Un equipo de investigadores del Museo de Historia Natural de Florida, junto a especialistas de otras universidades de EE.UU, han revelado que la paloma perdiz de cabeza azul cubana no está emparentada con ninguna otra especie de ave viva. El hallazgo fue publicado en la revista científica Biology Letters.
La perdiz de cabeza azul: un enigma de la ciencia
La perdiz de cabeza azul cubana (Starnoenas cyanocephala) parece común. Tiene plumas marrones, un pico delgado y un pavoneo que es típico de cualquier paloma. Su apariencia no es tan llamativa como la de las cotorras o los colibríes y quizás, para el observador corriente, no despierte mucho interés. Sin embargo, para los biólogos ha sido durante años un enigma: ¿cuál es su origen —se preguntaban—, cómo llegó a Cuba, y con qué otras especies está emparentada?
Hasta hace muy poco se creyó que la perdiz de cabeza azul era familia de otras palomas de Centro y Suramérica, aunque algunos rasgos de su anatomía la hacían más parecida a las palomas de Australasia. Pero el más reciente estudio genético ha echado por tierra ambas hipótesis y arroja un resultado sorprendente.
“Enfocamos nuestro estudio sobre esta especie en particular porque sabíamos que nos ayudaría a comprender la compleja biogeografía del Caribe”, dijo la especialista Jessica Oswald, bióloga del Museo de Historia Natural de la Florida y líder de esta investigación. “Pero no anticipábamos que sería tan única, tan distinta a las demás aves desde una perspectiva evolutiva”.
El último superviviente de un antiguo linaje
Los científicos analizaron por primera vez el ADN de esta perdiz endémica de Cuba y descubrieron que no pertenece a ningún grupo conocido de palomas o tórtolas, y que su linaje se separó del resto hace cincuenta millones de años, durante las primeras etapas de la evolución de las aves modernas. Es decir, su única relación genética comprobable es con especies extintas de la prehistoria.
Este descubrimiento convierte a la perdiz de cabeza azul en una especie evolutivamente única, sin parientes vivos conocidos. Su origen y su llegada a Cuba siguen siendo un misterio para la ciencia. En este sentido, el estudio evidencia que esta perdiz es el último superviviente de un antiguo linaje que se estableció en la isla hace milenios. Pues, aunque no es un ave migratoria y se ha adaptado a vivir en tierra, sus ancestros probablemente sí tuvieron alas fuertes capaces de volar grandes distancias.
En peligro crítico
En cualquier caso, el estudio, que contó con la colaboración de científicos de varias instituciones estadounidenses, advierte no solo sobre la singularidad y los orígenes de este ave, sino también sobre el peligro de extinción que pesa sobre ella.
Según datos recientes, solo quedan unos mil ejemplares en estado silvestre, enfrentando amenazas como la pérdida de hábitat, la caza y la depredación por especies invasoras como los gatos. Por esta razón, la perdiz de cabeza azul ha sido incluida en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN 2025, bajo la categoría de “En Peligro Crítico”.
Su situación la convierte no solo en una prioridad para la conservación en Cuba, sino también en una de las aves más importantes del mundo. Los autores del estudio han subrayado la urgencia de proteger esta especie no solo por su rareza, sino porque representa una rama solitaria del árbol de la vida, un testimonio único de la historia de las aves.
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