Después de 1959 el discurso historiográfico y político oficialista ha calificado al régimen republicano iniciado en 1902 con varios “apellidos” que pueden ser cuestionables. Los estrechos lazos de dependencia que existían con Estados Unidos, que llegaría a ser el principal socio político-económico del país y que impondría un régimen de protectorado, no son motivo, desde un análisis histórico objetivo, para imputarle términos inapropiados como seudorepública o neocolonial. El primer calificativo se torna peyorativo para cualquier debate académico; el segundo es un vocablo empleado a partir de la década de los cuarenta del siglo XX, y no a inicios de dicha centuria, para describir los nuevos procesos de colonización que se dieron en ese contexto.
El establecimiento republicano cargó con los vicios sociopolíticos de sus padres insurrectos, entre ellos: el clientelismo, el mesianismo político y las expresiones de racismo no zanjadas por la guerra de independencia. Estos aspectos condicionaron los derroteros de la nación: La Guerrita de Agosto de 1906, la Segunda Intervención Militar Estadounidense entre 1906-1909, la masacre del Partido de los Independientes de Color en 1912, el Alzamiento de Chambelona en 1917 y el ascenso del régimen autoritario de Gerardo Machado.
Este período histórico se caracterizó por el desarrollo de varios procesos democráticos, destacando las Asambleas Constituyentes de 1901 y 1940. El ejercicio constitucional de 1940 fue considerado avanzado para su época. Mientras la Carta Magna de 1901 a pesar del apéndice estadounidense, modernizaba el estado y planteaba el inicio de la laicidad del estado, reconociendo los principales derechos impulsados por el liberalismo político en la región.
Durante este régimen político se desarrollaron diversos movimientos sociales, conquistando importantes derechos: la autonomía universitaria, la jornada laboral de ocho horas, la ley contra el trabajo infantil, el fin de pago con vales a los trabajadores o el diferencial azucarero, resultados del uso del derecho a la manifestación por parte de la ciudadanía. Este fortalecimiento social, con similitudes y matices similares a los que sucedía en la región latinoamericana, también tuvo un coste humano alto en especial durante los gobiernos autocráticos del período.
La sociedad de la época
Especial atención merecen en el plano sociopolítico los procesos cívicos de enfrentamiento al autoritarismo. Contrario a lo que se ha enseñado en los libros de textos actuales, los enfrentamientos contra Machado y Batista no fueron protagonizados por una sola fuerza política. En el caso del régimen machadista vale destacar la partición de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y el ABC, pues en los libros de textos existentes en Cuba se obvian estas fuerzas políticas mostrando al Partido Comunista como la fuerza opositora predominante . En cuanto a la lucha cívica contra la dictadura de Fulgencio Batista se debe señalar la implicación de toda la sociedad de la época, así como la diversidad de los actores políticos que participaron desde la Acción Católica, el Directorio Revolucionario hasta el Movimiento 26 de Julio.
"La Cuba nacida en 1902 también fue momento de auge para el pensamiento social y la creación cultural..."
La Cuba nacida en 1902 también fue momento de auge para el pensamiento social y la creación cultural. El desarrollo de importantes generaciones intelectuales en las seis décadas del régimen político evidencia el fortalecimiento y la complejización del debate público. Mención especial merecen la generación intelectual nucleada alrededor de la Revista Cuba Contemporánea, el Grupo Minorista y el Grupo Orígenes.
Durante el período se vivió un proceso de fortalecimiento de la escuela pública, de marcado carácter laico y en sintonía con la tradición pedagógica autóctona. Se debe citar además la labor de la escuela religiosa, que permitió la educación de los distintos grupos sociales desde las altas clases sociales hasta los sectores más empobrecidos. Este marco de libertad educativa, permitió que en los años cincuenta del pasado siglo Cuba presentara junto con Chile y Costa Rica los mayores índices de alfabetización a nivel regional.
En el campo de las artes visuales vale destacar el desarrollo de la escuela de arquitectura cubana, que generó una proyección urbanística novedosa en los principales núcleos urbanos y dotó al paisaje citadino de importantes obras constructivas. La llegada de las vanguardias pictóricas al quehacer cultural republicano fortaleció la actividad creativa en el país, robusteciendo el compromiso creativo del artista visual con los principales dilemas y escenarios sociales de la época.
La economía del período republicano
La economía del periodo republicano constituye un aspecto polémico, que debe ser matizado para entender el crecimiento desigual de la riqueza que acaeció en la Isla. Caracterizado por el predominio de la economía de monocultivo, en torno a la actividad azucarera y la concentración de otras industrias estratégicas como la minería en el capital extranjero. Se debe señalar que alrededor de la década de 1920 se fue concentrando la industria azucarera en manos nativas, consolidando la burguesía industrial, hecho que fortaleció el tejido empresarial nacional.
Este ciclo de desarrollo económico debe ser matizado con el aumento de la pobreza en las áreas rurales y las comunidades populares, profundizando las brechas sociales debido a la inefectividad de varias políticas públicas impulsadas durante el período. Un elemento interesante sobre la pobreza en Cuba fue la amplia labor de concientización social impulsada por varias organizaciones. Se destaca, entre ellas, la Agrupación Católica Universitaria (ACU), que durante su existencia se dedicó a investigar los orígenes de la pobreza en el país, así como a impulsar estrategias de acompañamiento a la ciudadanía vulnerable.
"...el período republicano en Cuba fue un contexto histórico de amplios matices, materializado en el desarrollo cultural, económico, social y político (...) el régimen político de 1902, como todo proceso histórico presentó complejidades y particularidades, que favorecieron la construcción de un amplio entramado cívico, objeto de reflexión para los ciudadanos de la Cuba de hoy"
A luz del presente debemos entender que el período republicano en Cuba fue un contexto histórico de amplios matices, materializado en el desarrollo cultural, económico, social y político. Al emitir juicios valorativos debemos tomar distancia de la propaganda política y de los bandos ideológicos acríticos donde no prima la objetividad analítica. Urge entender que el régimen político de 1902, como todo proceso histórico presentó complejidades y particularidades, que favorecieron la construcción de un amplio entramado cívico, objeto de reflexión para los ciudadanos de la Cuba de hoy.
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