Este lunes fue dado de alta médica el artivista Luis Manuel Otero Alcántara, tras veintinueve días de reclusión en el Hospital Universitario General Calixto García, en la capital cubana.
“Durante su estancia hospitalaria su evolución ha sido favorable, con parámetros clínicos y de laboratorio que ya se encuentran todos dentro de rangos normales”, informó una nota publicada en la página de Facebook de la Dirección Provincial de Salud de La Habana, que insistió en mantener el diagnóstico inicial de "inanición voluntaria referida", con el que Otero Alcántara ingresó a la institución hospitalaria.
Luego de una huelga de hambre y sed interrumpida en su octavo día, las autoridades cubanas con ayuda de personal médico infringieron la vivienda del artivista el pasado 2 de mayo, y lo trasladaron al Calixto García, en condiciones poco claras. Desde entonces el centro médico permaneció custodiado por decenas de policías y agentes de la Seguridad del Estado que impidieron el acceso al paciente.
Pocos familiares pudieron visitarlo en su estancia que se postergó por casi un mes —a pesar de que los partes médicos afirmaban su mejoría—, y varios de los amigos y personas solidarizadas con su causa fueron arrestados al intentar llegar al hospital, como en el caso del opositor Adrián Curuneaux.
A la petición constante de fe de vida del artivista, exigida por la sociedad civil cubana y varias organizaciones de derechos humanos, el régimen respondió con la publicación de cinco videos en este período, en los que se intentó denigrar la imagen de Luis Manuel y con el claro objetivo de desvirtuar las informaciones que hablaban de una posible continuidad de la protesta por parte del artista.
Al respecto, tras su alta médica, Otero Alcántara ofreció breves declaraciones al medio de prensa Cubanet, en las que afirmó que no había visto los videos y que pronto aclarará "cuanto hay de verdad y cuanto de mentira" en ellos.
“Me he enterado de que muchos amigos están presos. Ahora mismo tengo que actualizarme y salir del shock, pero lo que sí está claro es que voy a seguir puesto, vamos a seguir luchando”, recalcó.
“No tengo acceso a las redes sociales, no tengo teléfono. El teléfono lo tiene la Seguridad del Estado. Literalmente (estuve) un mes incomunicado, con acceso, poco, a mi familia. Ahora necesito actualizarme, ver qué pasó, qué está pasando y ahí les contaré todo lo que me sucedió, todo lo que pasó, la relación con los médicos, la relación con la Seguridad del Estado, cuánta verdad, cuánta mentira (hay) en lo que está publicado”, explicó.
En otro momento refirió que se hallaba “relativamente bien desde el espacio físico”, pero “preocupado” por sus amigos presos.
El artivista permanece en casa de su tía, en el Cerro, según declaró en ese video compartido en redes sociales.