El canto del pájaro “Kaua´i´o´o” para llamar a su pareja fue grabado por última vez en 1987. El hermoso canto del pajarito, una llamado de apareamiento, sería el último de la especie, ya que no existía ningún otro ejemplar. Con la posterior muerte ese año del último ejemplar de “Kaua´i´o´o” desaparecería para siempre de la Tierra esta especie de ave.
Este video hermoso de un momento de éxtasis en la vida de una pequeña ave, su hermoso canto, puesto en contexto se convierte en una imagen muy triste y, si se quiere, en una gran alarma sobre la necesidad de la preservación de las especies.
Especies en peligro: destrucción y fragmentación de los hábitats
Aunque de manera natural las especies surgen y desaparecen, es un hecho que la acción indiscriminada del ser humano ha acelerado peligrosamente ese proceso. Según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, compartidos en un reportaje de National Geographic publicado en 2021, actualmente alrededor de 5.200 especies están en peligro de extinción. Esta cifra representa un 25% de los mamíferos y anfibios, el 34% de los peces, el 20% de los reptiles y el 11% de las aves.
Como amenaza principal para estas especies en peligro, el estudio compartido por National Geographic señala la destrucción y fragmentación de los hábitats como el principal factor. El incremento del nivel de los océanos a causa del derretimiento de los casquetes polares por el calentamiento global es otro factor importante. Mientras, el contrabando de especies para usos medicinales u ornamentales es otro factor que ha hecho le diferencia, tal es el caso del rinoceronte blanco cazado masivamente hasta la extinción solo por el valor de su cuerno.
“Una amenaza de una dimensión sin precedentes en la historia de la humanidad”
Por otro lado, cifras compartidas por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su sitio web oficial son aún más alarmantes. Dos años antes de la publicación de National Geographic, en 2019 la ONU compartía las cifras de lo que llamó “un histórico informe” desarrollado y publicado por la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES) con el patrocinio de agencias de la ONU. Dicho informe planteaba que el peligro de extinción actual asciende a un millón de especies en total.
Según los datos planteados, calificados por la propia ONU como “una amenaza de una dimensión sin precedentes en la historia de la humanidad”, estas especies en peligro podrían desaparecer del todo en las siguientes décadas. El informe agrega que la tasa global actual de extinción de especies es de diez a cientos de veces mayor a la tasa promedio de los últimos diez millones de años, con un preocupante aceleramiento.
En cifras generales, un 75% de los ecosistemas terrestres y un 66% de los marinos se consideran “gravemente alterados”. Otro ejemplo relevante que comparte el documento es que el 85% de los humedales que existían en el siglo XVIII desaparecieron.
Para comprender el impacto de la acción humana en la extinción acelerada de las especies actualmente, el informe unió a más de 400 expertos en 50 países para clasificar (en orden ascendente) lo que consideran “los cinco factores determinantes del cambio en la naturaleza con mayor impacto en el planeta hasta la fecha”:
1. Cambios en el uso de la tierra y el mar
2. Explotación directa de organismos
3. Cambio climático
4. Contaminación
5. Especies exóticas invasoras
El caso de Cuba
En el caso de Cuba el panorama de conservación de las especies no muestra una cara favorable tampoco. Especies únicas, símbolos de la fauna cubana como es el caso del tocororo o la jutía conga, están en peligro de desaparecer. En la larga lista de especies amenazadas en Cuba también se encuentra el majá de Santa María, la polimita, el cocodrilo cubano, el zunzuncito, el manatí antillano y el almiquí, por solo citar ejemplos.
Según la información compartida en el sitio web Extinción Animal Org, con cifras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, en Cuba existen actualmente alrededor de 98 especies animales amenazadas(vertebrados). Dicha cifra puede desglosarse en 11 aves, seis mamíferos, 23 reptiles, 40 anfibios y 18 peces.
Así mismo, destaca las principales causas de la pérdida de especies en Cuba: la deforestación provocada por la sobre-explotación agraria, la explotación de recursos minerales, la caza furtiva, fragmentación de hábitats naturales y la contaminación.
Y aunque actualmente la Isla dispone de dos recursos legales fundamentales para mitigar el impacto de la acción humana sobre la supervivencia de las especies: Ley Penal del Ambiente (1997) y Ley de Protección de la Fauna Silvestre (2015), dichos recursos son insuficientes ante las malas prácticas individuales diarias y la insuficiente información adecuada al respecto.
Consecuencias de la pérdida de especies. ¿Qué podemos hacer al respecto?
Ya que en los hábitats todas las especies que lo componen interactúan entre sí, la pérdida de tan solo uno de sus componentes puede destruir todo el ecosistema, con un efecto “dominó” hacia otros ecosistemas.
Los ecosistemas, a su vez, interactúan entre sí, por lo que el daño de uno puede afectar toda la vida en el planeta. Un gran ejemplo de esto es el daño que causa la subida de temperatura de los océanos en los corales: estos organismos están entrelazados con el funcionamiento de toda la vida en la Tierra desde sus niveles más básicos. Los arrecifes de coral albergan organismos de primer nivel trófico como el plancton: alimento base de otros organismos en la cadena alimenticia cuya afectación podría dañar el funcionamiento de las demás especies, tanto marinas como terrestres.
Aunque las extinciones son parte del mecanismo de los propios ciclos vitales de la Tierra y como tal se autorregula su impacto, cuando las extinciones ocurren de manera acelerada suelen tener efectos drásticos en el ambiente e incluso pueden amenazar con el sostenimiento de toda la vida como la conocemos.
Según la organización World Wild Life (WWL):
“Si bien las extinciones son una parte normal y esperada del proceso evolutivo, las tasas actuales de disminución de las poblaciones de especies y extinción de especies son lo suficientemente altas como para amenazar funciones ecológicas importantes que sustentan la vida humana en la Tierra, como un clima estable, patrones regionales predecibles de precipitación o tierras agrícolas productivas y pesquerías”.
En las últimas décadas, con el aumento de las problemáticas ambientales resultado de la sociedad industrial y a su vez el aumento de la conciencia ambiental, varios acuerdos gubernamentales globales intentan frenar los efectos negativos de la acción humana en la naturaleza, tales como la pérdida de las especies.
Ejemplo de ello es el Acuerdo de París que propone reducir las emisiones de carbono y frenar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados como máximo, lo cual impactaría directamente en el sostenimiento de la vida en el planeta. Sin embargo, estos objetivos están aún lejos de cumplirse a más de un lustro de su entrada en vigor.
La acción individual consciente que prepondere la interacción saludable con el ambiente es el recurso más cercano disponible a cualquier ser humano. Siempre que las condiciones lo permitan, optar por las opciones más amigables con el ambiente es una acción pequeña que hace la diferencia.
El activismo es otro recurso al que se puede recurrir para ayudar a la conservación de las especies: integrar organizaciones cuyo trabajo este enfocado en estos fines, compartir información al respecto, y fomentar el debate y la conciencia sobre estos temas son algunas ideas.
La conservación de los hábitats, los refugios, el cuidado y respeto a las especies salvajes, no fomentar el contrabando de especies en peligro, reducir la contaminación: son muchas las acciones que pueden emprenderse si partimos de la información, la sensibilidad y la disposición de ayudar.
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