LINKS
Cuando construyo o finjo construir:
cacofonías, aliteraciones,
redundancias simbólicas y gestos
de una casa.
Cuando me apego al sitio ya pactado,
pero sólo resulta la terquedad en esa tilde,
esa mujer
y alguna foto
como eso que se llama “fan art”
o los gestos de amor y buena voluntad
hacia una persona que no nos sabe
y no veremos nunca
(todo lo absurdo del amor).
Cuando resulta imposible
reparar un símbolo
después de haberlo destrozado.
SOUNDS
No es la verdad. Es el silencio a lo que asistes.
La mentira. La llama. La piedra. La estampa. La foto. La risa. La casa. La huida. La idea. La trampa. La aleta. La bolsa. La sangre. La marca. La estera. La boca. La letra. La cola. La nube. La escama. La rueda. La ola. La voz. La colmena. La trama. La espera. La ausencia. La mirada. La tarde. La ciencia. La fruta. La noche. La tapa. La arena. La burbuja. La tela. La llamada. La guerra. La obra. La extensión. La presencia. La señal. La constancia. La llave. La almohada. La figura. La orilla. La vela. La campana. La idea. La emoción. La pobreza. La paz. La apuesta. La llovizna. La danza. La pared. La pena. La oportunidad. La vergüenza. La belleza. La tierra. La reja. La luz. La muerte. La sombra. La puerta.
HB
Hoy he cumplido muchos años. Han sido diversos, acaso desmedidos, pero todavía no son los suficientes.
Y a quién le importa si todavía puedo usar bikini o debo cubrirme con la literatura. El punto es que los años no se escapan de lo mucho que sudamos.
No importa si es la playa o la calle o la casa y toda la malaventura. Lo que importa es la mierda. Lo que le parece bien a mi amante o a la amante que pude tener porque me importa exactamente una mierda el culo y lo que cada cual decida tocar con esas partes.
El punto es que ando cerca del milenio y de la menopausia (según los libros y los cambios de piel y la falta de regla). Pero en realidad no importa porque es tan molesto que no puede ir más allá de este cuerpo o más allá de este calor.
Y ese es el punto. Este cuerpo. El cuerpo que hace y que está y que dialoga. Mi cuerpo flexible u oxidado. En realidad flexible y casi siempre de ánimo oxidado. Pero eso tampoco es importante.
El cuerpo terco que solamente está y solamente entiende algo que suena como en otro idioma.
El otro lado del planeta. Al otro lado del planeta. No lo comprendo, pero existe. Y, ¿debería ser suficiente?
SILENCE
No es la verdad. Es el aullido a lo que asistes.
El peso. El amago. El exceso. El corte. El reclamo. El puerto. El escape. El instante. El camino. El idioma. El acuerdo. El traslado. El beso. El pez. El lienzo. El invento. El hambre. El milagro. El cielo. El saber. El final. El sueño. El trabajo. El golpe. El amante. El diálogo. El residuo. El deseo. El terreno. El temor. El aire. El punto. El odio. El hilo. El mar. El dibujo. El acoso. El misterio. El lugar. El revuelo. El aliento. El color. El fuego. El espacio. El instinto. El acuerdo. El orden. El tiempo. El papel. El conteo. El injerto. El archivo. El atajo. El tamaño. El amor. El intento. El engaño. El sol. El ataque. El aprieto. El ejemplo. El invento. El valor. El sentido. El aumento. El tumulto. El miedo. El inicio. El bocado. El momento.
POTENCIALES EVOCADOS
Con Tania, con todas.
Hay un examen que sirve para ver una respuesta. Tiene un hermoso nombre pero es sólo un examen. Está relacionado a la memoria y, como todos los exámenes, tiene que ver con la definición o más exactamente la capacidad, las posibilidades escondidas o atrofiadas para ubicar y dirigir las partes y funciones, los gestos que suelen definir la libertad.
Cuando hay deseo de libertad.
Cuando se evoca una definición como quien anda al límite del desafío. Como cuando se maquilla una mujer.
Extrañaba el pintarme los labios al salir. Ahora sólo lo hago dentro, para no dejarme vencer, por una cuestión de principios: Soy una mujer que gusta de pintarse los labios.
No he usado nunca un color discreto, me gusta que sean rojos, me gusta que se vean mucho, que se definan bien: que sean visibles desde lejos como una señal. Mis labios coloreados son una señal.
Ahora vuelvo a pintarlos porque otra mujer no puede hacerlo. Ni dentro ni fuera. Una mujer tiene prohibido ser mujer y yo utilizo mis utensilios de mujer para decir que no la dejan serlo. Una mujer debe ser libre de pintarse, debe ser libre de salir y debe ser libre de poder utilizar todos y cada uno de sus utensilios de mujer.
Le regalo los míos mientras me cuido mucho de parecer un personaje. Le regalo los míos y me pinto en su nombre hasta que sea ella misma quien pueda colorear sus potenciales y salga libre de cualquier examen, cuando no corra más el riesgo de convertirse en una evocación.