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Opinión | Félix Varela, el Examen Periódico Universal y la "constitucionalidad" cubana

"Ningún régimen político, ningún modelo económico, incluso ninguna religión, puede ponerse por encima de los Derechos Humanos. La primacía de la persona humana es sagrada."

Estatua de Félix Varela
Estatua del Padre Félix Varela en los terrenos de la Catedral de San Agustín, Florida, USA. | Imagen: CUBA INSIGHT

El lunes 20 de noviembre se celebró el 235º aniversario del natalicio de nuestro Padre Fundador Félix Varela y Morales, ocurrido en 1788 en La Habana, en su casa de la calle Obispo, entre Villegas y Aguacate.

Hou me gustaría destacar una importante faceta de su vida en Cuba. Se trata de la fundación, por encargo del Obispo Espada, de la primera Cátedra de Constitución en Cuba y en toda América Latina, el 18 de enero de 1821 en el Seminario católico de San Carlos y San Ambrosio, cuna y útero de nuestra cultura y nacionalidad. Tenía entonces 193 alumnos. Varela, al dejarla inaugurada con solo 32 años, dijo de ella: “La Cátedra de la libertad y de los derechos humanos, la fuente de las virtudes cívicas y la base del gran edificio de nuestra felicidad.”

"No se puede negar, ni preterir, ni manipular, ninguno de los derechos humanos enarbolando una Constitución."

Por eso, podemos decir también de Varela que fue el primero que nos enseñó a tener un pensamiento constitucional. En ese fragmento de la Clase Inaugural, el propio Varela la llama “cátedra de la libertad y los derechos humanos”. De este modo quedan, desde el inicio de la enseñanza constitucional en Cuba, unidos para siempre, como corresponde, la constitución, la libertad y los derechos humanos.

Esa visión constitucional seguía la concepción de las primeras constituciones del mundo que han tenido como columna vertebral a la libertad y a los derechos humanos, inseparablemente unidos.

Es por ello que, siguiendo nuestro más genuino pensamiento constitucional, no se puede negar, ni preterir, ni manipular, ninguno de los derechos humanos enarbolando una Constitución. Eso es una contradicción insalvable.

El Examen Periódico Universal (EPU) y la "constitucionalidad" cubana

El 15 de noviembre se realizó para Cuba, en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, el Examen Periódico Universal (EPU) que es “un proceso especial que supone una revisión periódica del historial de derechos humanos de todos los 193 Estados Miembros de la ONU. Es una innovación importante desde 2005 por la que el Consejo de Derechos Humanos que se basa en la igualdad de trato para todos los países.”

Los demás países ofrecen sus recomendaciones para la mejoría de los Derechos Humanos en el país que es examinado. Cuba recibió recomendaciones para mejorar la situación de sus derechos humanos por parte de 144 Estados. Sin embargo, el embajador de Cuba en la sede de la ONU en Ginebra expresó refiriéndose a algunas de las recomendaciones: “Son inaceptables para nuestro país en tanto cuestionan el orden constitucional y legal, refrendado por la abrumadora mayoría del pueblo”.

"Ningún régimen político, ningún modelo económico, incluso ninguna religión, puede ponerse por encima de los Derechos Humanos."

La conciencia universal en este tema asevera que todos y cada uno de los Derechos Humanos son inalienables e indivisibles, y están por encima de cualquier norma legal e incluso constitucional por la primaria razón de que establece que ninguna legislación puede negar, de manera legítima, ningún Derecho Humano. Precisamente, son humanos, son intrínsecos de la naturaleza humana y son superiores a las leyes concebidas por cualquier sistema o impuestas por cualquiera ideología.

Ninguna constitución, ni ley alguna, pueden restringir, violar, manipular, ni interpretar interesadamente ninguno de los Derechos Humanos. Este es un principio universal. Cuba no debe ser la excepción. Ningún régimen político, ningún modelo económico, incluso ninguna religión, puede ponerse por encima de los Derechos Humanos. La primacía de la persona humana es sagrada.

El mismo José Martí la declara como la primera ley de la República que él soñó, perfiló, preparó y regó con su propia sangre. Recordemos, una vez más, ese precepto paradigmático que, por cierto, encabeza el actual texto constitucional: “Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.”

Por tanto, nada en ese texto puede ni debe contradecir la dignidad plena del hombre; no puede argumentarse como limitación o superioridad a cada uno y a todos los derechos humanos.

Propuestas

  1. Cuba debía escuchar, atender, y actuar, si fuera necesario, a todas las recomendaciones que le han hecho las demás naciones. Tal como ella misma le exige a estas cuando ve que violan los derechos de toda persona humana.
  2. Si alguna legislación, disposición, decreto, o incluso si algún precepto constitucional fuera contra los Derechos Humanos o si los restringiera en cualquier grado, esos textos deben corregirse y adecuarse a la plenitud de aquellos derechos que conculca o limita.
  3. Los educadores de Derecho Constitucional en Cuba deberían ser fieles a todo el legado y, específicamente, al pensamiento y la visión constitucional de Varela y de Martí.

Derecho, Constitución, y Legislación, deben nacer de, y ser coherentes con, la plenitud de todos los Derechos Humanos, única forma de garantizar la “dignidad plena del hombre”.

La escala de valores y las prioridades de los fundadores no deben ser invertidas ni olvidadas.

Este sería hoy el mejor homenaje al Padre Varela, el primero que nos enseñó el Derecho Constitucional en Cuba.

Hasta el próximo lunes, si Dios quiere.

(Publicado originalmente en Centro de Estudios Convivencia).

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Dagoberto Valdés Hernández

Dagoberto Valdés.

(Pinar del Río, 1955). Ingeniero agrónomo. Trabajó como yagüero (recolección de hojas de palma real) durante 10 años. Dirigió el Centro Cívico y la revista Vitral desde su fundación en 1993 hasta 2007. Fue miembro del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” desde 1999 hasta 2006. Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia y su Director. Premios: “Jan Karski al Valor y la Compasión” 2004, “Tolerancia Plus” 2007, A la Perseverancia “Nuestra Voz” 2011 y Premio Patmos 2017. Reside en Pinar del Río.

 

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