Tras cambiar la constitución en días recientes y forzar al destierro a 222 presos políticos nicaragüenses, Daniel Ortega ordenó la retirada de la nacionalidad a otros 94 ciudadanos del país centroamericano, lo que les impide regresar al país, entre los que se encuentra la poeta Gioconda Belli y el ganador del Premio Cervantes de Literatura, Sergio Ramírez.
También fueron condenados al destierro la defensora de los derechos humanos Vilma Núñez, el excanciller Norman Caldera, el ex magistrado sandinista Rafael Solís, el exembajador de Nicaragua ante la OEA Arturo McFields, el periodista Carlos Fernando Chamorro y otros 87 nicaragüenses acusados por delitos considerados “traición a la patria”, según una sentencia del Tribunal de Apelaciones de Managua.
La resolución, comunicada públicamente por el presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua, ordenó “la inmovilización y el decomiso a favor del Estado de Nicaragua de todos los bienes inmuebles y sociedades que los procesados tengan inscritas a su favor, ya sea a título personal, o de persona jurídica o sociedades en la que participan como socios, para responder por los delitos cometidos”, informó la agencia EFE.
El magistrado también dijo que a los 94 ciudadanos se les declaró prófugos de la justicia y traidores a la patria, “por lo que se les impone las penas accesorias de inhabilitación absoluta y especial para ejercer cargos públicos, ejercer la función pública en nombre o al servicio del Estado de Nicaragua, así como ejercer cargos de elección popular y la pérdida de sus derechos ciudadanos de forma perpetua, respectivamente”.
Esta sentencia se basa en la nueva Ley especial que regula la pérdida de la nacionalidad nicaragüense, aprobada el pasado jueves de forma expedita mientras 222 presos políticos eran desterrados a Estados Unidos, así como la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, Soberanía y Autodeterminación para la Paz, publicada el 22 de diciembre del 2020.
Otros de los nicaragüenses despojados de su nacionalidad son el exvicecanciller Salvador Stadthagen, el académico Ernesto Medina, el exministro de Educación Humberto Belli, la investigadora Elvira Cuadra y los políticos opositores Kitty Monterrey, Eliseo Núñez, Enrique Sáenz y Edipsia Dubón, los periodistas Sofía Montenegro, Luis Manuel Chavarría Galeano, Jennyfer Ortíz, Lucía Pineda Ubau, Patricia Orozco, Camilo de Castro, y el corresponsal del diario El País Wilfredo Miranda.
En el listado también hay dos antiguos colaboradores de Ortega: Julio López y Mónica Baltodano, así como defensores de los derechos humanos, sacerdotes, ambientalistas, disidentes sandinistas, estudiantes, empresarios y comerciantes.
Sergio Ramírez, quien es el primer escritor latinoamericano en ganar el prestigioso Premio Cervantes, fue vicepresidente del Gobierno de Daniel Ortega entre 1985 y 1990, aunque posteriormente se distanció de la línea oficial del Frente Sandinista de Liberación Nacional, lo que tuvo como consecuencia su exilio en España en 2021, cuando el régimen de su país emitió una orden de captura en su contra.
Gioconda Belli, por su parte, es una escritora que militó en el Frente Sandinista de Liberación Nacional, presidido por Ortega, de 1970 a 1993, y se unió a la lucha contra la dictadura de la dinastía de Anastasio Somoza y luego a la gestión de la Revolución Popular Sandinista.
Desde la década de 1990 se distanció del Gobierno de Ortega, en el cual cumplió varias funciones, y actualmente se encuentra exiliada en Madrid.
Sobre la deriva del sandinismo, en una entrevista con Alas Tensas, Belli afirmó que “hay una falla muy grande en esa idea de que se puede manejar un país solo para un grupo, aunque sea una idea idealista y en principio que suene romántico, eso no es realista, porque se tiene que decidir que una parte del país va a sufrir y que los vas a tener que mantener bajo control. De esta experiencia surge un sistema que asfixia a la gente y que al final acaba empobreciendo a los países y acaba siendo muy perjudicial para la gente que supuestamente querías ayudar”.