El videoarte Control de los cambios (2024), del artista interdisciplinario, productor audiovisual y archivista Hanzer González Garriga, integra la selección oficial del 14º PLAY. Festival de Videoarte y Cine Experimental, del 17 al 24 de octubre de 2025 en la ciudad de Corrientes, Argentina.
La pieza de González Garriga es una de las 54 obras participantes de varios países de América Latina , y fue ubicada por los curadores del evento en la selección “Resistir (con): luchas de un porvenir común”, integrada a la más amplia Categoría Internacional. Fecha de exhibición: 20 de octubre.
Control de los cambios fue previamente proyectada en la 7ma. edición de Mientras tanto CINE,.Festival Internacional de Cine Experimental de Uruguay, celebrado en mayo de 2025, y la plataforma Feature Creep, Antología Online de Horror Hipermoderno, la incorporó a su archivo digital.
Según reza la sinopsis oficial, esta pieza fue creada “a partir de una postal de 1982 que explica a los padres cubanos cómo deben poner la máscara antigás a su hijos en caso de guerra biológica contra los EE.UU.” El autor remarca:
Esta pieza explora el estado de miedo como una lente a través de la cual explorar las experiencias del pueblo cubano en un pasado no muy lejano; y la tensión cultural/imperialista que la generó.
El documento que Hanzer González emplea como argamasa para construir su discurso sobre los ecos de la paranoia guerrerista cubana, fue hallado en los abundantes cúmulos de basura que ahogan a la ciudad de La Habana; pero a la vez proveen a creadores y conservadores como él de un invaluable archivo de memoria desechada.
El proyecto Archivos el Monte, concebido y gestionado por este joven artista cubano, se centra precisamente en la recolección, salvaguarda, investigación y socialización de fotografías y otros archivos (diplomas, postales, diapositivas) descontextualizados, huérfanos, amnésicos.
El síndrome de plaza sitiada
En tiempos de zozobra nacional, el cubano no solo se deshace de objetos inservibles y restos que arroja a las calles erosionadas e infectas, sino también de su memoria íntima. La muerte y la emigración de miles, millones, deja tras de sí testimonios de sus existencias, que no caben en las gavetas o maletas de los vivos, o no resultan prioridad a la hora de empacar ligero para remontar el exilio.
Merecedor del Seed Award 2025 de la Fundación Príncipe Claus, Hanzer González amasa una voluminosa colección de fotografía doméstica de todo el siglo XX, la mayoría sin rastro de las identidades de los sujetos registrados. Entre los demás documentos recuperados del olvido final, está la tarjeta de instrucciones que es resignificada en Control de los cambios como alegoría inquietante de traumas del pasado, pero aún demasiado presentes.
El adoctrinamiento comienza desde las primeras edades del cubano.
Como es harto conocido, la potencial invasión a Cuba por tropas de Estados Unidos siempre ha sido una de las piedras de toque del discurso propagandístico del régimen cubano, así como uno de los principales argumentos para alimentar el síndrome de plaza sitiada que justifica el “estado de excepción” permanente que la isla ha vivido desde 1959.
Con el cultivo de la cultura de la paranoia, el poder en Cuba ha urdido su entramado de dominación y censura, siempre aduciendo que toda manifestación contra sus decisiones y políticas resultan armas potenciales de las que se valdrá “el enemigo” para resquebrajar la integridad y la identidad nacional.
Adoctrinamiento político infantil en Cuba
El adoctrinamiento comienza desde las primeras edades del cubano, que memoriza consignas y lemas oficialistas cuando apenas domina el lenguaje. Aunque la tarjeta de instrucciones para colocar máscaras de gas en niños está dirigida a los adultos, sus imágenes —fotos concebidas desde el más puro pragmatismo— revelan rostros retorcidos, identidades coaccionadas, voluntades confinadas en exoesqueletos ideológicos que tienen en las máscaras de gas una metáfora grotesca y potente.
La máscara de gas es una extensión del uniforme escolar.
Las instrucciones refieren todo el tiempo cómo insertar la cabeza-mente en la máscara-moldura. Es un proceso violento que somete el rostro, gran epicentro físico de la identidad, a tensiones deformantes. Se busca que la voluntad sucumba a los algoritmos prediseñados.
La máscara de gas es una extensión del uniforme escolar, que a la vez concomitan con la arquitectura seriada que promovió el gobierno de Fidel Castro, no solo para proveer de manera inmediata a millones de cubanos sin vivienda, sino para fomentar la des-individualización de la sociedad. La personalidad suprimida a favor de la obediencia colectiva, consagrada al proyecto sociopolítico que primaba por encima de todo y de todos, como una misión santa.
42 años después de impresa (toda una vida, justo el tiempo que José Martí respiró en este mundo), la tarjeta convertida en videoarte en 2024 deja de ser un simple eco, una curiosidad del pasado, y evidencia la persistencia de las estrategias que motivaron su difusión. Su testimonio es pertinente, y su reconfiguración artística a manos de Hanzer González expande el potencial de todo el amasijo de significaciones latentes que contenía.
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