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Ambientalistas | Habana Verde: jóvenes cubanos en busca de un nuevo paradigma medioambiental

En el Día Mundial del Medio Ambiente, una entrevista a Alexandra Lleonart y Lázaro Orihuela, dos jóvenes cubanos que lideran la iniciativa medioambiental Habana Verde.

Jóvenes ambientalistas, Alexandra Lleonart y Lázaro Orihuela, sembrando árboles en La Habana (5 de junio de 2021)
Jóvenes ambientalistas, Alexandra Lleonart y Lázaro Orihuela, sembrando árboles en La Habana (5 de junio de 2021).

Luego de una ofensiva arrasadora, que ha puesto en peligro al arbolado viario en La Habana, desde finales del pasado año y hasta el presente, numerosos usuarios y grupos en las redes sociales se han hecho eco de las atrocidades medioambientales perpetradas. Una de las páginas más activas en esta reacción ciudadana ha sido Habana Verde, administrada por Alexandra Lleonart y Lázaro Orihuela, dos jóvenes cubanos preocupados por el entorno natural en ámbitos urbanos. Formada como historiadora en la Universidad de La Habana, Alexandra ejerce como profesora de idiomas, productora artística y escritora. Lázaro es Licenciado en Estudios Socioculturales y cultiva el Haiku. Ha trabajado como especialista de literatura en la Casa de Cultura Municipal de Batabanó, y es el creador de la editorial independiente Otoño Editorial.

Ante el mutis oficial, nadie sabría lo que presumiblemente estaba sucediendo, ni las consecuencias del oscuro manejo con la masa verde de los espacios públicos habaneros, de no ser por la notoriedad y alcance público e institucional que este grupo logró. Esto último, en buena medida, debido a una carta por ellos dirigida a las más altas instancias gubernamentales cubanas. A propósito del 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, responden a estas preguntas para Árbol Invertido.

¿Consideran que en Cuba existe una cultura medioambiental estandarizada?

Alexandra Lleonart: Bueno, creo que no. Hay un conocimiento básico, teórico, de lo que es el medioambiente, el cambio climático, los problemas actuales, las formas de solucionarlo, o incluso del cuidado de nuestro alrededor. Pero eso ha sufrido mucho descuido de parte de las personas, sobre todo en la falta de conexión con la naturaleza, por pensar que un árbol es un estorbo, que atrae alimañas, y molesta a los vecinos. Eso lo hemos visto, árboles que se han pedido talar porque al vecino le molesta la sombra, le molestan las ramas. A veces no está afectando en su casa, pero estéticamente no le gusta, entonces pide que se remueva el árbol; y bueno, ha habido una tala bastante amplia en el Vedado. Por ejemplo, está el caso de un edificio en el que las personas alegaban la falta de visibilidad del inmueble, por lo que solicitaron remover los árboles frente a su fachada. Haría falta sensibilizar un poco más, y por eso el punto cuatro de la carta, que dirigimos a las altas instancias oficiales, enfatiza sobre la educación, y en la promoción de todos los beneficios que implica vivir en armonía con la naturaleza y los árboles.

Lázaro Orihuela: Se han creado leyes y proyectos ambientales, pero no han calado por factores que merecen estudio, para que propicien una adecuada incidencia en la sociedad cubana, de crear conciencia sobre actitudes claramente ambientales. Los patrones antropocentristas, característicos de la cultura occidental, creo que pudieran ser una de las causas fundamentales, y contra la cual habría que comenzar a luchar de forma sostenida durante varias generaciones.

¿Cómo creen que repercute nuestro condicionamiento socio-económico, históricamente entendido, en la asimilación y conformación de una virtual sensibilidad hacia la naturaleza?

Alexandra: Para muchos países en el mundo, hoy es todo un reto la tradición y la herencia histórica. Hasta el momento nos ha llevado al punto del consumo desmedido y loco que se vive en los países del primer mundo, y que los países del tercer mundo, o en vías de desarrollo, tratan de imitar. Es como el sueño a alcanzar. Esa relación, entre el ansia de más, y separarse de la naturaleza, es lo que no va bien. Hay países, como los nórdicos, que están comenzando a buscar, desde su confort y su buen vivir, reconectar con la naturaleza. Ellos todo el tiempo están inventando cosas para obtener energía limpia, y cómo hacerlo mejor; construyen islas para ayudar a la fauna, por ejemplo. Están pensando desde el que ya llegó a un confort económico, y pueden entonces aplicar soluciones sostenibles para su espacio. Por supuesto, nosotros vivimos en una realidad bien diferente.

