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Poesía cubana | "Generación" / Ramón Fernández-Larrea

"Nosotros los sobrevivientes / a nadie debemos la sobrevida / todo rencor estuvo en su lugar / estar en Cuba a las dos de la tarde / es un acto de fe"...

Dibujo de Raychel Carrión
Dibujo | Imagen: Raychel Carrión

GENERACIÓN

Nosotros los sobrevivientes

a nadie debemos la sobrevida

todo rencor estuvo en su lugar

estar en Cuba a las dos de la tarde

es un acto de fe

no conocía mi rostro el frank con su pistola

yo tampoco conozco la cara

de quien va alegremente a joder en mi cama

en mi plato sin la alegría que merece

o que merecería si soy puro

viejo tony guiteras el curita los tantos

que atravesaron una vez la luz

no pensaron que yo sería ramón

sudaron porque sí porque la patria gritaba

porque todas las cosas estaban puestas al descuido

este es mi tiempo lleno de alambres y beirut

de esa bomba callando

era verdad lo que juanito dijo

la felicidad es una pistola caliente

un esplendor impensado una rosa

todos tenemos alguna estrella en la puerta.


Notas

Ramón Fernández-Larrea: "Levanta la bandera de la inconformidad"

No tengo clara la fecha exacta de cuando escribí el poema "Generación", que muchos críticos presentan como una respuesta al poema "El otro", de Roberto Fernández Retamar.

Creo que fue escrito entre 1982 o 1983 porque apareció en la antología de poetas cubanos Usted es la culpable (Colección Caimán, Editorial Abril, 1985), que hizo Víctor Rodríguez Núñez. Lo ubico en esas fechas posibles pues antes de 1982 estuve trabajando en la brigada de instructores de arte XX Aniversario, en Jagüey Grande, Matanzas, donde fundamos la revista Espiga, que solamente tuvo tres números y el poema no apareció en ninguno de ellos.

No he podido rastrear tampoco si algún medio nacional lo publicó antes de 1984, pero no me explico por qué el poema fue tan conocido de pronto, que lo citaban a cada paso y me lo pedían.

Recuerdo que, más que una respuesta (generacional, por supuesto) a aquel poema de Retamar, fechado el 1 de enero de 1959, era mi visión personal sobre la lucha insurreccional y la revolución cubana. El poema tiene la decisión de cortar por lo sano los "agradecimientos" a quienes se sacrificaron o perdieron la vida por aquel cambio político, pero levanta la bandera de la inconformidad.

Durante la década del 80 fui desmontando mentalmente las prisiones ideológicas en las que habían encerrado a los nacidos después de 1958. La estampida por el puerto del Mariel sacudió terriblemente mis convicciones políticas, y eso era peligroso para un joven como yo, hijo de padres que habían apoyado el proceso, en una familia profundamente fidelista y revolucionaria.

Confieso que aún padecía de una asombrosa ingenuidad pensando que éramos nosotros los que estábamos destinados a hacer los cambios que Cuba pedía a gritos ya a esa altura. La caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y del campo socialista en general, confirmaron mis creencias, pero también me dio una clara respuesta: los que estaban en el poder no lo iban a dejar en otras manos, y menos en las nuestras, que supuestamente les debíamos a ellos la felicidad.

Recuerdo dos anécdotas alrededor del poema. Amigos cercanos de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), de jóvenes artistas de Cuba, me convencieron de leer en voz alta "Generación" precisamente en el primer Encuentro Nacional de Artistas Jóvenes, celebrado en el Palacio de las Convenciones en 1986, con la presencia de Fidel Castro. Me costó mucho vencer el temor que la figura del comandante imponía. Recuerdo que esos dos amigos me insistieron dos veces y yo cerré los ojos, me levanté y pedí la palabra y allí mismo solté el poema, que fue recibido con grandes aplausos. Cuando miré hacia el escenario, el propio caudillo estaba de pie, aplaudiendo. Confieso que me temblaron las piernas, y que estuve varios días mirando hacia atrás, pensando que algún miembro de la Seguridad del Estado me seguía, porque, de alguna manera, el poema era como un enfrentamiento al adoctrinamiento, o una postura peligrosa y no permitida.

La otra anécdota responde a quienes se cuestionaron si esta supuesta respuesta que desmentía al poema de Retamar había traído enfrentamientos personales y animosidad entre nosotros. No fuimos cercanos el poeta y profesor, pero yo lo respetaba, y él lo sabía. En la Feria del Libro de Guadalajara, México, del 2002, en la que Cuba fue la invitada, y donde se suscitaron enfrentamientos entre alabarderos del gobierno cubano con otros creadores que vivíamos en el extranjero, asistí a una presentación dentro del evento, y cuál fue mi sorpresa al ver que Roberto Fernández Retamar se levantaba del público y venía hacia mí para darme un abrazo. Eso me hizo respetarlo más.

