El almiquí cubano (Solenodon cubanus) es uno de los dos únicos almiquíes que se conocen en el mundo, el otro es el solenodonte (Solenodon paradoxus) oriundo de la isla de La Española (República Dominicana y Haití). Este raro mamífero lleva mucho tiempo en el planeta y sobrevivió a la extinción masiva que acabaría con los dinosaurios; sin embargo hoy está en peligro de extinción, según la UICN.
Este mamífero habita bosques densos y húmedos, matorrales, y bosques primarios. Actualmente en el territorio de Cuba el almiquí ha sido registrado en el parque Nacional Alejandro Humboldt, en el Parque Nacional Pico Cristal, y en la Reserva de la Biosfera Cuchillas del Toa.
"(el almiquí) ha vivido en la Tierra por más de 70 millones de años"
Los primeros registros del almiquí datan de 1844 por el naturalista alemán Johann Friedrich von Brandt. Sin embargo, considerado hoy día uno de los mamíferos más extraños del mundo, National Geographic lo ha nombrado “un fósil viviente” ya que ha vivido en la Tierra por más de 70 millones de años.
Hay registros de almiquíes durante la primera mitad del siglo XX, pero para la década del 70 muchos llegaron a creer que se había extinguido para siempre. Sin embrago posteriormente nuevos registros devolvieron la esperanza sobre la conservación de esta especie. En 2012 y 2013, en el área de la meseta de Toldo del Parque Nacional Alejandro de Humboldt, fueron capturados siete individuos, según Extinción Animal.
El almiquí, ¿cómo es?
Algunos pueden confundirlo con una musaraña, pero su comportamiento es más similar al de un oso hormiguero. El almiquí se reproduce por huevos, y las crías (habitualmente una o dos) permanecen con la madre durante meses.
Tienen una trompa extensible que puede incluso moverse en ángulos de 90 grados con un gran sentido del olfato. Está cubierto de espinas y puede llegar a pesar hasta 820 gr. Su cuerpo mide alrededor de 30 cm, acompañado de una cola de la misma extensión.
El almiquí es un animal nocturno y solitario. Sus ojos negros y pequeños tienen mala visión. Durante el día se esconde en madrigueras que él mismo excava, o en algún agujero entre las rocas o en árboles.
Es carnívoro: se alimenta mayormente de lombrices de tierra, insectos y pequeños vertebrados como lagartos y ranas. Tiene una mordida venenosa, probablemente para inmovilizar alguna presa, o para defenderse de depredadores como serpientes y aves.
¿Por qué está en peligro de extinción?
Según valoraciones científicas, el peligro de extinción del almiquí cubano se debe a que toda la población que se conoce de la especie está concentrada en un mismo lugar: “Su extensión se estima en 3,280 km² (…) , donde hay una disminución continua en la extensión y calidad de su hábitat debido a la depredación por depredadores y hábitat introducidos, pérdida por deforestación y minería”, afirma Lucía Sanz Araujo en el trabajo "Para preservar una joya", publicado por Radio Rebelde en 2014.
Depredadores como perros salvajes, gatos y la Rata Negra (Rattus rattus) abundan en las áreas donde habita el almiquí. Además, la caza furtiva aumenta la vulnerabilidad de este mamífero. Se cree que estos animales son perseguidos por sus espinas, usadas para curar enfermedades.
Sin embargo, la pérdida de su hábitat por la acción indiscriminada del ser humano y la falta de acciones concretas a nivel gubernamental para su protección y conservación son los mayores peligros que ponen a esta especie hoy día al borde de la extinción definitiva.
Conservación del Solendon cubanus
En el mismo trabajo periodístico antes citado en el medio estatal cubano Radio Rebelde, se compartió la noticia del trabajo de investigadores cubanos y japoneses en un proyecto conjunto para la conservación del almiquí en 2014.
Según la fuente, “los estudios están enfocados a elaborar las bases para un programa de monitoreo a corto y largo plazo y a llamar la atención de la comunidad científica y conservacionista internacional (...) para que dirijan sus esfuerzos de apoyo (...) por conservar el almiquí”.
Sin embargo, al hacer un breve monitoreo al respecto poco más se ha difundido sobre el almiquí y su estado actual de conservación desde tan lejana fecha. Sin acciones concretas al respecto, posiblemente este pequeño animalito pronto podría estar totalmente extinto.
"...la evolución de una sociedad puede medirse en cómo trata a la vida silvestre"
El cuidado de los hábitats y de las especies nativas debería ser prioridad de cualquier comunidad, sin embargo los problemas acuciantes que consumen la energía de la vida diaria de los cubanos, poco tiempo dejan para estas tareas. La conciencia ambiental al respecto es fundamental: reconocer, cuidar y respetar a este animalito único de la fauna cubana debería ser parte del programa de estudios de nivel primario. Ya alguien dijo que la evolución de una sociedad puede medirse en cómo trata a la vida silvestre.
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