La biodiversidad endémica de Cuba representa un patrimonio natural único en el mundo. Su riqueza biológica es una de las más notables del Caribe y se debe, en gran parte, a su condición de archipiélago aislado.
Animales como el almiquí, los caracoles Polymita o la diminuta rana Monte Iberia, junto con plantas como la palma corcho o la orquídea fantasma, solo existen en territorio cubano. Preservar estos tesoros es esencial para salvaguardar un patrimonio que constituye también una expresión profunda de la identidad cubana.