La Huelga Climática Mundial de este 2023 tuvo lugar entre los días 15 y 17 de septiembre en diferentes ciudades del planeta.
Este evento, iniciado en 2018 por la activista sueca Greta Thunberg y la organización “Fridays for Future” (Viernes por el Futuro), tuvo su mayor concentración en 2019, cuando se contabilizaron más de 3,8 millones de personas movilizadas en todo el mundo.
Las protestas de este año estuvieron dirigidas sobre todo a exigir la eliminación de los combustibles fósiles, con el fin de favorecer una transición ecológica "justa".
La Huelga Climática Mundial no sólo alcanza a los políticos. Los científicos e investigadores, principalmente de Europa, participan en las huelgas e impulsan así su propio trabajo en el laboratorio.
Asimismo, varias organizaciones ambientalistas se hicieron notar en distintas ciudades europeas, como fue el caso de Berlín, donde algunos activistas pintaron la icónica Puerta de Brandenburgo con aerosol naranja, en señal de protesta y como llamada de atención al gobierno del país.
De igual forma, las agrupaciones Contracorriente y Pan y Rosas irrumpieron en las calles de Madrid en la tarde del viernes 15, manifestándose en contra del "negacionismo de la derecha y de la hipocresía de la izquierda tradicional".
Muchas organizaciones ambientalistas españolas reclaman igualmente la amnistía inmediata de todos los que han sufrido algún tipo de represalia por sus luchas: ecologistas, sindicales, miembros del movimiento democrático catalán y trabajadores en huelgas, entre otros.
¿Qué tan efectivas son las manifestaciones ecologistas?
A pesar de las críticas que en muchas ocasiones reciben las estrategias de los activistas, como sucedió con el “sabotaje” de varias obras de arte en museos del mundo, varios especialistas señalan que las huelgas ecologistas sí surten efecto.
“Las protestas climáticas han conseguido concienciar e influir en el discurso público sobre cuestiones climáticas”, afirma el científico indio Ishan Bipin Ajmera.
La participación de cada vez más sectores de la población, así como la cobertura mediática que reciben estos eventos, contribuyen a aumentar la influencia de los movimientos ecologistas.
“The Big One”, manifestación multitudinaria celebrada en abril de este 2023, convocó a casi 100 mil personas en el centro de Londres. Con el fin de exigir el inmediato abandono de la explotación de combustibles fósiles y la creación por parte del Gobierno de asambleas ciudadanas para enfrentar la crisis climática, este suceso se extendió desde el 21 hasta el 24 de abril en la capital británica.
Unido a todo lo anterior, las evidencias cada vez más contundentes del peligro que representa el cambio climático han motivado a varios gobiernos a escuchar a los manifestantes. Aun así, todavía queda mucho camino por recorrer.
De hecho, según los especialistas, el verano de 2023 ha sido el más caluroso de la historia, gracias en muy buena medida al abuso de los combustibles fósiles por parte de los estados, así como por su pasividad ante lo que está sucediendo.