El sistema energético cubano viene en declive desde hace varios años. Los constantes y prolongados cortes de energía (popularmente "los apagones") fueron uno de los motivos que llevaron a los cubanos a tomar las calles el 11 de julio de 2021 y que están generando, una vez más, manifestaciones en distintos municipios.
Sin embargo, la movilización no se ha transformado en soluciones por parte del Régimen. Por el contrario, la crisis se agudizó en los últimos meses
¿Cuáles son las causas de la situación actual? ¿Hay soluciones a corto plazo?
Cuba cuenta con 13 centrales termoeléctricas, ocho terrestres y cinco flotantes que fueron rentadas por el gobierno durante los últimos 11 meses. Sin embargo, estas instalaciones son insuficientes para abastecer la demanda de energía, principalmente debido a los constantes problemas en centrales terrestres que adolecen años de explotación y poca inversión en reparaciones.
Al deterioro se suma la escasez de combustible que azota a la Isla. Cuba importa más del 50% de su combustible de Venezuela, y el alza de los precios en el mercado internacional, producto de la guerra en Ucrania, disminuyó la disponibilidad de crudo venezolano para generación eléctrica. Ello está obligando a las centrales a quemar material local pesado, corrosivo y menos eficiente.
Peor aún, el incendio desatado el pasado 5 de agosto en cuatro depósitos de la Empresa Comercializadora de Combustibles de Matanzas vino a complicar, todavía más, el acceso de Cuba al crudo.
“El Sistema Electroenergético Nacional tiene una potencia instalada de 6.558 MW y en estos momentos el promedio disponible es de 2.500 MW, con demandas en los horarios picos por encima de 2.900 MW”, dijo sobre la gravedad de la situación Liván Arronte Cruz, ministro de Energía y Minas, a finales de julio en el programa Mesa Redonda.
Esos números provocan que en amplias zonas del país la electricidad solo aparezca por escasos momentos que no superan las 10 horas de servicio al día.
Los medios oficiales ofrecen, diariamente, información sobre el déficit de generación y los problemas en las centrales eléctricas. Así mismo, las empresas eléctricas de cada provincia informan mediante sus canales oficiales de una programación que divide los territorios en bloques y contiene los horarios de las afectaciones. No obstante, dicha programación a menudo está desactualizada o es incumplida.
Apagones: sin soluciones a corto plazo
Para el ministro Arronte la situación es “compleja y tensa, pero tiene solución”. Sin embargo, dicha solución no será inmediata y está condicionada a que se hagan inversiones importantes en las centrales terrestres.
“Lleva tiempo y recursos materiales que la mayoría requieren de importación y, aunque muchas partes y piezas se fabrican en el país, disminuyendo costos importantes, se necesitan las materias primas para fabricación y posterior montaje”, agregó.
Según el ministro Cuba necesita invertir unos USD 250 millones anuales para asegurar la operación y mantenimiento de su sistema electroenergético; esto sin incluir el costo de los combustibles.
Un punto importante es que dicha inversión permitiría reducir los apagones pero no solucionaría los problemas energéticos a largo plazo. El mismo Régimen reconoce que la Isla debe invertir de forma paralela en mover su matriz energética hacia las energías renovables, para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Por el momento, las energías renovables solo representan el 5% del total de la energía que se produce en la Isla.
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