Esta nueva sección de Árbol Invertido nace de un reclamo “púbico”. Doce mil cartas han llegado a nuestra redacción para que dediquemos un día a la semana a la literatura humorística, y en cada una de ellas venía un vello como clarísima señal de lo que entendían los remitentes por “humorística”. No pude interpretar todas las claves que traía el elemento, pero me hizo suponer dos caminos: Nuestros lectores están hasta los verdaderos cobaltos de tanto apagón y tanta desesperanza, que necesitan la misma válvula de escape que sus tatarabuelos… o sigue siendo “el relajo” el componente número uno de la Cultura Popular Cubana. Sea cualquiera de los dos ramales (o un tercero, que bien cabe cuando entre dos es muy aburrido) tendremos "El torniquete"... que intentará ser un refresco instantáneo para todo el que no sea muy mojigato. De "bromas colosales", burlas, malas palabras, doble sentido y etcéteras incalificables se trata esto: si no conoces a Flora, no esperes por Virgilio.
"El torniquete" intentará ser un refresco instantáneo para todo el que no sea muy mojigato.
Como modalidad estrófica, luego de varias reuniones del núcleo duro de nuestra revista (más la recomendación del Grupo de Respuesta Rápida Invertida: GRRI), escogimos la décima, estrofa mimada por los humoristas cubanos.
La literatura de transmisión oral y la popular se han encargado de crear un riquísimo esqueleto a eso que se le llama “identidad nacional”. En los últimos años ambas han reverdecido laureles en Cuba debido a todos los trompicones que se suceden en la isla. Cosas realmente locas, que sirven de caldo para el choteo, pasan a diario.
Recordaremos décimas muy viejas que parecen haber sido creadas ayer (la isla se ha movido menos que Juana Bacallao en los últimos cien años); citaremos obras publicadas que han tenido limitadísima promoción; compilaremos lo que nos parezca adecuado entre las muchas décimas que publican en sus muros nuestros amigos, para darles más amplia difusión, y aceptaremos colaboraciones de todo aquel que quiera darle más vueltas a nuestro torniquete, que debe aparecer "sorpresivamente" todos los miércoles.
Para comenzar, que esta monserga cansa, comparto tres obras que aparecen en el muy abarcador libro Decimerón, del relajista cubano Yamil Díaz Gómez y que fuera publicado por la editorial Sed de Belleza de Santa Clara en el año 2016.
El Caimán Panzudo (eltorniquete@arbolinvertido.com)
MANIFIESTO DE UN VAGO
Con fideo, macarrones
y puré de calabaza
ya me tienen en la casa
hasta los mismos cojones.
El ruido de los aviones
no me deja descansar
y cuando voy a templar
el bicho no se me para.
¡Y así quiere el Che Guevara
que yo vaya a trabajar!
CONDONES, POR FAVOR
En la farmacia un señor
le dijo a la dependiente:
“He venido solamente
para aclarar un error:
los condones, por favor
no me están saliendo bien”.
Y un viejito del andén
dijo, levantando un brazo:
“Comunícale de paso
que se joroban también”.(1)
EN LA BODEGA
Ayer fui a comprar boniatos
y me dijo el bodeguero:
“Tienes que traer primero
la inscripción y dos retratos,
carné de los sindicatos
que también es necesario”.
Bien me lo dijo Olegario
con el mayor disimulo:
“Lleva dos fotos del culo
para papel sanitario”. (2)
1) Julio Martínez. Fuente: Alberto Arteaga Gutiérrez, Arteaguita.
2) René Batista Moreno. Yo he visto un cangrejo arando.
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