DOS GARDENIAS
Compositora: Isolina Carrillo (La Habana, Cuba).
Género: Bolero.
DOS GARDENIAS
Dos gardenias para ti,
con ellas quiero decir:
te quiero, te adoro, mi vida.
Ponles toda tu atención,
que seran tu corazón y el mío.
Dos gardenias para ti
que tendrán todo el calor de un beso,
de esos besos que te di
y que jamás te encontrarán
en el calor de otro querer.
A tu lado vivirán y se hablarán
como cuando estás conmigo
y hasta creerán que se dirán:
te quiero.
Pero si un atardecer
las gardenias de mi amor se mueren,
es porque han adivinado
que tu amor me ha traicionado
porque existe otro querer.
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Sobre la compositora
Isolina Carrillo nació en La Habana el 9 de diciembre de 1907 y falleció en la misma ciudad el 21 de febrero de 1996, a los 88 años de edad. Fue una destacada compositora, pianista y cantante cubana cuya obra marcó profundamente la música popular latinoamericana. Proveniente de una familia musical, aún una niña, hizo su debut como pianista en la Orquesta de Calixto Allende, que dirigía su padre. Contó en una entrevista que "a la edad de 10 años hice mi debut ante el público, reemplazando al pianista que tocaba en la orquesta de mi padre, debido a que se encontraba enfermo. El pianista de turno no llegó y mi padre no sabía qué hacer. Entonces uno de los músicos dijo: 'La niña hace maravillas', y ahí mismo me enganché para ganar algún dinerito para la comida de la familia". Isolina Carrillo compuso más 300 temas musicales: óperas, zarzuelas, rumbas y números de chachachá, demostrando su virtuosismo musical.
Posteriormente se formó en el Conservatorio Municipal de La Habana. Antes de consagrarse como compositora, fundó en 1933 el septeto femenino Las trovadoras del Cayo, en el que cantaba y hacía las inspiraciones vocales en los montunos o estribillos, además de ejecutar la trompeta. Se presentaron en escenarios de Camagüey, Santiago de Cuba, Santa Clara y Cienfuegos, compartieron con las orquestas de Orestes López, Neno González, Anacaona, así como con el septetos Habanero e Indias del Caribe. Fueron aclamadas en las Sociedades Habaneras, San Francisco de Paula y Jóvenes Amigos, como en los cines Nora, Strand, Imperio y el Gran Cine Esmeralda, hasta que se disuelven en 1935, dadas las ansias de Isolina de trabajar como pianista solista y acompañante de célebres cantantes. Después integró un trío con el reconocido guitarrista Vicente González Rubiera "Guyún" y el cantante Marcelino Guerra "Rapindey", y ella ejecutaba el piano.
Durante la década de 1940 compuso boleros, guarachas y sones, entre los que se encuentran clásicos como "Fiesta de besos", "Canción sin amor", "Increíble" y, sobre todo, "Dos gardenias", que ha sido interpretado por decenas de cantantes en toda América y España. Su versatilidad como intérprete, su talento como instrumentista y su capacidad creativa la convirtieron en una figura emblemática de la música cubana, un legado que perdura más allá de su época.
El bolero "Dos gardenias": ¿qué lo inspiró?
"Dos gardenias” nació en 1945, en un estudio de la emisora RHC‑Cadena Azul en La Habana, en la que Isolina Carrillo trabajaba como pianista. Cuenta la leyenda que una tarde de primavera una alumna le llevó dos gardenias de regalo, pues eran sus flores favoritas, las dejó en un vaso sobre el piano y la melodía surgió al sentir Isolina su aroma y fragancia. “Ahí nació la canción”, confesó en entrevistas posteriores. Luego declaró que "manifiesta los sentimientos de todos los enamorados, en cualquier lugar del planeta en que se encuentren. Hay canciones que hablan de desamores, de angustias, celos y pasiones frustradas, y esta transmite todo lo contrario. 'Dos Gardenias' es un canto a la ternura y la esperanza."
Otra versión señala que sufrió un desaire en una fiesta a la que no la invitó un joven compositor por ser mujer y negra, entonces regresó al piano y convirtió esa experiencia triste en la melodía inmortal que es. Una tercera historia de origen habla del machismo y el racismo que experimentó Isolina Carrillo en RHC-Cadena Azul, a pesar de su talento probado. Antes de "Dos gardenias", ya había compuesto temas populares como "Fiesta de besos" y "Canción sin amor", pero seguía siendo tratada con cierta condescendencia por algunos de sus colegas hombres, en un medio dominado por figuras masculinas.
Estudiosos de la radio en Cuba, como Oscar Luis López (autor del libro La radio en Cuba) refieren que cierto día, un empleado le informa al director de RHC-Cadena Azul, amadeo Trinidad, que “hay un negrita que gana 600 pesos mensuales”. En el artículo "Una anécdota de nuestra radio" de Argelio Santiesteban, este recuenta:
Trinidad averiguó en torno al asunto. Y se entera de que “la negrita” se enseñorea del piano, del órgano, de la guitarra, del tres, de la trompeta y del bongó. Además, su cuerpo oscuro alberga un talento musical que le permite engendrar clásicos como “Dos gardenias”, “Miedo de ti” o “Sombra que besa”. Trinidad, ásperamente, le dice al empleado que mantenga el monto del salario. Claro está: “la negrita” se llamaba… ¡nada menos que Isolina Carrillo!
El calificativo hirió profundamente su orgullo artístico, pero Isolina, en lugar de responder con enojo, se dirigió al piano y comenzó a escribir una nueva canción inspirada en la dignidad del artista frente a la mediocridad del entorno. Así, en “Dos Gardenias”, las flores simbolizarían el valor inmaterial del amor y la belleza, algo que ningún dinero podía comprar. La canción —de aparente delicadeza romántica— puede leerse también como una declaración de independencia artística y femenina. Carrillo demostró que la sensibilidad y la creatividad eran sus verdaderas riquezas, y “Dos Gardenias” terminó convirtiéndose en su venganza más elegante: la obra le daría fama mundial y relegaría al olvido a aquel conductor que la había llamado “musiquita”.
Primera grabación y éxito mundial
La primera grabación del bolero fue hecha por el barítono Guillermo Arronte en 1945 para la propia RHC-Cadena Azul. Arronte se casaría con Isolina Carrillo. Quizás el amor surgió a partir de este tema que compartieron. Pero la fama internacional llega en 1947 cuando lo interpreta Daniel Santos y la orquesta La Sonora Matancera, con arreglos de Dámaso Pérez Prado. Se cuenta que los arreglistas debatieron cómo tratar las dos gardenias como símbolo: ¿flores para el amor eterno o para la despedida? Esa ambigüedad sentimental es parte de lo que le da su carácter atemporal. El bolero fue grabado el 11 de marzo de 1947 en los estudios de Panart, localizados entonces en el número 410 de la calle San Miguel, entre Campanario y Libertad, La Habana.
“Dos Gardenias” se convirtió en un clásico del repertorio romántico latinoamericano y cuenta con múltiples versiones (desde Antonio Machín en España en 1970 hasta Ibrahim Ferrer con el Buena Vista Social Club en 1997) y ese tránsito extraordinario entre géneros, países y generaciones muestra que las dos gardenias sembraron raíces más allá del territorio musical cubano, alcanzando los escenarios del mundo. Además, en La Habana se localizan dos espacios artísticos nombrados en honor de esta canción: el Centro Cultural "Dos gardenias" en Miramar, municipio Playa, y la peña "Dos gardenias" del Teatro Nacional, en el municipio Plaza.