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Desastres | Todo lo que sabemos sobre el incendio en Matanzas

Como resultado del accidente, al menos dos personas fallecieron, 14 se encuentran desaparecidas y 131 resultaron lesionadas.

Humo negro sobre el incendio.
Incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas. | Imagen: Perfil de Facebook de Ricardo López Hevia.

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La tarde del 5 de agosto se desató el mayor incendio industrial de la historia de Cuba, luego de que un rayo impactara el tanque 52 de almacenamiento de petróleo crudo de la Empresa Comercializadora de Combustibles de Matanzas, también conocida como Base de Supertanqueros.

Durante cinco días las llamas se propagaron hasta otros tres depósitos (cuatro, en total), provocando el colapso del 40 % de la principal instalación para la reserva de combustible en la Isla; mientras que la nube de humo negro causada por las explosiones cubrió gran parte de la ciudad de Matanzas, y llegó incluso a percibirse en las provincias Mayabeque y La Habana.

Como resultado del accidente al menos dos personas fallecieron, 14 se encuentran desaparecidas y 130 resultaron lesionadas.

Aunque el control del incendio “se encuentra en un momento más favorable”, persisten algunas dudas relacionadas con la catástrofe y sus consecuencias:

¿Por qué fue tan difícil controlar ese fuego? ¿Qué impacto ambiental tendrá a corto y largo plazos? ¿Cuál es la información más actualizada sobre los “desaparecidos”?

En #CubaChequea, te ofrecemos algunas claves para entender estas y otras cuestiones fundamentales relacionadas con el desastre.

¿Cómo ocurrió el incendio?

De acuerdo con la versión oficial, sobre las 19 horas del 5 de agosto de 2022, debido a una tormenta local, un “rayo” impactó el primero de los tanques, que en ese momento se encontraba al 50% de su capacidad de llenado (50 mil metros cúbicos), desatando el incendio.

A las 18:58, el usuario de Twitter @mickssayatt aseguró ser testigo de lo ocurrido: “acaba de explotar algo en el puerto de Matanzas, un rayo impactó en este instante, los hemos visto personalmente”.

Imágenes del satélite GeoColor (perteneciente a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos), difundidas en Twitter por el meteorólogo Elier Pila Fariñas, confirman que sobre las 18:51 ocurrieron abundantes descargas eléctricas sobre la ciudad de Matanzas, lo que coincide con la versión oficial.

Vista satelital de la atmósfera alrededor de Cuba.
Vista satelital de Cuba. | Imagen: Twitter del meteorólogo Elier Pila Fariñas.

El director de la División Territorial de Comercialización de Combustibles de Matanzas, Rigel Rodríguez Cubells, explicó que la Base de Supertanqueros contaba con un sistema de pararrayos “pero al parecer la descarga fue más grande que lo que pudo proteger este”, ocasionando el incendio.

Uno de los extrabajadores de la Base de Supertanqueros aseguró en entrevista con Diario De Cuba que “hacía mucho tiempo que no se invertía ni reparaba el sistema de protección y aterramiento de las descargas eléctricas”.

En el 2012, como parte de los acuerdos de cooperación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), con el apoyo de Venezuela, fueron reparados estos depósitos.

El mismo año, también se llevó a cabo la instalación, en la Base de Supertanqueros, del sistema “de pararrayos (…) capaces de conducir a tierra y de forma segura la energía procedente de una descarga atmosférica”, según refirió el ingeniero Rafael Martínez Peláez, asesor técnico de la firma española Aplicaciones Tecnológicas S.A. en Cuba.

Además, la propia estructura de los tanques (de domo de aluminio) debió funcionar adicionalmente del pararrayos para evitar el incendio. Para que este ocurriera, necesariamente el rayo debió entrar en contacto con los gases que generaba el combustible almacenado.

Algunos de los posibles motivos por los que esto pudo suceder son:

  • Algún desperfecto técnico en el pararrayos.

  • Que la cúpula de aluminio del tanque estuviera perforada.

  • Que el rayo accediera al interior, luego de hacer contacto con el sistema de cableado de sensor.

Además, en un primer momento, los fuertes vientos dificultaron las labores de extinción, lo que provocó que el fuego se extendiera hacia el segundo y tercer depósitos (tanques 51 y 50), que finalmente colapsarían los días 6 y 8 de agosto respectivamente.

Producto del derrame de combustible en la zona, el incendio alcanzó un cuarto tanque, que terminó cediendo el 9 de agosto, según las autoridades. “El fallo en la seguridad fue obvio y ha habido mucha improvisación durante la emergencia”, declaró el exinspector de Seguridad Química Amaury Betharte Chapeaux en una transmisión en vivo.

¿En qué estados se encuentran las víctimas?

Luego de comenzado el incendio, la primera secretaria del Partido Comunista de Matanzas, Susely Morfa, informó en sus redes sociales que “autoridades del cuerpo de bomberos, del MININT y de las FAR” se encontraban en el lugar de los hechos.

El último reporte oficial de las víctimas del accidente arrojó que, de los 131 pacientes atendidos por el sistema de Salud Pública de Cuba, 108 habían sido dados de alta, mientras que 23 permanecían hospitalizados. De estos últimos, al menos cuatro están en estado crítico, dos graves y 17 con necesidad de cuidados.

