El 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día de la Mujer, en recordación de las mujeres que han perdido la vida reclamando sus derechos más elementales, en igualdad con los derechos de los hombres. En diferentes momentos de la historia (1857, 1875, 1917...) la fecha ha sido escogida para llevar a cabo protestas del movimiento feminista internacional, las cuales han terminado en numerosas ocasiones en la muerte de las manifestantes.
Sin embargo, no sería hasta 1977, Año Internacional de la Mujer, que la Organización de Naciones Unidas (ONU) marcaría este día como oficial para festejar a la mujer.
Actualmente, la lucha de las mujeres se extiende al reclamo por la igualdad de género, en un mundo donde el 70% de los 1300 millones de personas que viven en condiciones de pobreza son mujeres, el 40% de los hogares más pobres están encabezados por mujeres, las mujeres predominan en la producción mundial de alimentos (50-80%), pero poseen menos del 10% de la tierra y el 80% de las personas desplazadas por desastres y cambios relacionados con el clima en todo el mundo son mujeres y niñas, según datos de la ONU.
Tampoco son muy festivas las cifras que hablan de cientos de mujeres y varias niñas ucranianas fallecidas tras la invasión rusa o las de las mujeres afectadas por el cambio climático y el subdesarrollo en una zona considerada pacífica como América Latina.
En Cuba, la situación no es muy optimista, por lo que nos parece coherente la campaña de la plataforma Yo Sí Te Creo en Cuba, cuyas activistas consideran que no hay #Nadaquecelebrar_el_ #8M en la isla.
A continuación, compartimos de manera íntegra las razones de esta plataforma, elocuentes en la descripción de un panorama desolador por cuya transformación todavía resta mucho por hacer:
• 34 feminicidios en 2021 y 4 en lo que va de 2022.
• 76 mujeres en detención por razones políticas.
• Incremento y legitimación de la violencia policial.
• Sin refugios ni protocolos específicos para víctimas de violencia de género.
• Incremento de la mortalidad materna y el embarazo a temprana edad.
• Limitadas estadísticas sobre problemáticas de las mujeres.
• Criminalización del activismo feminista.
• Exclusión y estructural de las personas trans, cuirs, no binarias.
• Silencio institucional sobre el programa contra la discriminación racial.
• Precarización de la vida por el ordenamiento económico y la pandemia de COVID-19.
• Criminalización de la subsistencia y del disenso político.
• Código de las Familias a plebiscito.
• Anteproyecto de Código Penal que viola los derechos fundamentales.
• Sin fecha para la aprobación de Ley Integral contra la Violencia de Género en Cuba.