El inicio del siglo XX en Cuba se caracterizó por la implantación de distintos modelos de enseñanza en el ciclo educativo que extiende entre el preescolar y la enseñanza preuniversitaria. Este proceso se extendió durante toda la época republicana y concluyó con la intervención forzada de los colegios privados y la homogenización de la enseñanza pública por el Gobierno Revolucionario en 1961. La configuración del sistema formativo en Cuba se puede dividir en tres segmentos: público, religioso y privado. Estos bloques que varias veces traspasaban sus fronteras mutuamente, nos recuerdan que la libertad educativa es un derecho humano fundamental, que al día de hoy en Cuba se sigue violando. Pues en nuestro país los padres no tienen la opción de escoger el modelo de enseñanza en que quieren formar a sus hijos en dependencia de su ideología vital.
"Aunque los orígenes del pensamiento educativo cubano están en la obra del P. Félix Varela y su discípulo José de la Luz y Caballero, fue en los inicios del siglo XX cuando se generó un debate de ideas sobre un modelo educativo autóctono liderado..."
Antes de detallar las características de los principales modelos formativos existentes en la Cuba Republicana, se debe analizar el desarrollo de una pedagogía autóctona durante el período comprendido entre 1902 y 1958. Aunque los orígenes del pensamiento educativo cubano están en la obra del P. Félix Varela y su discípulo José de la Luz y Caballero, fue en los inicios del siglo XX cuando se generó un debate de ideas sobre un modelo educativo autóctono liderado. Este proceso estuvo conformado por intelectuales de la talla de Enrique José Varona, Alfredo Aguayo, Arturo Montori, Ramiro Guerra, María Luisa Dolz, entre otros.
Este pensamiento educativo fue hijo del liberalismo político y del positivismo filosófico enarbolado por intelectuales como Varona. A su vez se pretendía enseñar mediante una exaltación de lo cubano, para generar una educación cívica en concordancia con la nueva simbología política republicana, tratando de revertir la influencia hegemónica estadounidense, así como romper con el legado colonial. Este proyecto docente era conocedor de las principales ideas internacionales en materia pedagógica, lo cual reforzó su capacidad de innovación didáctica.
Sistemas educativos del período
La escuela pública constituye una conquista social para la época, conformada por una red de colegios bajo la regencia de la Secretaria de Instrucción Pública, esta fue el escenario de implementación del modelo educativo autóctono. Defendida por varios grupos intelectuales, entre ellos la generación nucleada alrededor de la Revista Cuba Contemporánea. Este modelo educativo fomentó los valores patrios en su enseñanza y permitió el acceso a la educación elemental de las comunidades populares, destacando su perfil laicista. Aunque también fue víctima de la corrupción política de los gobiernos de la época, en particular durante el régimen autoritario de Gerardo Machado y los gobiernos auténticos.
La enseñanza religiosa ha sido el modelo más carente de matices, en especial por los planteamientos de los sectores anticlericales de la prensa y la intelectualidad de la época. Este segmento educativo estuvo compuesto por dos bloques fundamentales: los colegios católicos y los colegios protestantes. De los primeros se dijo que era un núcleo procolonialista, mientras que los segundos que tenían una clara influencia anexionistas, esta expresión que no es del todo desacertada durante la primera década de la vida republicana, debe ser matizada.
Los colegios católicos en especial los regentados por religiosos fueron un espacio educativo que mantuvieron una estrecha conexión con el pasado colonial. Pero al establecerse la República la situación cambio por varios elementos: la asimilación de una nueva simbología patria, la necesidad de romper con el pasado colonial debido a los señalamientos anticlericales, la llegada de religiosos de otras nacionalidades, el ascenso lento pero sostenido del componente nativo del clero y la necesidad de reformarse para ser atractivo al alumnado nacido en la República. En este sentido el arribo de órdenes en europeas no española: Hermanos Maristas y Hermanos de la Salle (franceses), Padres y Hermanas Salesianas (italianos) y Agustinos (estadounidenses); forzaron a las órdenes ya establecidas en el país a modernizar sus planes de estudios y su discurso en especial a los jesuitas, los escolapios y las congregaciones femeninas ya establecidas.
La enseñanza protestante, que a diferencia de la católica no era articulada en torno a un dogma central, sino que estaba en correspondencia con la denominación religiosa que regentaba el plantel. Este segmento estuvo asociado a la influencia estadunidense, elemento que se fue matizando en la medida que se cubanizaron el clero y el profesorado de los colegios. Además, en el caso de este modelo de enseñanza se debe destacar el amplio nivel formativo de sus docentes, que en una amplia mayoría habían desarrollados sus estudios en importantes academias norteñas.
"...los colegios religiosos por su diversidad tenían propuestas destinadas a todos los sectores de la sociedad desde las élites y la clase media hasta las comunidades empobrecidas"
El compromiso social de la enseñanza religiosa se evidencia en las figuras del panorama político nacional que salieron de sus aulas, valga destacar a Eduardo Chibás, Carlos Prío Socarrás, José Antonio Echevarría, Frank País, entre otros. Además, los colegios religiosos por su diversidad tenían propuestas destinadas a todos los sectores de la sociedad desde las élites y la clase media hasta las comunidades empobrecidas.
El otro núcleo que conformaba el mapa educativo de la época era la enseñanza privada. Estas escuelas destacaron por su excelencia académica debido a que en su mayoría se dedicaron a la educación de la élite insular. Sus claustros docentes eran conformados por profesores que se especializaban tanto en la Universidad de La Habana o en instituciones foráneas. El profesorado de estos planteles realizó importantes contribuciones a la actualización educativa del pensamiento pedagógico en la década del cuarenta y cincuenta del pasado siglo. Si bien el mayor grueso de la educación privada estuvo destinada a las familias que pudieran solventar los costos de las matrículas obstante existieron numerosas escuelas regentadas por asociaciones benéficas que educaron a las personas empobrecidas.
"El fortalecimiento de la enseñanza fue un objetivo a conquistar por cientos de hombres y mujeres dedicados a la pedagogía que lograron que en la década de los cincuenta del pasado siglo Cuba fuera junto a Chile y Costa Rica, un país con el 80 % de la población alfabetizada"
La actividad educativa elemental y secundaria del período comprendido entre 1902 y 1958 estuvo atravesada por complejidades, debates públicos y varias etapas de adecuación docente. Las limitaciones y carencias también se hicieron presentes, en particular en las zonas empobrecidas del archipiélago. El fortalecimiento de la enseñanza fue un objetivo a conquistar por cientos de hombres y mujeres dedicados a la pedagogía que lograron que en la década de los cincuenta del pasado siglo Cuba fuera junto a Chile y Costa Rica, un país con el 80 % de la población alfabetizada.
Así al mirar al pasado debemos pensar en el futuro: el principal desafió para una Cuba democrática constituye lograr una auténtica diversidad de modelos docentes, que garantice este derecho a los familias, haciendo del acceso a la educación un derecho masivo, libre de toda atadura autocrática y bancaria.