todas las cosas que eres raras veces se asocian con la belleza."
Esta cantante ha sido elogiada por su capacidad para conectar géneros y culturas musicales diferentes, creando un sonido distintivo que ha resonado tanto en Cuba como internacionalmente. Su música no solo destaca por su calidad artística, sino también por cómo celebra y preserva la rica herencia cultural de Cuba.
Para el artista Julio Llópiz, esta representación debería ser otra, o sea, el Premio Nacional de las Artes Plásticas debería atreverse a "homenajear" a Fidel Castro. Así, Llópiz ha hecho de las suyas y, sobre la misma obra de Domínguez, ha insertado la imagen de un Fidel Castro iracundo.