La noche del 16 de septiembre de 1973, apenas cinco días después del golpe militar a Salvador Allende en Chile, una gigantesca estatua de bronce del Che Guevara fue derribada en la capital del país sudamericano.
Según relata una entrevista de la BBC al escritor chileno Juan Pablo Meneses, la caída de la escultura, que medía cerca de diez metros incluyendo su base, despertó a los vecinos del barrio de San Miguel, en Santiago de Chile, donde había sido inaugurada con gran pompa tres años antes. Fue el primer monumento en el mundo en honor al sanguinario guerrillero argentino, pero su historia quedó sepultada bajo el olvido.
Meneses ha investigado la desaparición de la estatua en su novela "Revolución", donde cuenta cómo el dictador Augusto Pinochet ordenó su destrucción y cómo, a lo largo de los años, la estatua fue venerada, atacada y hasta decapitada. “Es tremendo que nadie sepa dónde está. Cómo desaparece algo tan grande y macizo, y cómo nadie denunció su pérdida", contó el escritor a la BBC.
El monumento fue diseñado en secreto y representaba al Che con un fusil, en una pose que evocaba resistencia. Su creación pretendía convertir la zona en un lugar de peregrinación para quienes lo veían como una figura casi divina, en competencia simbólica con Jesucristo. Sin embargo, la estatua solo permaneció en pie el tiempo que duró el gobierno socialista de Allende.