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Poesía cubana | "Hemos llegado a Ilión" / Magali Alabau

"La comparación entre Cuba e Ilión engrandece la trama, establece similitudes complejas y dramáticas. Al elegir esa metáfora expresé lo que sentí al descubrir La Habana que ya no era. Vi ruinas", declara la autora.

"Como si fuera un iceberg" (2003)
"Como si fuera un iceberg" (2003) | Imagen: Cirenaica Moreira

HEMOS LLEGADO A ILIÓN

(Fragmento)

Ya estás en el cuarto, lo has reconocido, tus noches,

tus papeles echados en la cesta, la imagen diosdada del asfalto

se interpola en los mosaicos de esta triste casa.

Están tus puntos, los centauros, las paletas consignas,

los retratos, están tus camas, tus orgasmos

están en las paredes desplegados.

Está el vino a la intemperie, está el cigarro,

las cucarachas saliendo a recibirte:

Bienvenida la artista, la coma, el relicario.

Está fugaz tu vida entera, asomada sorda, ya sin fardos.

¿Quién soy? ¿De dónde vengo? Soy Ulises, Electra,

soy la luna, el triunvirato, soy Perséfone perdida,

seis meses allá en sangre viva, seiscientos siglos acá

ya sin certeza.

Estás ahí, ciudadana del mundo,

contemplando tu espejo, sin preguntas.

Afilando la hora, marcando tus líneas agotadas.

Ahí de frente te saludo.

No, no vine a mi juicio.

Vine a enjuiciar al hombre.

Habitantes, Hijas del Pueblo

S e ñ o r a s y S e ñ o r e s

Abran los brazos y digan como en las pastorales

ELDOMINUSVOBISCUM.

Ahí está el Éufrates, la milenaria ostentación del Vellocino.

¿Me entienden Rencillas Redes Patronímicos,

Fratricidas?

Ahí estás en esas colas, en esas aves que picotean,

en esas líneas, en esa geometría,

en esa sonda de obstáculos.

Ahora sí que voy a llorar. Pero sí, lo sé.

Todos lo esperan. Pero no. No repito la escena.

Estás, eres el juez.

Eres el enajenado aquel que no mira las flores

ni sabe su nombre. No conoce de nombres.

Eres aquel que ríe por todas las sandeces,

ese que no lee ni sabe de números.

Eres el espantapájaros.

Eres el que nunca pensábamos nos salvaría.

Eres quien me comprende.

El que pones los dedos en mi herida y la alivias.

Eres el que en la infancia no temiste a la muerte,

el sirviente. Eres esa mano fortuita que me aguanta las sienes.

Eres aquel bobo del barrio que camina con las paticas zambas,

el que hace que todos repercutan en risas,

el que lame los suelos,

el que no espera un puesto en el espíritu,

el que recibe la muerte y la vida, dos mellizas.

Aire, cuando entras en mi pecho se ensancha la verdad.

Aire, cuando me tocas duermo como ángel capaz, sin ilusiones.

Alivio, aire, te vas en mi pecho como las bocanadas.

Puedo redimirme ahora que estás dentro.

El lenguaje: déjame ver qué diría para hacerte más bella.

He llegado a Ilión.

Las cosas no han cambiado.


Notas

Hemos llegado a Ilión es un libro-poema escrito por la actriz, directora teatral y poeta cubana Magali Alabau, tras regresar a la isla después de veinte años de exilio en los Estados Unidos desde 1966. En este texto vuelca todas las impresiones que le provocó el breve retorno a la nación donde fue expulsada de sus estudios dramáticos en 1965, cuando, según declaró en entrevista con Montse Ordóñez:

Ya no se descalificaba por talento sino por preferencia sexual o por no estar de acuerdo con el curso que la revolución cubana tomaba en aquel entonces. 

Publicado por primera vez en 1992 y reeditado en 2013 por la Editorial Betania (Madrid) este título, "junto a toda su obra poética, es un punto de inflexión, de no retorno, de cambio irreversible en los cardinales líricos de la isla", según apuntó el escritor y profesor Yoandy Cabrera. 

Magali Alabau: "El miedo a estar en Cuba ya es endémico en mí."

Si en lugar de Hemos llegado a Ilión el título hubiera sido Hemos llegado a Cuba, desde el mismo título se vendería la trama; Ilión es más universal, aunque el poema trata específicamente de Cuba. Es una metáfora también comparar a Cuba con Troya. Le da otra dimensión contar el viaje a través de la mitología. La comparación entre Cuba e Ilión engrandece la trama, establece similitudes complejas y dramáticas. Al elegir esa metáfora expresé lo que sentí al descubrir La Habana que ya no era. Vi ruinas.

Perséfone pasa seis meses en el Hades y seis meses en otro espacio que le es familiar y con su madre. Pasé unas semanas en un lugar donde pensé encontraría lo familiar, pero donde también encontré ojos vigilantes. Un lugar donde tenía que actuar muy cuidadosamente y autocensurarme. ¿Y de verdad había tal vigilancia? En mi caso no sé, pero antes de irme de Cuba vivía con miedo y el miedo no se me quita cuando pienso en ese lugar. Ni lógica ni razonamiento. El miedo a estar en Cuba ya es endémico en mí.

La Patria. Nunca la palabra me ha gustado. Patria de Padre. Tiene connotaciones autoritarias. Repetida y multiplicada por la revolución con minúscula y por todo aquel que asocia un lugar específico, una punzada territorial. No tengo patria. En todo caso es un estado anímico, cuando encuentro paz interior. Perséfone Pérez es la fusión del personaje, el mito y yo. No escogí Perséfone Alabau, sino Pérez que es el apellido de mi madre. No pude apreciar en las ruinas ni una florecita naciendo entre las rocas. No hay nada en ese lugar que me conforte. Solo los turistas con ojos vendados y guías, o los izquierdistas extranjeros con espejuelos bifocales pueden pasar por tanta miseria y desolación. Para ellos Cuba es una gente bulliciosa y tropical. 

