En la ciudad de Morón, provincia de Ciego de Ávila (Cuba), la vida se reduce a esperar que la corriente eléctrica regrese. Calles vacías, servicios cerrados y familias enteras incapaces de dormir por el calor muestran el rostro de una ciudad cubana en apagón total.
“Nuestra vida es solo resistir mosquitos, calor, sin alimentos que conservar y sin esperanza”, cuenta una vecina que resume lo que significa sobrevivir en la penumbra de Cuba.
Los apagones en Cuba no son hechos aislados, sino la consecuencia de un sistema eléctrico envejecido, con termoeléctricas deterioradas, escasez de combustible y carencia de inversiones sostenidas. En ciudades como Morón, estas deficiencias se combinan con un entorno urbano deteriorado, donde los huecos en calles y aceras se convierten en trampas invisibles.