Hasta el momento han sido confirmadas por las autoridades dos personas fallecidas. La primera de ellas fue un bombero de 62 años, de nombre Juan Carlos Santana Garrido, quien trabajaba para el comando especial de protección contra incendios de la Refinería de Petróleo de Cienfuegos.

La segunda víctima mortal, de solo 24 años, fue Elier Correa, quien era uno de los pacientes que se encontraba hospitalizado “en estado crítico extremo, con quemaduras incompatibles para la vida”.

Los datos oficiales referentes al número de personas desaparecidas luego del siniestro son confusos. Inicialmente el gobierno los cifraba en 17, luego en 16 y, posteriormente en 14. Al respecto, el 8 de agosto, Susely Morfa aseguró en conferencia de prensa que “la cantidad de personas desaparecidas se modificó después de que tres personas se presentaran en los hospitales”.

La principal polémica referente a los desaparecidos luego del siniestro es que su corta edad (algunos entre 18 y 22 años, según denuncias de familiares en las redes sociales) indica que podrían estar pasando el Servicio Militar Activo, en este momento obligatorio en Cuba según la Ley No. 75 del 21 de diciembre de 1994 “de la Defensa Nacional” y el Decreto-Ley 224.

Uno de estos jóvenes, Leo Alejandro Doval del Prado, de 19 años, cumplía su Servicio Militar luego de haber concluido sus estudios en el IPVCE Carlos Marx, de Matanzas.

De igual forma, José Luis Guzmán Cuza, periodista de la radioemisora de Santa Cruz del Norte “La Voz del Litoral” lamentó en Facebook “la irreparable pérdida del joven Michel Rodríguez Román”, quien pasaba el Servicio Militar en el Comando de Bomberos número 3 y prestó servicio durante el incendio. Sin embargo, después eliminó la publicación.

Otros de los jóvenes que pasaban el Servicio Militar y se reportan como desaparecidos en las redes sociales son: Fabián Naranjo Núñez, de 21 años, y Adriano Rodríguez Gutiérrez, de 19 años.

No obstante, las autoridades cubanas siguen sin dar información que permita verificar la identidad de las personas desaparecidas e informaron que, hasta este sábado 13 de agosto, no comenzaría el rescate de los cuerpos.

Adicionalmente, a consecuencia del desastre, fueron evacuados 950 residentes en áreas de riesgo cercanas a las explosiones, y más de 4 mil 100 personas decidieron resguardarse en hogares de allegados que se encontraran en zonas seguras.

¿Cuál es el impacto ambiental de la catástrofe?

El primer impacto ambiental notable a causa del incendio fue la gran nube de humo negro que se propagó hacia el oeste, llegando a ser visible incluso en Mayabeque, La Habana, Artemisa y Pinar del Río, alcanzando una longitud de hasta 150 kilómetros desde su origen.

Estos gases son producto del calor y de la combustión completa e incompleta de distintos materiales que se hallan en el lugar del incendio. “Se conoce sobre la carga de contaminantes que tienen la quema, los accidentes, incidentes y demás problemas que puedan ocasionar la explotación de combustibles fósiles”, declaró el ambientalista Alejandro Perdomo García.

Vista satelital de la atmósfera alrededor de Cuba.
Propagación del humo del incendio sobre Cuba y sus alrededores. | Imagen: Twitter del meteorólogo Elier Pila Fariñas.

Por su parte, Elba Rosa Pérez Montoya, ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba (CITMA), aseguró en conferencia de prensa que existen “todas las evidencias de que hay una afectación natural importante”.

“Hay una afectación a la atmósfera a una altitud de entre cuatro y seis kilómetros (…) la nube tiene dióxido de azufre, óxido de nitrógeno, monóxido de carbono, entre otras sustancias que están cayendo sobre Matanzas, Mayabeque y La Habana”, agregó.

Usuarios en redes sociales y reportes de medios de comunicación alertaron sobre la contaminación en las lluvias en las zonas afectadas por el humo desde que comenzó el siniestro. Las lluvias se producen por encima de la columna de humo y, al precipitarse, arrastran partículas y gases contaminantes, según precisó José Rubiera, especialista del Centro Nacional de Pronósticos del Instituto de Meteorología.

Por su parte, Enrique Viera García, residente en el Valle de Yumurí, comentó al periódico Girón que algunos de sus cultivos presentaban “huellas de una sustancia negruzca”. A su vez, el doctor en Ciencias, Osvaldo Cuesta Santos, especialista del Centro de Contaminación y Química de la Atmósfera, aclaró que las lluvias registradas en el Occidente de Cuba arrastraron muchos “acidificantes”, de ahí que algunas personas observaran su tonalidad oscura en cultivos y al caer en recipientes.

Los datos más recientes ofrecidos por el CITMA aclaran que, desde que lograra controlarse el incendio, la contaminación del aire ha disminuido; además, en las imágenes de radar, la visibilidad del humo es inferior con respecto a días anteriores.

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J. Barrez

J. Barrez

(Cuba, 1994). Escritor y periodista. Ha colaborado con diversos medios independientes en Cuba y el extranjero.

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