El pasado 10 de junio concluyó la IX Cumbre de las Américas en Los Ángeles, Estados Unidos, y entre sus acuerdos estuvo la necesidad de elaborar un nuevo tratado global para poner fin a la violencia hacia mujeres y niñas. La iniciativa, que partió de Every Woman Coalition, recibió el apoyo de Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos y de Iván Duque, presidente de Colombia.
“Tenemos la responsabilidad de promover y proteger los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas en toda su diversidad…”
“Tenemos la responsabilidad de promover y proteger los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas en toda su diversidad, el derecho de cada individuo a estar libre de todas las formas de violencia y debemos comprometernos a promover urgentemente un nuevo tratado global autónomo para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas”, dijo Almagro.
“Hoy quiero hacer referencia a la defensa irrestricta de los derechos humanos, y particularmente acoger a todas las voces que claman que adoptemos este tratado internacional para rechazar todas las formas de violencia contra las niñas y mujeres”, expresó por su parte Duque.
Solamente en el área de América Latina y el Caribe, el Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) contabilizó 4576 víctimas de violencia contra mujeres y niñas en 2019, y 4091 en 2020. En esta región sobresalen las tasas elevadas de feminicidios en Honduras (4,7 por cada 100 000 mujeres), República Dominicana (2,4 por cada 100 000 mujeres) y El Salvador (2,1 por cada 100 000 mujeres).
En el país del presidente Duque, Colombia, se ha logrado una disminución notable de los casos desde 2019, según la CEPAL. No obstante, en noviembre de 2021, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, consiguió sensibilizar a varios gobiernos de la región en la campaña “ÚNETE de aquí al 2030 para poner fin a la violencia contra las mujeres”.
“No nos cansaremos de visibilizar la violencia que afecta a las mujeres y a las niñas de nuestra región a diario…”
“No nos cansaremos de visibilizar la violencia que afecta a las mujeres y a las niñas de nuestra región a diario y que repercute en la sociedad en su conjunto, pues constituye un obstáculo para el logro de la igualdad y de un desarrollo y una paz sostenibles”, dijo Bárcena en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En Estados Unidos, la violencia de género aumentó el 8,1 % desde mediados de marzo de 2020 tras las órdenes de confinamiento para combatir la expansión del coronavirus, siendo muy difícil aún contabilizar todos los casos y dar cifras exactas en una nación donde las leyes varían de un estado a otro y en muchos están tan atrasadas en materia de género como la mayoría del bloque latinoamericano.
Por tales razones el reclamo conjunto de Almagro y Duque estuvo más que en contexto, si bien los líderes fueron un paso adelante en la demanda de un tratado capaz de incidir en Naciones Unidas, donde sigue faltando un instrumento vinculante legalmente para combatir el fenómeno.
Para Yael Marciano, directora de diplomacia para Every Woman Coalition, “la creciente y cambiante crisis de derechos humanos representada por la violencia contra las mujeres y las niñas se ve amplificada por lagunas en el derecho internacional“.
De hecho, el tratado global para erradicar este problema es un objetivo de la coalición a la que pertenecen Marciano y otras 1700 activistas para los derechos de las mujeres procedentes de 128 países.
“Desde Ucrania hasta Afganistán, pasando por el resto del mundo, la violencia se encuentra en expansión. Debemos hacer más. América Latina tiene las tasas más altas de violencia de género a nivel mundial, con tan sólo un puñado de países que representan el 81 por ciento de los casos regionales. Aplaudimos al Secretario General Almagro y el presidente Duque por su liderazgo”, añadió Marciano.
Every Woman propone en un nuevo tratado global aclarar las normas para prevenir, proteger, eliminar y condenar la violencia contra las mujeres y las niñas; proporcionar un marco de información basado en métricas y el establecimiento de un organismo internacional de vigilancia.
En un primer borrador de su propuesta de tratado, Every Woman plantea “priorizar la educación para la prevención de la violencia; exigir capacitación y rendición de cuentas para los profesionales de la salud, los jueces y la policía; requerir servicios como refugios, líneas directas y asistencia legal para sobrevivientes; aclarar las normas para prevenir, proteger, eliminar y condenar la violencia contra las mujeres y las niñas; proporcionar un marco de información basado en métricas y el establecimiento de un organismo internacional de vigilancia”.
En febrero, la administración de Joe Biden fue instada por más de 220 defensoras de los derechos de las mujeres afganas, para defender un tratado mundial específico sobre la violencia, calificándolo como “la mejor oportunidad que tenemos de proteger a las mujeres y las niñas en Afganistán”.
Como antecedente de acuerdos, Las Américas cuenta con la Convención de Belém do Pará, un pacto regional que aborda el tema y fue el primer tratado de este tipo, al que luego se sumaron otros instrumentos regionales como el Protocolo de Maputo de África y el Convenio de Estambul de Europa, variando en capacidad de impacto y definiciones de violencia. No obstante, el 75 % de la población femenina del mundo, incluyendo Asia y Oriente Medio, carece de acceso a un tratado específico sobre la violencia hacia las mujeres y las niñas.