El panorama económico para los cubanos no parece que vaya a mejorar en 2024, un año que comenzó con récords de inflación y marcado por un grupo de medidas del régimen enfocadas en la subida de los precios del combustible y el transporte, mientras los salarios de la población siguen siendo insignificantes para adquirir los alimentos y demás productos necesarios para una vida digna.
Pese al discurso triunfalista de las autoridades, el mal manejo de la economía del país no parece cambiar de rumbo tras varios años de una crisis asfixiante para los cubanos, la cual se podría agudizar todavía más con la implementación de un “paquetazo” de medidas anunciadas en diciembre por el primer ministro Manuel Marrero, que implican el alza de los precios de la electricidad, el agua y el gas.
El “paquetazo”
Estas medidas, que según el Gobierno buscan “dinamizar” la economía nacional, implican también el aumento del precio de los cigarros, el cual ya había crecido en los últimos años debido a su limitada oferta, así como la “congelación” de las plantillas de trabajo del sector laboral, dificultando aún más el acceso al empleo.
En este contexto sigue siendo una obsesión del Gobierno la captación de divisas, por lo que además de establecer la venta del combustible en dólares en más de una veintena de servicentros, quedarán otros donde los cubanos podrán pagarlo en moneda nacional, pero con una subida de precio equivalente al 500%.
Con una economía parcialmente dolarizada, donde los cubanos deben comprar una gran parte de los productos que necesitan para subsistir en Moneda Libremente Convertible (MLC), las autoridades planean seguir dando alas a esta estrategia, mediante “la utilización de nuevos medios de pago o tarjetas en divisas, a las que se les aplicarán incentivos para la compra de bienes y servicios, y que se podrán recargar desde el exterior o en efectivo”, según las palabras de Marrero.
Además, una de las pocas “ayudas” estatales que permite aliviar la miseria de los cubanos, que son los alimentos subvencionados que reciben mediante la cartilla de racionamiento, se eliminarán para una gran parte de la población quedando hábil solamente para los más vulnerables, según afirmó el primer ministro.
“No es justo que reciban lo mismo los que mucho tienen que los que muy poco tienen. Hoy nosotros le subsidiamos lo mismo a un ancianito pensionado que al dueño de grandes negocios privados que tiene mucho dinero”, explicó Marrero, quien dio que esta nueva distribución se implementará en las próximas semanas y meses sin ofrecer más detalles al respecto.
La inflación
A todas estas, la inflación en Cuba creció en un 31,34% en el mercado estatal en el año 2023, principalmente debido al incremento de los precios de la restauración, el transporte y los alimentos, de acuerdo con los datos publicados esta semana por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
No obstante, se estima que los índices de inflación que ha sufrido la población cubana son mucho mayores, debido a que los datos de la ONEI no tienen en cuenta los precios en el sector privado, al cual tienen que acudir los cubanos en su día a día debido al desabastecimiento y el racionamiento del mercado estatal.
De acuerdo con los datos del organismo estatal, los precios que más aumentaron durante el año fueron los de restaurantes y hoteles, en un 47,18%, seguidos por los del transporte, en un 37,52%, y luego los de alimentos y bebidas no alcohólicas, en un 36,36%.
Pero esta tendencia no es nueva, pues los cubanos viven un proceso de inflación desatado desde el año 2021, cuando el incremento de precios registrados por la ONEI fue del 77,33%, y al año siguiente, en 2022, volvió a crecer en un 39,07%.
Aunque los datos interanuales muestren un decrecimiento de la inflación, esto puede ser engañoso, pues es una variable acumulativa y se puede comprobar en las cifras mensuales, donde sí se evidencia un proceso de incremento constante desde el 2021 hasta la actualidad.
La inflación podría ser mucho mayor que la anunciada, pues en el cálculo no se tiene en cuenta el crecimiento de los precios del sector privado, que no son medidos por ningún organismo en Cuba y resultan mucho más volátiles que los del sector estatal, viéndose incrementos de hasta el 500% en diversos productos en cortos periodos de tiempo.
