Hoy a las cinco y media de la tarde
un poema
florece en el silencio de la biblioteca.
Se libera de su inexistencia para ser la prueba
Fehaciente
de una voz que ha dormido y ya no duerme más.
Sobre la superficie se extiende,
cicatriz ineludible de las heridas
que no han podido sanar.
(Han faltado conjuros para curarlas)
Un minuto después se seca,
produce la dura cáscara que tapa la carne viva
y de ella queda
este rebelde rastro.
(Publicado originalmente en la antología Más allá del miedo es mi casa “Mujeres poetas contra la violencia” (Ediciones Deslinde, Madrid, 2021).