Desde que República Dominicana eliminó en 2022 el visado de tránsito para ciudadanos de Cuba, Punta Cana se ha convertido en el nuevo lugar de reencuentro de familias cubanas separadas por el exilio, que hallan en este destino caribeño la posibilidad de volver a abrazarse.
El atractivo no está solo en sus playas y hoteles todo incluido, sino en la posibilidad de estar juntos en libertad. En junio de 2025, cerca de 20 mil cubanos viajaron a este lugar para compartir unos días en unión y volver a ver a sus seres queridos.
Frente a los obstáculos para viajar a Estados Unidos y a la crisis dentro de Cuba, muchos optan por un tercer país. Así, quienes llegan desde la isla experimentan comodidades y servicios inexistentes en su tierra natal, mientras los exiliados evitan entregar sus ahorros a las empresas militares que controlan el turismo en Cuba.
El encanto de estas encuentros contrasta con el momento amargo de la despedida. Cuando acaba la reserva hotelera, los abrazos se prolongan, cargados de lágrimas. Unos vuelven a sus trabajos en Estados Unidos o Europa, otros regresan a una isla marcada por la escasez y la oscuridad.