Quiero estar contigo,
dentro de tus muros,
dentro de tus muertes.
Quisiera retener tu voz,
hacerla parir horas que compartan sus lados,
mis rígidas e insaciables añoranzas.
Quiero siempre
los bosques, mantos, sombras,
abiertos a la distancia que rasga mi aire.
Quisiera la oración,
Edén en mi calma, pensamiento:
Temblor inerme.
Quiero tu corona,
será de mi sangre el vino
ya quimera en tu momento.
Quisiera volver,
dentro de mi hogar tu azul.
Galope de pueblo tal vez reciente.
Quiero mi palabra sobre tu arte,
yo le calzo sordo y desnudo
a inicios de esta luz.
(Del libro Habitante invisible, Ed. Deslinde, Madrid, 2019)