La segunda edición de la monografía Instituto Edison: Escuela de vida, del autor Armando Añel, y prologado por Carlos Alberto Montaner, se encuentra disponible tanto en su versión en español, como en inglés, en la plataforma digital Amazon. Con subtítulo, Vida, obra y legado de la Dra. Ana María Rodríguez de Gutiérrez, el libro versa sobre una de las más prestigiosas escuelas privadas en la historia de la educación cubana en la República y su principal fundadora.
“En Instituto Edison: Escuela de vida asistimos a la reveladora cronología de la enseñanza privada en Cuba. Sobre todo, leyendo este libro puede comprenderse lo vital que resulta, de cara al futuro de la Isla, una educación independiente que libere la creatividad, y cultive la responsabilidad, de la juventud cubana. No sorprende entonces que, llegados al exilio en la década de 1960, la mayoría de los egresados del colegio triunfaran, destacaran o fluyeran en sus respectivos ámbitos profesionales”, opinó Añel en un comunicado de prensa de la Fundación Vista Larga.
Ante el éxito de la primera edición —agotada—, en 2006 y a cargo de la editorial Orbe et Urbe, el autor decidió emprender esta nueva versión de manera independiente, para reunir en 260 páginas un material que recoge, entre otros, testimonios gráficos y escritos, reflexiones, apuntes y planes de estudio. La obra gira en torno a la figura de Ana María Rodríguez de Gutiérrez, pedagoga y quien llegaría a ser directora del Instituto, presente siempre en sus treinta años de trabajo, en los que llegó a albergar a “algo más de tres mil estudiantes cuando fue intervenido por el castrismo, y estaba valorado en tres millones de dólares de la época", según la nota.
“Cultivamos un tipo de alumno responsable, cooperativo, que actúa por sí mismo. Así logramos que la escuela llegue a ser verdaderamente la vida”, fue la reflexión de Rodríguez de Gutiérrez que recordaron los de Vista Larga, y que resume el espíritu de un sistema de enseñanza que llegó a marcar a muchos cubanos.
El Instituto Edison fue fundado el 4 de noviembre de 1931, en el número 25 de la calle Juan Bruno Zayas, de la barriada habanera de La Víbora, por los siete hermanos Rodríguez de Gutiérrez (todos maestros), bajo la advocación del inventor norteamericano Tomás Alva Edison, fallecido por ese tiempo, y cuyo ejemplo había impactado a cubanos tan notables como José Martí o Enrique José Varona.
Con sólo cinco alumnos al comienzo, cuando fue intervenido en 1961 por el régimen de Fidel Castro —poniendo fin a la educación privada en la isla—, el Instituto se había convertido en uno de los mejores colegios laicos del país, en un momento en el que la enseñanza en Cuba era privilegiada por la presencia de instituciones como La Salle del Vedado, los Maristas de la Víbora, los Escolapios de Guanabacoa, de La Habana y de la Víbora, Baldor, las Ursulinas, St. George's, Arturo Montori, Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora del Pilar y otros.
“En el Instituto Edison no se descuidó absolutamente nada: el terreno académico, el deportivo, el intenso dominio del inglés, la música, el aprendizaje práctico del comercio, la banca y las finanzas, la radio, las artes plásticas… Había, naturalmente, un método de enseñanza, y era el que preconizaba John Dewey: aprender haciendo, no memorizando”, dice en el prólogo y en la reseña en Amazon el reconocido escritor y periodista Carlos Alberto Montaner.
Actualmente existe la Asociación de Exalumnos del Instituto Edison en el exilio, que hasta junio de 2019 contaba con 835 miembros, dispersos por el mundo, y que cada año celebra una reunión en el mes de noviembre, en la ciudad de Miami, Florida.
“La institución era una institución que representaba el orden. Un orden armonioso, eso sí, no un orden de imposición autocrática; por el contrario, se trataba de una imposición dialogante, abierta, en beneficio de todos, de la comunidad, del alumnado y del profesorado”, opinó por su parte el afamado poeta de la diáspora José Kozer, quien fue alumno de la institución, como rememoró también en estos versos:
¿Kozer,
qué lees? Libros,
libros, libros. El doctor
la Mata, mil novecientos
cincuenta y cuatro,
Instituto Edison, Tercero
de Bachillerato, “jamás
me acuesto sin haber
leído mínimo media
hora”.
(Poema "Leer, leer, dormir (13389)", publicado en Hypermedia Magazine)
Instituto Edison: Escuela de vida, es una de las dos obras testimoniales o biográficas que cuenta en su aval el escritor, editor y periodista cubano Armando Añel. Ratificando su objetivo de la primera edición del libro, y según reza el comunicado, Añel espera contribuir “a que el lector comprenda el importante papel que jugó, y que deberá jugar tras el fin del totalitarismo, la educación privada en Cuba”, pues, "sin inciativa individual, sin educación independiente, sin objetividad en la enseñanza, resulta inviable la Cuba de todos y para el bien de todos a que aspirara Martí".