 

Jóvenes ambientalistas cubanos, del grupo Habana Verde, siembran árboles en La Habana
Las mujeres son protagonistas en la defensa del medio ambiente en Cuba. Grupo Habana Verde, 5 de junio 2021. | Imagen: Marcela García Olivera

 

Es sorprendente ver cómo, mientras se buscan soluciones más ecológicas, estas terminan por ser cada vez más económicas; y lo que al principio puede resultar caro, como invertir en paneles solares, pues a la larga puede revertir en muchos beneficios. En cuanto a los ciudadanos comunes, que no están a esos niveles de decisión oficial en la política de un país, pues hay cosas pequeñas que pueden hacer, y en las que pueden ayudar. Sin duda, este tema es macro también, y necesita un apoyo institucional. Pero los ciudadanos pueden organizarse. Hay redes, y, por ejemplo, hay todo un movimiento en Cuba con el tema del reciclaje. O sea, que también la escasez trae esta otra visión de reutilizar, de darle un nuevo valor a esos objetos que en el primer mundo se desechan como nada, y que las carencias obligan a prestarle atención.

Esto sería muy interesante verlo en emprendimientos económicos, y en que las personas cambiaran el paradigma, y entendieran otra manera de funcionar. Pero hay también un cambio de paradigma mucho más importante, que es el relacionado con lo que está más allá de lo económico, y es el entender y respetar la naturaleza como a una madre, el lugar de dónde venimos, y del que no estamos desprendidos, aunque vivamos entre concreto, en edificios y calles.

Ahora mismo, ¿piensan que existe una plataforma educacional, digamos de medio siglo de antigüedad, como para desarrollar esa sensibilidad a nivel social, o creen que se debe comenzar desde cero?

Lázaro: Desde cero no habría que comenzar. Recuerdo que, en la primaria y secundaria, en los años noventa, en pleno Periodo Especial, había huertos, y nos enseñaban a cultivar y cuidar de esas plantas. También en varias ocasiones se hacían recorridos por pequeños bosques, explicando la importancia de preservar los árboles, claro, siempre con una visión de beneficios humanos. Eso se ha desgastado, no creo que se haga, o al menos no como en años atrás, sería algo que pudiera retomarse, y ya de paso replantear la óptica de que se ama, porque todo debe hacerse con amor, y no porque se va a obtener algún provecho económico.

Por otra parte, tengo conocimiento de la existencia de pequeños proyectos, sobre todo a nivel local, que realizan acciones de recogida de desechos, casi siempre en las playas, acompañando esto con charlas sobre la importancia de la preservación del medio ambiente.

Esto se debería potenciar y ser prioridad en el país. Si no se pudiera cambiar el discurso que se ha tenido hasta el momento, porque entiendo que sería cambiar siglos de una cultura con anti valores, donde casi todo se hace en beneficio propio, social o individualmente, al menos movilizar ese sistema de canales y herramientas de reproducción cultural, incluyendo los nuevos medios y la tecnología. Creo que, en ese sentido, se pudiera abrir un nuevo espacio, y apoyar iniciativas independientes.

Alexandra: Yo creo que la plataforma está, y que en otras épocas se le dio mayor atención a este tema. Ahora sería un buen momento para retomarlo, cuando la gente regrese a los trabajos, o mientras están en sus casas, y los niños vuelvan a las escuelas. La idea de retomar esta conexión con la naturaleza sería buena potenciarla aún más. No creo que empezaríamos desde cero, hay todo un sistema que puede rápidamente mover eso. Lo que sí creo es que el trabajo de sensibilizar sea un poco intenso al principio, porque, también producto de las carencias, la escasez y las dificultades, las personas se enfocan en cosas que le parecen más urgentes y cotidianas. Pero no es menos cierto que, cuando uno está horas en una cola bajo el sol cubano, o cuando caminan por las calles, tener arboles es una maravilla porque te da sombra, frescor, te baja la temperatura, y hace que esa caminata y esa cola se sientan un poco más ligeras y se amortigüen.

