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Libros | Editoriales cubanas independientes retan al régimen en el congreso de LASA

La Red de Editoriales Independientes Cubanas muestra parte de su catálogo en el congreso de LASA, la agrupación más grande del mundo que reúne a individuos e instituciones dedicados al estudio de Latinoamérica.

El stand de RedECI en LASA.
El stand de RedECI en LASA. | Imagen: Árbol Invertido

Todo comenzó en Cuba, una isla del Caribe con poco más de una decena de millones de habitantes. El caos y condiciones reales como una dictadura de más de 60 años, una dictadura comunista que impide la iniciativa independiente, más aún en la difusión de información, estrecharon el cerco a los escritores y editores de los que hablaremos ahora.

Estos escritores, editores, e intelectuales cubanos tenían una carrera, fundaron proyectos, escribieron y corrigieron textos, pero comprendieron que luego una voz por encima de todas las voces los cambiaba, casi siempre sin acierto, o los censuraba, o para decirlo mejor, los prohibía.

Asfixiados, muchos de estos cubanos no tuvieron otra opción que levantar las anclas y abrir las velas. Entonces comenzaron a aparecer sus novelas o sus poemarios en editoriales del extranjero, primero, y luego comenzaron a aparecer editoriales cubanas en España, Holanda, Alemania, República Checa, México, Estados Unidos, y en otros muchos sitios.

Décadas después, en un mundo de internet, libros digitales, inteligencia artificial y metaverso, en la isla del Caribe pocas cosas habían cambiado. La dictadura y la censura seguían ahí, y estos escritores y editores, dispersos, entre la emigración y el exilio, decidieron, por primera vez, agruparse.

De ese modo surgió la RedECI, o Red de Editoriales Cubanas Independientes, con diez miembros iniciales: Almenara Press, Betania, Bokeh, Casa Vacía, Deslinde, Hypermedia, Ilíada Ediciones, InCUBAdora, Rialta Ediciones y Verbum.

Su primer encuentro público tuvo lugar en el Centro de Convenciones de Vancouver, un edificio de 110.000 metros cuadrados forrado de cristales ubicado en uno de los márgenes del puerto de la ciudad canadiense, como parte de la edición de 2023 del congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), la agrupación profesional más grande del mundo que reúne a individuos e instituciones dedicados al estudio de Latinoamérica.

El stand de RedECI en LASA.
El stand de RedECI en LASA. | Imagen: Árbol Invertido

Pero la llegada de los editores cubanos a LASA tampoco fue sencilla, pues la prestigiosa asociación había sido perfectamente penetrada por la dictadura cubana y durante décadas en sus congresos las críticas al régimen eran muy mal recibidas, como lo habría sido la presencia de estos libros en cualquiera de sus stands.

Entonces, ¿cómo llegaron?

A inicios de mayo de 2021, impulsados por Guillermina de Ferrari, especialista en Literatura y Cultura Visual Caribeña en la Universidad de Wisconsin-Madison, decenas de intelectuales y académicos firmaron una carta abierta pidiendo a la organización una denuncia contra la represión y las violaciones de derechos humanos en Cuba, pero en su respuesta LASA apenas hizo mención al asunto, centrándose en denunciar al embargo estadounidense.

Esta respuesta provocó el enojo de muchos integrantes de LASA y una ola de renuncias a la asociación por parte de varios investigadores cubanos o especializados en la Isla, lo que terminó convirtiéndose en uno de los cismas más grandes sufridos por la entidad.

Pero el tema siguió, y el 30 de mayo de 2021 el cubano Francisco Morán, profesor de Literatura Hispánica en Southern Methodist University, lanzó otra petición en la plataforma change.org cuestionando el papel de LASA respecto a Cuba, que llegó a acumular más de 16.000 firmas.

Aunque no fue público, esta toma de posición por parte de académicos cubanos y de otras nacionalidades surtió efecto, al menos algún tipo de efecto, pues dos años más tarde, cuando LASA, bajo la dirección de la académica venezolana Margarita López Maya, volvió a convocar un congreso presencial (tras dos años suspendido por la pandemia), ya el castrismo no era hegemónico.

En esta ocasión, además del stand compuesto por editoriales cubanas independientes, algo inédito en este tipo de congresos, la artista y activista cubana Tania Bruguera, profesora de la Universidad de Harvard,fue invitada a uno de los principales paneles que organiza la dirección de LASA.

Además, las delegaciones de académicos enviados por el Estado cubano, siempre amplias, se vieron sumamente limitadas porque entre otras cuestiones, fueron obligadas a pagar su membresía como hacen los académicos del resto de países.

Aunque no hubo un comunicado oficial por parte del régimen, la pérdida de terreno en un congreso de la importancia de LASA no pasó desapercibida, pues los trolles de internet gestionados por La Habana hicieron acto de presencia de forma virtual en el congreso, intentando sabotear varias de las ponencias sobre Cuba, y difundieron desinformación sobre la presentación de Bruguera en el evento.

