Pasar al contenido principal

Ciencias | Tres razones para creer en la ciencia de los sabios antiguos

"El método científico con su lógica de prueba y error intenta una y otra vez entender los secretos del universo para terminar encontrándose con lo que el propio pensamiento científico ha nombrado en el lenguaje común como “religión” o “mito".

Tabla sumeria que describe los orígenes de la humanidad
Tabla sumeria que describe los orígenes de la humanidad.

El flujo actual de la información, abrumador e inabarcable, permite recibir grandes cantidades de conocimiento por diversas vías disponibles casi todo el tiempo. Es el resultado del trabajo humano, la recopilación de datos, el perfeccionamiento de los sistemas de comunicación y de nuestras necesidades sociales.

Podría decirse que es un gran regalo de la posmodernidad, especialmente a partir de la instauración de la red global pública conocida como Internet. Pero, ¿es suficiente el acceso a la información para saber o, cuando menos, informarse? Ni de cerca.

Como efecto de rebote la avalancha de informaciones parece abrumar e, incluso, generar más desinformación. La “ciencia”, la gran religión de la era postmaterialista, suele apuntar hacia la “verdad” objetiva que el ser humano postindustrial cree que necesita.

El método científico, con su lógica de prueba y error intenta una y otra vez entender los secretos del universo y, graciosamente, termina encontrándose con lo que el propio pensamiento científico ha colocado en el lenguaje común como “religión”, “mito”, “leyenda”...

En este sentido y para no sucumbir ante la desinformación, te propongo regresar a los clásicos: personas, libros, sabiduría que ha trascendido el tiempo para, desde una transmisión directa considerada sagrada por algunos, encontrarse siempre en el presente con conocimientos que, aunque trasciendan nuestra comprensión, existen como leyes universales.

1- La danza de las partículas que dibuja un Ying Yang

Recientemente se captó la imagen derivada de la interacción de dos partículas minúsculas. La figura que forman es exactamente la descrita como Ying Yang en la antigua sabiduría del camino del Tao:

La visualización en tiempo real del entrelazamiento cuántico de dos partículas de luz (fotones) por científicos de la Universidad de Ottawa fue posible gracias a una cámara especial que es capaz de captar elementos con una resolución de nanosegundos en cada pixel.

Fotones con forma de Ying Yang
Fotones interactuando entre sí dibujan la imagen del símbolo YingYang. | Imagen: RT.

El resultado de la observación de estas partículas fue la imagen de lo que los taoístas describieron como YingYang: la interaccion de los principios primordiales del universo “luz y oscuridad”, “masculino y femenino”, “tierra y cielo”, “absorción y penetración”, etcétera, que en su interacción componen todo lo existente en el universo.

2- El juego de la forma

Antes, la ciencia describió la composición de la materia en su elemento más pequeño que tiene propiedades de un elemento químico: el átomo, dividiéndolo en tres expresiones fundamentales (electrones, protones y neutrones) que interactúan entre sí, tal como en muchas culturas fue descrito desde la antigüedad la prevalencia sagrada del número “3” como tres elementos fundamentales componen un “todo”. Un ejemplo de esto es la santísima trinidad que describe el cristianismo: “padre, hijo y espíritu santo”.

Ilustración de la composición de un átomo
Ilustración de la composición de un átomo.

En este sentido, al profundizar en las propiedades del átomo, la ciencia comprobó, además, que los componentes de esta primera forma material no son materia alguna, pues en un sentido más profundo solo poseen vibraciones. Esto terminaba coincidiendo con la idea planteada por el yoga miles de años atrás a partir del concepto de maya sobre “la ilusión de la forma” y luego reafirmada por el budismo con la idea de que “todo es mental”.

3- ¿Tercera Ley de Newton o Karma?

La Tercer Ley de Newton, “a cada acción se le corresponde una reacción de igual magnitud pero en sentido contrario”, fundamento de la mecánica clásica que ha trascendido como la idea que permitió entender, entre otros aportes, el movimiento de los planetas.

Persona saltando en un trampolín
Persona saltando en un trampolín, lo cual ilustra la ley de la mecánica que explica la Tercera Ley de Newton. | Imagen: Wikipedia Org.

Sin embargo, además de las exactas descripciones del espacio que hicieron culturas antiguas como los sumerios, esta ley en sí remite a un concepto más completo que ya contenía esta información y es la idea del funcionamiento del karma, sabiduría ancestral del yoga, presente también en muchas otras culturas, sobre todo en las llamadas “dhármicas”.

Regresar al inicio

Ailén Rivero

Ailén Rivero

(Cuba, 1996). Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana (Cuba, 2019). Instructora de Yoga (Anand Kundalini, Argentina, 2020), especializada en yoga para embarazadas (Quinta Do Rajo, Portugal 2022). Con la iniciativa Proyecto Semilla promueve un estilo de vida saludable a partir de la filosofía yóguica.

Añadir nuevo comentario

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de correos electrónicos y páginas web se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.
CAPTCHA
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.
Este reto es para probar que no eres un robot. Por favor, ten en cuenta minúsculas y mayúsculas.