Mientras tanto, también el valor de la moneda nacional cubana sigue cayendo en el mercado paralelo, donde según el índice elaborado por el medio independiente El Toque un dólar llegó a costar esta semana 275 pesos cubanos, la cifra más alta desde el inicio de la Tarea Ordenamiento.
¿Qué opinan los especialistas?
Como de costumbre, las medidas económicas del régimen cubano no parecen surtir efectos positivos, pues son tomadas desde el dogmatismo de un modelo obsoleto y con la primicia de que no pongan en riesgo el control político y financiero del régimen.
En ese sentido, el economista cubano Pedro Monreal consideró sobre el “paquetazo” anunciado a finales de diciembre que terminará por generar más inflación, y recomendó a las autoridades cubanas dar paso a una “discontinuación del esquema de planificación actual”.
De acuerdo con una publicación del especialista en Twitter, estas medidas no califican como un “programa de estabilización” de la economía cubana en un contexto marcado por un déficit fiscal equivalente al 18,5% del Producto Interno Bruto (PIB).
“Lo que se observa desde el principio es que, a pesar de recortes de subsidios y aumentos de precios que acentúan el empobrecimiento, lejos de resolverse, se agudizaría un proceso inflacionario asentado en un déficit presupuestario descomunal”, añadió Monreal.
Mientras tanto, el Doctor en Ciencias Económicas y profesor titular de la Universidad de Guantánamo, Javier Pérez Capdevila, cuestionó en su muro de Facebook que las “medidas se han anunciado de forma confusa y ambigua” y “tienen como supuesto objetivo lograr una estabilización macroeconómica, pero eso no es una solución real, sino solo un punto de partida, y no hay ninguna garantía de que vaya a funcionar.
“Pero lo peor de todo es que el plan de medidas se basa en recortar subsidios e incrementar precios, lo que nos lleva a un aumento enorme de la pobreza. Entonces, ¿de qué estabilización hablan? Es solo una ilusión, una suposición que no se concreta, que solo nos hace más pobres cada día, como lo hemos sufrido en los últimos años”, añadió el economista, que se desempeña como especialista en programas y proyectos de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Por último, dijo que “no se ven medidas para salir del estancamiento económico y, mucho menos, para reducir la inflación, acompañados de un déficit fiscal que conlleva a generar más dinero líquido, lo que no estimula la economía, sino la inflación”, ante lo cual dijo intuir que “muchos economistas de la capital de nuestro país han advertido esto, pero no han sido escuchados”.
Mientras tanto, la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) emitió un comunicado acerca del “paquetazo” anunciado por el Gobierno, al cual calificó como “un ataque directo a la familia cubana”.
El texto publicado por la ASIC señaló que las medidas anunciadas por las autoridades cubanas no abordan “las causas reales de la crisis existente en el país, ni definen de forma concreta medidas encaminadas a solucionar los males de una economía sostenida por caprichos políticos y no por las leyes económicas".
Los integrantes de la ASIC también señalaron que estas medidas hacen "recaer todo el peso de la crisis sobre los trabajadores, emprendedores y ciudadanos todos, y, sin embargo, 'no toca ni con el pétalo de una rosa' al verdadero mal de males de la sociedad cubana: el régimen unipartidista y la burocracia que lo apaña".
En ese sentido, los sindicalistas denunciaron que las autoridades deberían “dejar de creer que la empresa estatal socialista será la solución a sus males”, pues consideraron que “si algo mantiene el déficit financiero son las empresas propiedades del Estado, la mayoría de ellas irrentables”, por lo cual afirmaron que, si el régimen “quiere sacar al país de la crisis, necesita escuchar las demandas ciudadanas, sindicales y académicas exigiendo amplia libertad de inversión interna y externa”.
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