"Y ese es el punto. Este cuerpo. El cuerpo que hace y que está y que dialoga. Mi cuerpo flexible u oxidado. En realidad flexible y casi siempre de ánimo oxidado."
Para hacer este libro su autora tuvo que insistir, hablar y preguntar(se), tuvo que convencer(se), también a sí misma, de que valía la pena descorrer la espesa cortina que cubre los episodios de la violencia familiar.