El cineasta cubano Pavel Giroud, en entrevista con la periodista Virginia Ramírez Abreu, reflexionó sobre la manera en que el exilio suele representarse en el cine y la literatura: marcado por la nostalgia y el anhelo de retorno.
En su más reciente película, Comandante Fritz, propone otra perspectiva: la de quienes, pese al desarraigo, encuentran un camino propio y logran reconstruirse lejos de la isla.
“Me interesa contar historias de gente que se realiza fuera de Cuba”, afirma el cineasta, convencido de que la memoria y la identidad necesitan ser narradas desde ángulos distintos, menos anclados en la pérdida y más abiertos a la reconstrucción.