Los cubanos se comportan con bondad con el turista, pero el gobierno con esas leyes apátridas los hace sentir tan por debajo. Cuando llevé a mi hermana al restaurante del hotel donde me hospedaba no quisieron servirle a ella y a su esposo. Tuve que enseñar mi pasaporte y ellos sus carnés de identidad y hablar yo con el gerente del hotel. Una Troya vencida. Y lo digo ahora como lo dije cuando escribí el libro, lo absoluto no admite variaciones. No admite eso de la educación cubana y eso de la salud pública a manera de justificar la injusticia. Es una realidad tóxica. La falta de libertad es tóxica, la intolerancia es tóxica. Así que los detalles no cuentan, porque la ausencia de un derecho como la libertad individual y colectiva produce veneno y esa toxicidad que lo abarca todo. 

Yoandy Cabrera: “Magali Alabau: ‘Me interesan las personas, no la literatura’”, entrevista en Deinós, agosto 25, 2020.

María Lucía Puppo: "Redefine los contornos de una Habana ruinosa, hostil y espectral"

El poema analizado no pretende recuperar la tierra de origen, pero, sin embargo, desde la ironía y el desagrado redefine los contornos de una Habana ruinosa, hostil y espectral. No apunta a brindar una visión nostálgica, aferrada a un pasado perdido, ni mucho menos a abonar la literatura de la "cubanidad exotizada". Por el contrario, delinea el perfil de una urbe perdida y solo por fragmentos reencontrada, hecha de capas de tiempo y olvido, que opera sinestésicamente como metonimia y alter ego de la voz poética: "Estoy en la ciudad, negligente, henchida de gris y de presente"

Cesuras y rimas internas, paronomasias y paralelismos son recursos que buscan expresar las sensaciones de una protagonista por momentos desaprensiva, obsesiva o paranoica cuando se topa con los signos y los seres de la ciudad. La mitología y la espectralidad potencian las facetas más temibles de una experiencia urbana marcada por la decadencia arquitectónica y la hipocresía de sus habitantes. Como en otros poemarios críticos de la Revolución Cubana, son recurrentes en el texto de Alabau los imaginarios kafkianos del laberinto, el juicio y la condena.

María Lucía Puppo: "Sobre el arte de no pertenecer: la experiencia del pos-exilio en Hemos llegado a Ilión de Magali Alabau", Recial, Vol. XIV, Nro. 23, enero-junio de 2023.

Milena Rodríguez Gutiérrez: "Lo que hay, sobre todo, aquí, son confrontaciones entre pasado y presente"

Como ha observado Luisa Campuzano, uno de los rasgos fundamentales que caracterizaría al texto de Alabau frente a muchos de los poemas del exilio cubano, y del exilio en general, que tematizan este acontecimiento, es "la inversión del espacio elocutivo, su traslado del ámbito del destierro, escenario habitual de la literatura del exilio, al ámbito de la patria", patria infierno, ex-patria, habría quizás que precisar. Y es que, al contrario que muchos poemas cubanos de este tipo, el de Alabau no se construye desde el lugar de destierro, desde la ausencia, y más que añoranza o nostalgia del pasado perdido, lo que hay, sobre todo, aquí, son confrontaciones entre pasado y presente. 

Milena Rodríguez Gutiérrez: "Magali Alabau es Perséfone Pérez o cómo volver a Ilión". Prólogo a Hemos llegado a Ilión, Colección Betania de Poesía, Editorial Betania, Madrid, 2013.

Yoandy Cabrera: "Un poemario liminal y movido entre diversas fronteras"

Un poemario liminal y movido entre diversas fronteras no solo por el tratamiento del doble, por tu experiencia vital de emigrada, por la ensoñación y la superposición de espacios en la memoria y el discurso, sino también por su propia ubicación finisecular. En este caso, el reverso mítico viene marcado tanto por la voz femenina y el doble (semejante a Electra, Clitemnestra), como por la vuelta a Cuba-Ilión. No es un héroe tradicional masculino regresando de Troya a Grecia, sino un sujeto femenino emigrante que, después de años viviendo en Estados Unidos, vuelve de visita a la isla. El héroe homérico en esta recontextualización del nostos es, por tanto, una emigrada cubana que vuelve de la Grecia norteamericana (es decir, del mundo desarrollado), a la intimidad y la realidad prosaica de la isla-cárcel llamada Ilión. Vuelve en calidad de turista. Vuelve para irse nuevamente. Vuelve para la autoafirmación y el extrañamiento a partes iguales. 

Yoandy Cabrera: “Magali Alabau: “Me interesan las personas, no la literatura””, entrevista en Deinós, agosto 25, 2020.

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Magali Alabau

Magali Alabau

(Cienfuegos, Cuba, 1945). Reside en New York desde 1966. Hasta mediados de los años 80’s desarrolló una amplia carrera teatral. Tras retirarse del teatro comenzó a escribir poesía. Obtuvo el Premio de Poesía de la Revista Lyra (New York,1988), la Beca Oscar B. Cintas de creación literaria (1990-1991) y el Premio de Poesía Latina (1992), otorgado a su libro Hermana por el Instituto de Escritores Latinoamericanos de Nueva York. Autora de múltiples libros. Sus poemas han aparecido en revistas y antologías en Estados Unidos, Cuba, Europa y América Latina. En la actualidad reside en Woodstock, New York.

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