 

Participantes en la siembra de árboles convocada por Habana Verde, en el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio 2021).
Participantes en la siembra de árboles convocada por Habana Verde, en el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio 2021). | Imagen: Marcela García Olivera

 

Como quiera que sea, en el plano que sea, es algo que siempre nos va a traer beneficios, y volvemos sobre el tema de los beneficios, porque es como mejor se llega a las personas, y como muchas veces funciona el ser humano. Pero lo ideal sería poder reconectar a la gente con la esencia, con el respeto por el ser vivo que es el árbol, por el animalito, esa conexión de la que hablábamos antes. Eso es muy importante potenciarlo en los niños, en las escuelas; sembrar árboles, tener huertos, que los niños vean cómo de ese huerto que ellos cuidan también comen, y se pueden preparar cosas deliciosas y muy saludables para ellos, al tiempo que los educan.

Precisamente ahora, que hay todo un movimiento mundial, a raíz de la pandemia, de sembrar cada uno en su espacio lo que pueda sembrar, es buena idea mantener esta práctica, aunque no seamos todos agricultores, pero creo es algo muy importante de impulsar ahora en las ciudades; retomar los huertos urbanos, los organopónicos que teníamos, todavía existen algunos, y potenciar eso por barrios, por municipios. Creo que eso es algo esencial, y con eso va también un cuidado del medio ambiente y de entender qué cosa es la contaminación, por ejemplo. Hay mucha información relacionada con el tema: hay un cambio climático ocurriendo en nuestro planeta, y es bueno estar informado y saber qué podemos hacer para amortiguar esto.

¿Qué precedentes nacionales, privados o públicos, podrían servirles de incentivo para desarrollar un proyecto sostenible en lo tocante a la instrucción de la gente, con relación a la naturaleza?

Lázaro: ¡Planta!, Plantlife Conservation Society, organización benéfica registrada en Canadá, ha accionado en Cuba con éxito. Pudiera ser una buena base.

Partiendo de un sesgo socio-antropológico, ¿desde qué proyección general, uniforme y multidisciplinaria, se podría instruir a la ciudadanía en lo referido a estos temas, tomando en cuenta el desnivel sociocultural que existe en la población cubana de la tercera década del siglo?

Alexandra: Yo creo que eso puede venir desde muchos lugares, desde las escuelas, las universidades, proyectos comunitarios, de emprendedores, que hay varios, y de personas que están promoviendo el reciclaje, y muchas otras iniciativas que puedan surgir. Hay también un resurgir de emprendimientos de comida, a partir de preparaciones vegetales con cosas que están a la mano, y que pueden tener un resultado delicioso. Entonces, todos esos emprendimientos, en su momento, han tenido, y pienso que tendrán, proyectos comunitarios. Han estado en pausa por el tema de la COVID, pero que se retomarán cuando todo vuelva a la normalidad. Todos esos medios son importantes, y si hay una política generalizada dentro de la educación del país para fomentar eso, creo que sería esencial, desde el círculo infantil, hasta las universidades y los trabajos, en cada institución, porque la mayor parte de todos esos edificios públicos están emplazados en lugares con jardines, en espacios donde pueden fomentar las áreas verdes. Esto es algo importante que se comience a impulsar, y los ciudadanos, por supuesto, desde su propio espacio, desde sus cuadras, empezar a ser más conscientes de ese potencial que tenemos ahí para hacernos la vida más fácil, y darnos cuenta de eso, porque hablábamos ahorita del beneficio de los árboles, y sabemos que son muchos, desde amortiguar el calor del edificio donde uno vive, hasta ayudar con muchas cosas de las cuales no somos conscientes, como servir de refugio a animales que son necesarios para mantener una ciudad ecológicamente estable. Hay muchos ejemplos en el mundo de lo que ha traído el desconocimiento y las malas prácticas de pensar que se puede erradicar algo de la ciudad, como la vegetación, o las aves, pero todos son súper necesarios en ese equilibrio. Creo que por muchos lugares se puede llegar, porque el tema es completamente transversal, o sea, nos toca a todos porque es un tema de vida, de respirar, de vivir, más allá de la profesión, o lo que sea que hagamos en cada momento de nuestras vidas.

