Un editorial firmado por 233 revistas biomédicas alertó este lunes sobre la crisis climática que vive el planeta, un peligro que podría ser mayor que el de la Covid-19 y para el cual es necesaria la colaboración de líderes mundiales en vista a frenar los efectos del cambio climático y restaurar la biodiversidad de la Tierra.
El artículo, Solicitar una acción de emergencia para limitar el aumento de la temperatura global, restaurar la biodiversidad y proteger la salud, se publica de manera simultánea por medios como The Lancet, East African Medical Journal, Chinese Science Bulletin, The New England Journal of Medicine, The British Medical Journal, BMJ, National Medical Journal of India, Medical Journal of Australia, International Nursing Review y Revista de Sáude Pública de Brasil.
La principal preocupación de los especialistas se cierne sobre el problema de mantenerse debajo de un aumento global de la temperatura del planeta de 1,5°C, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger el medioambiente ante la amenaza que representa su deterioro para la salud mundial.
Malaria, cólera, dengue, están entre las enfermedades infecciosas cuya propagación la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta como una consecuencia del incremento de la contaminación, mientras que enfermedades cardiovasculares y respiratorias podrían diseminarse con más facilidad con el calor extremo derivado del comportamiento climático.
«Los riesgos que plantea el cambio climático podrían empequeñecer los de cualquier enfermedad. La pandemia de Covid-19 terminará, pero no existe una vacuna contra la crisis climática", señala Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS y uno de los precursores del editorial.
La conjunción insólita de tantas revistas tiene como fin convocar con urgencia a transformar las sociedades y las economías, para conducirnos a "un mundo más justo y saludable”, pues, como advierte Fiona Godlee, editora jefe de BMJ y una de las coautoras del editorial, "las naciones más ricas deben actuar más rápido y hacer más para ayudar a los países que ya sufren temperaturas más altas. 2021 tiene que ser el año en que el mundo cambie de rumbo. Nuestra salud depende de ello".
A una semana de la Asamblea General de Naciones Unidas y a dos meses de la Cumbre del Clima (COP26), a celebrarse este año en Glasgow, Reino Unido, este texto conjunto pone sobre aviso a las naciones más desarrolladas, principales responsables de la crisis ambiental que sin embargo sufren con más intensidad los países de bajos y medianos ingresos, quienes "soportan una carga desmesurada de los efectos adversos, lo que incluye la salud", según Lukoye Atwoli, editor en jefe de East Africa Medical Journal y coautor del documento.
Los países desarrollados, según el artículo, deben cumplir su compromiso de aportar 100 000 millones de dólares anuales para los estados con menos recursos, lo que en corto plazo sería beneficioso incluso económicamente para el mundo, que ante la crisis ambiental se encuentra en una peligrosa vulnerabilidad ante la Covid-19.
"Como con la pandemia de la Covid-19, globalmente somos tan fuertes como el miembro más débil", reza el documento, "no podemos esperar a que pase la pandemia para reducir rápidamente las emisiones”, ya que, como explica Alan Smyth, editor jefe adjunto de Thorax, "el calentamiento global afecta el futuro de nuestro planeta y en este momento está afectando la salud pulmonar de todos sus habitantes en todas las edades, desde jóvenes hasta mayores".
La descarbonización de las economías más rentables es otra de las deudas contraídas en el Acuerdo de París en 2015, sin embargo, y aunque muchas potencias pasan de la promesa de hacerlo, las industrias en países menos desarrollados continúan lejos de ese propósito, al no contar con la suficiente financiación. Esto demuestra, al decir de los especialistas, que los planes medioambientales deben incluir a la totalidad de las naciones y no sólo a una parte, y que son necesarios nuevas estrategias “creíbles a corto y largo plazo para acelerar las tecnologías más limpias y transformar las sociedades”.
Los científicos recordaron que las metas mundiales para restaurar la biodiversidad tenían un plazo de cumplimiento para 2020, por lo que al llegar a 2021, y en medio de una epidemia global, sin reducir el aumento de las temperaturas, el planeta entero entra en una fase de inminente catástrofe, al borde de superar los tan temidos
"La pandemia de Covid-19 terminará, pero no existe una vacuna contra la crisis climática", señala Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS y uno de los precursores del editorial que alerta sobre el peligro de la crisis climática actual.
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