Mirando ahora a mi país y todo lo que ha pasado, veo que "Generación" más que un poema contestatario o de protesta, fue una especie de declaración personal, que casualmente coincidía con la visión y las aspiraciones de mucha gente honesta de mi edad. Le agradezco mucho a ese poema y a las puertas que me abrió. De las que me cerró no me enteré.

Vilanova i la Geltrú, Catalunya, el sábado 22 de noviembre de 2025.

Texto exclusivo escrito por el poeta para Árbol Invertido. 

Osmar Sánchez Aguilera: "Proclama la existencia de un sujeto centrado en sí mismo"

Mientras que "El otro" parte de admitir el lugar subordinado correspondiente al sujeto de ese discurso y al discurso mismo en relación con el héroe o mártir y los discursos que éste protagoniza; en "Generación" se proclama la existencia de un sujeto centrado en sí mismo, y de un discurso poético homólogo, a partir de la aceptación de la diferencia entre ambos campos. (De la Utopía que justificaba la relación de subordinación entre discursos correspondientes a diversos campos se había pasado a las utopías). 

La comunicación posible del nuevo poeta con el mártir o héroe no dependía ya de alguna acción individual relevante, sino de su sola pertenencia a (o permanencia en) una comunidad para la que el ejercicio de esta condición ha representado el pan de cada día durante décadas: "estar en Cuba a las dos de la tarde / es un acto de fe".

Osmar Sánchez Aguilera: "Otros ámbitos, nuevas voces: territorialidad de la poesía cubana (1987-2000)", Anales de Literatura Hispanoamericana, Vol. 31, 2002. 

Carmen Alemany Bay: "La patria se ve con ironía desacralizadora"

Partiendo de la recreación del poema "El otro", de Roberto Fernández Retamar, Fernández-Larrea confiere al texto un significado antagónico en el que se intenta compatibilizar el arranque existencial con la individualidad. Frente al carácter casi epigramático del texto de Retamar, y frente a la contención de aquel, el autor de "Generación" dilata el discurso con la finalidad de dejar explicitados los cambios puntuales que inciden en las coyunturas políticas del presente; e incluso no vacila en poner rostro a los responsables. 

En “Generación”, el tema de la patria se ve con ironía desacralizadora y ésta adquiere un valor anímico. El autor, sin desestimar cierto sentimiento colectivo, se recrea en un entorno cotidiano que ayuda a singularizar la experiencia lírica y a desmitificar el componente idiosincrásico; una personalización ética que combina las propias convicciones ideológicas con el compromiso hacia su patria. Será a partir de este texto del poeta de Bayamo cuando la poesía sobre la nación, la patria, adquiera toda su dimensión.

Carmen Alemany Bay: "Nación y memoria en la poesía cubana de la revolución", Atenea (Universidad de Concepción, Chile), Nro. 497, 2008.

Emilio García Montiel: "La supervivencia corresponde a la cotidianeidad del sujeto lírico"

Si en el poema de Retamar, la incertidumbre (¿a quiénes?, ¿quién?, ¿sobre qué muerto?, ¿dónde él no está?) es planteada como agradecimiento vergonzante con respecto a un héroe (anónimo o colectivo) cuya muerte (en el pasado) permite la existencia del sujeto lírico en el presente, en el poema de Fernández-Larrea, y tal vez en el espíritu de su poesía en la época, sucede justamente lo contrario: el héroe (en el pasado) y el poeta (en el presente) están cada uno en su sitio, la supervivencia corresponde a la cotidianeidad del sujeto lírico, mientras que la incertidumbre, al porvenir.

Emilio García Montiel: "El poema que sostiene al mundo", Diario de Cuba, octubre 21, 2015.

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Ramón Fernández-Larrea

Ramón Fernández-Larrea

(Bayamo, Cuba, 1958) Es un poeta, ensayista y guionista de radio y televisión. Ganador del Premio Nacional de Poesía "Julián del Casal" en 1985 por El pasado del cielo y del Premio de Poesía "Julio Tovar" en 1997 por Terneros que nunca mueran de rodillas, emigró al exilio, residió en Canarias y más tarde en Barcelona, donde fundó la emisora Radio Gladys Palmera. Su obra —que incluye títulos como Poemas para ponerse en la cabeza (1989) y Nunca canté en Broadway (2005)— explora el desarraigo, la memoria y la poesía contemporánea cubana desde una mirada crítica y renovadora.

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