Durante tres meses y con un presupuesto de más de 9, 5 millones de euros, las autoridades de la ciudad de París se encargaron de limpiar las profundidades del canal Saint Martin.
Para sorpresa de trabajadores y curiosos, fueron extraídos del fondo varios cientos de objetos que atestiguan, por un lado, la evolución de los hábitos de consumo de la sociedad parisina; pero, por otro, constituyen un claro ejemplo de contaminación medioamiental.
Construido en la época de Napoleón III, este canal de casi cinco kilómetros (de los cuales dos son subterráneos) servía en sus inicios para traer agua potable a la capital, así como para el transporte de mercadería. Declarado monumento histórico desde 1993, a día de hoy navegan en sus aguas, sobre todo, pequeños barcos turísticos, mientras que por sus bordes los habitantes o visitantes de la ciudad corren y pasean, en especial durante el fin de semana.
El Canal Saint-Martin comienza en el distrito 11 en el Port de l'Arsenal, en el barrio de la Bastilla, y termina en la cuenca de la Villette, en el distrito 10 de París.
Los trabajos de limpieza del parisiense canal Saint Martin han revelado su condición de repositorio de artículos de todo tipo, una suerte de trastero urbano y subacuático. Han sido encontrados, por ejemplo, una decena de cajas fuertes, una silla de ruedas y numerosos abetos de Navidad.
Antes de esta limpieza, las aguas se encontraban completamente turbias y emitían un olor insoportable. Al comenzar las tareas de drenaje, el hedor se fue disipando, lo cual atrajo a una gran cantidad de "público" bien atento a lo que estaba sucediendo.
Fueron 3 millones de centímetros cúbicos de agua los desplazados por los operarios. Dentro de este histórico canal había inodoros, carritos de compra de supermercados, miles de botellas y latas e, incluso, armas. “También hemos encontrado objetos peligrosos como un fusil y un revólver, que han sido entregados a la Policía”, detalló Jean François Rauch, responsable de los grandes canales de París.
Al vaciarlo por completo, después de tres días de trabajo y luego de aislarlo por medio de represas, se toparon con un mundo de artículos y cachivaches: más de 100 bicicletas -la mayoría eran velibs, ciclos de libre servicio que se alquilan en la ciudad-, dos motos, cochecitos de bebe, una bañadera, computadoras, llantas, un busto de costurera, un tanque de agua, una silla de ruedas y, por si fuera poco, un dron.
"La gran cantidad de bicicletas demuestra que hay un enorme cambio en las costumbres de los parisinos desde 2001 hasta hoy. Se convirtieron en un medio de transporte estructural de la ciudad", explicó la ministra adjunta Célia Blauel.
Asimismo, los operarios encargados de drenar el Saint Martin y limpiarlo, encontraron en el canal una buena cantidad de peces que luego transportaron en tanques de agua hacia otros sitios.
A pesar de la alarmante cantidad de chatarra encontrada, los parisinos se muestran optimistas con respecto a la contaminación generada en su ciudad, pues se consideran a sí mismos con "hábitos más verdes" que sus antepasados.