Su mujer enferma, su hijo desmayándose de madrugada, basura en las calles, hambre, miedo. En un video difundido en redes sociales, un padre cubano desesperado irrumpe con un testimonio crudo desde un hospital pediátrico donde, según denuncia, no hay medios para atender a su familia. No es un activista ni un dirigente opositor. Es un ciudadano común que habla desde el agotamiento.
"Nos estamos muriendo de hambre, no tenemos una vida digna. En el hospital no hay de nada y los dirigentes viviendo como les da la gana. Los basureros en las esquinas. Tengo treinta años y no sé que he visto yo lindo en mi vida. Desde que soy un niño estoy pasando trabajo".
El video —grabado de madrugada— muestra a un hombre visiblemente afectado que interpela, una y otra vez, una pregunta que atraviesa hoy a buena parte de la sociedad cubana: “¿Hasta cuándo vamos a aguantar?”.
Hospitales desbordados y sin recursos
El video se inserta en un contexto de deterioro sostenido del sistema de salud cubano. En los últimos años, medios independientes, organizaciones de derechos humanos y numerosas denuncias ciudadanas —tanto desde dentro como fuera del país— documentan la escasez crónica de medicamentos, la falta de insumos básicos y el deterioro de la infraestructura hospitalaria en el país.
La atención médica, especialmente en situaciones de urgencia, se ve limitada por la falta de recursos y personal, lo que explica por qué testimonios como el de este padre cubano desesperado se repiten cada vez con más frecuencia.
Los hospitales, incluidos los pediátricos, operan en muchos casos sin garantías mínimas. Familias enteras dependen de redes informales, donaciones o envíos desde el exterior para conseguir fármacos esenciales. La espera prolongada y la incertidumbre forman parte de la experiencia cotidiana de pacientes y acompañantes.
Arbovirus en expansión
A esta situación se suma el aumento de arbovirus como el dengue, el zika y el chikungunya, cuya circulación se intensifica en contextos de deficiencias sanitarias, acumulación de basura y falta de control vectorial. Autoridades sanitarias han reconocido brotes activos, aunque sin ofrecer datos completos y actualizados de forma sistemática.
La expansión de estas enfermedades incrementa la presión sobre hospitales ya desbordados, afecta de manera particular a niños y personas vulnerables y agrava la percepción de indefensión. La combinación de brotes epidemiológicos y escasez de recursos médicos reduce la capacidad de respuesta del sistema.
Infancia en riesgo: enfermedad, calle y abandono en Cuba
La situación de la infancia refleja con claridad el alcance de la crisis. A la falta de atención sanitaria adecuada se suman otros indicadores de deterioro social. En Cuba se registran cada vez más casos de niños en situación de calle, menores que duermen en portales o espacios públicos y familias que no pueden cubrir necesidades básicas.
Árbol Invertido ha documentado este fenómeno en artículos recientes sobre niños que duermen en la calle en Cuba, una realidad que contrasta con el discurso oficial de protección social. Informes de medios internacionales y organizaciones humanitarias coinciden en señalar el aumento de la vulnerabilidad infantil como una de las consecuencias más graves del colapso económico y social.
En ese marco, el testimonio de este padre cubano desesperado a las afueras de un hospital pediátrico sin recursos no es una excepción, sino parte de un escenario más amplio en el que la infancia queda expuesta a la enfermedad, la precariedad y la falta de amparo institucional.
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