Una nueva normativa en la Unión Europea llamada Euro VII, que entrará en vigor a partir de 2025, proyecta reducir un 55% las emisiones contaminantes de los automóviles de combustión.
Cada año queda más claro en el mainstream el problema del cambio climático. Debido a la presión de la ciencia y grupos de eco-activismo, nuevas reformas comienzan surgir. Euro VII es un ejemplo alentador para muchos, aunque preocupante para los que dedican a la industria del automóvil:
La industria del automóvil es responsable del 18% de las emisiones de CO2, principal gas causante del efecto invernadero. Debido a esto, la Unión Europea marcó el 2035 como fecha límite para los motores de combustión en su territorio.
Euro VII es una nueva normativa de emisiones que forma parte del objetivo de descarbonizar a la Unión Europea para el 2050. Se aplica a partir del 2025, y es una preparación para poder cumplir los objetivos del 2035.
El nuevo límite de emisiones de monóxido de carbono es tan bajo que algunos consideran la Euro VII una prohibición.
"Con la introducción del estándar EU 7 planificado, la Comisión de la UE prohibirá de facto los automóviles con motores de combustión interna a partir de 2025", aseguraba Hildegard Müller, directora de la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA).
Reacción de la Industria Automovilística
La forzada reducción de las emisiones contaminantes es una presión para la Industria. Fabricantes como Audi y Volvo anunciaron que abandonan el desarrollo de nuevos motores de combustión.
"Los planes de la UE para una norma de emisiones Euro 7 aún más estricta son un gran desafío técnico y, al mismo tiempo, tienen pocos beneficios para el medio ambiente. Eso restringe extremadamente el motor de combustión. Ya no desarrollaremos un nuevo motor de combustión, sino que adaptaremos nuestros motores de combustión existentes a las nuevas pautas de emisiones", explica Markus Duesmann, CEO de Audi, en una entrevista.
La decisión sigue los pasos de otras marcas como Daimler, Volvo o Stellantis/PSA, quienes ya han avanzado su estrategia de electrificación y no parecen confiar en el diésel y la gasolina para hacer frente a los nuevos límites de emisiones.
Por otra parte, marcas como BMW y Porsche apuestan por desarrollar un combustible sintético neutro. Esta postura tendrá como resultado carros de muy alto precio, dándole al motor de combustión la posición de producto exclusivo.
A pesar de las críticas
La tecnología para los automóviles eléctricos aún tiene mucho que mejorar. La infraestructura para las centrales de carga, la resistencia de las baterías y la reducción de los precios son problemas que se le plantean a la Industria.
A pesar de esto la Unión Europea considera que hay suficiente tiempo hasta el 2035 para desarrollar nuevas tecnologías. Las nuevas normativas buscan forzar a las grandes marcas a desarrollar las investigaciones necesarias en esta transición.
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