El stand de RedECI en LASA.
El stand de RedECI en LASA. | Imagen: Árbol Invertido

No obstante, la presencia de la RedECI en el congreso también fue objeto de críticas por parte de un sector del exilio cubano, que cuestionó su participación en un evento donde históricamente predominaba el oficialismo.

El filólogo y editor Carlos Aníbal Alonso, director de Rialta Ediciones, quien un mes antes recibió una especie de “acto de repudio” por partidarios del régimen al presentar el trabajo de su editorial en la Feria del Libro de Bogotá, consideró en esta ocasión que “debemos seguir conquistando espacios que muchas veces han sido propicios al régimen, a sus criterios de exclusión, a sus paradigmas, no regalarle esos espacios”.

Para Alonso sería un error “no venir aquí y mostrar esa otra Cuba, esa otra producción, esa otra realidad, que en muchas ocasiones es conocida por los cubanos, pero no en otros contextos”, dijo a Árbol Invertido.

“Creo que estas iniciativas se deberían seguir reproduciendo en Ferias del Libro internacionales donde también el Gobierno cubano tiene una presencia muy fuerte y sistemática”, agregó.

Por su parte, Waldo Pérez Cino, director de las editoriales independientes Almenara Press y Bokeh, explicó que “en LASA hemos estado presentando una muestra de libros de las editoriales que conforman la RedECI y marcando la presencia de un trabajo sobre Cuba y hecho por cubanos que suele escasear en este tipo de diálogo académico”.

Sobre el desarrollo del congreso, el director de Rialta Ediciones dijo que “la recepción en estos días ha sido estupenda, hemos tenido la oportunidad de conversar con muchos académicos, escritores, editores, investigadores, que muchas veces desconocían todo lo que se está produciendo por esta diversidad de sellos que venimos aquí”.

“Creo que ha sido un espacio muy provechoso, y personalmente, creo que es muy importante agradecer a la nueva presidencia de LASA que ha propiciado que estas voces vengan y estas producciones de las editoriales independientes tengan un espacio importante”, finalizó el editor cubano.

Los editores cubanos Carlos Aníbal Alonso y Waldo Pérez Cino junto a la presidenta de LASA, Margarita López Maya, y la académica Magdalena López.
Los editores cubanos Carlos Aníbal Alonso y Waldo Pérez Cino junto a la presidenta de LASA, Margarita López Maya, y la académica Magdalena López. | Imagen: Cortesía de los entrevistados

La RedECI, recientemente fundada, y presentada por primera vez en público en el congreso de LASA, se define por la colaboración y la solidaridad “intelectual y política” como alternativa “no solo para garantizar la supervivencia [misma] de estos proyectos, sino para hacerlos crecer, vigorizarse, proliferar…”.

Compuesta por diez sellos actualmente, los integrantes de RedECI dijeron confiar también “en la posibilidad de que el campo editorial cubano independiente del poder se amplíe y se enriquezca con nuevos actores y organizaciones surgidos en cualquier parte del país y su diáspora”.

“Con identidades distintas, que van desde la práctica literaria más contemporánea hasta la recuperación crítica de archivos o la investigación académica, los sellos que confluyen aquí se ocupan del campo cultural cubano, y lo hacen, todos, fuera de los cauces de legitimidad y circulación del Estado (…) Espectro de singularidades más que grupo homogéneo, la RedECI se propone imaginar Cuba desde esa diversidad de perspectivas, posiciones intelectuales y registros estéticos”, agregaron los integrantes de la agrupación en un comunicado.

En la declaración fundacional de RedECI, sus integrantes dijeron que “un libro puede ser un rasguño en la piedra y, a la vez, la explosión de una catedral”.

Tal vez ambas cosas sucedieron en el evento de estudios latinoamericanos desarrollado la pasada semana en Vancouver.

Ahora, los integrantes de la Red planean seguir ganando espacios donde el régimen cubano, aprovechándose de la dispersión del exilio, ha tenido hegemonía en los últimos años, como son los congresos académicos, literarios, y numerosas Ferias del Libro.

Árbol Invertido

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El medio digital Árbol Invertido es un espacio para el ejercicio pleno de la libertad de expresión, con temas interrelacionados a partir de un lugar en el mundo llamado Cuba, los diferentes modos de hacer y entender la Cultura, y los Derechos Humanos.

Comentarios:


José Prats Sariol (no verificado) | Mar, 06/06/2023 - 14:33

Felicitaciones

ileana Fuentes (no verificado) | Mié, 07/06/2023 - 00:16

Enhorabuena a este tipo de bloque en pro de nuestra presencia e influencia, y en contra del bloque-o a la libertad de expresión que mantiene el castrismo.

Jose Millet (no verificado) | Lun, 12/06/2023 - 14:59

Muero como Marti de cara al sol, que es libertad o no es nada. Hay mas de una cuba y hay que mostrar todas sus caras. Exitos.

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