Lázaro: Como decía al inicio de la entrevista, eso merece estudio a fondo por parte de sociólogos, y sobre todo de antropólogos. Desde mi visión, insisto en que debe haber un cambio de paradigma; por ejemplo, a la antigua carrera de Estudios Socioculturales hace pocos años le cambiaron el nombre por el de Gestión Sociocultural para el Desarrollo. ¿Para el desarrollo de qué o de quién? Del hombre. Aquí la mirada debe ser diferente; las culturas tradicionales de India, China y Japón, pudieran enseñarnos sobre esto, y mucho.

¿Qué orden de prioridad sugerirían para frenar el descalabro medioambiental, cuando menos en los ecosistemas urbanos? ¿Multar severamente a la ciudadanía y entidades estatales, de atentar contra el patrimonio natural, si violan lo contemplado en la legislación vigente de la República? ¿Comenzar de inmediato una campaña educativa de alcance nacional? ¿Hibridar estas alternativas?

Lázaro: De inmediato habría que actualizar las contravenciones de la Ley forestal, cambio que ya está propuesto, pero del que no se ha brindado a la población información sobre cuándo se efectuará. Y simultáneamente a esto, la creación de un amplio programa educativo.

Mencionar también la importancia de centralizar lo concerniente con el arbolado en una sola institución u organismo, que, dicho sea de paso, por razones obvias, no debería estar relacionado directamente con el Ministerio de la Agricultura, y mucho menos disperso entre más de 27 entidades inconexas, como hasta el momento.

...si uno se apega a la ley, cualquier persona que necesite remover un árbol, tiene que sembrar cinco. Esta ley está escrita, y debe ponerse en funcionamiento.

Alexandra: Sí, creo que el tema hay que atenderlo por todos los lugares, además ya las leyes están escritas, y, como decía Lázaro, lo que hay que hacer es actualizar las contravenciones, que ya están desactualizadas, son de otra época, y mucho más ahora con todos estos cambios ambientales. Creo que también debería haber guardabosques para la ciudad, brigadas que recorran y hagan levantamientos del estado de los árboles. Eso hace mucha falta, muchos arbolistas, podadores, personas que estén capacitadas, que se les enseñe, se les muestre cómo se hace, y que puedan hacer esta labor. Eso va a ayudar mucho con todos los accidentes que hay con el tema del tendido eléctrico, porque cuando hay un accidente, es cuando hemos visto que también ocurren estas talas, o las podas desmedidas, y por supuesto, viene dado por el desconocimiento de cómo debe hacerse.

Otro tema muy importante es el de crear viveros, que tengan las posturas de los árboles necesarios para reponer en la ciudad, porque, si uno se apega a la ley, cualquier persona que necesite remover un árbol, tiene que sembrar cinco. Esta ley está escrita, y debe ponerse en funcionamiento. Se trata de buscar soluciones. También de que se estudie y se sepa cuál es la salud de esos árboles, cuál será necesario intervenir antes, y que es lo hace falta sembrar en su lugar. Ese equipo tiene que ser multidisciplinario, porque tienen que estar los botánicos, los arquitectos, las personas del gobierno, los jefes de brigada, personas que van a trabajar directamente sobre el asunto. Lo otro es que los ciudadanos sean informados de esto, y haya una transparencia, un interés por comunicarlo, por promoverlo. Que se sepa que es una contravención seria el querer talar un árbol, y que debe estar muy bien justificado, en caso de ocurrir.

Aunque tengamos muchos árboles, se habla de 253 000, mal ubicados quizás, que tienen que ser intervenidos, deberíamos poner la mira en que nos falta un millón por sembrar.

Aunque tengamos muchos árboles, se habla de 253 000, mal ubicados quizás, que tienen que ser intervenidos, deberíamos poner la mira en que nos falta un millón por sembrar. Es necesario ponernos a sembrar, cuidar posturas, y preservar lo que ya hay, para luego poder pensar en remover los existentes. Todo esto lleva una solución científica, desde la arista de salvar el árbol, de conservarlo, en lo que tengamos otros. Es importante sembrar, y hay que hacerlo cuanto antes, porque sabemos que estamos en un momento en el que las temperaturas aumentan, y cada vez hay más tiempo de sequías, más tiempo de lluvia luego, con mayor intensidad, mayor efecto invernadero, en fin, todas las cosas que trae como consecuencia este cambio climático.

Un tema de actualidad: ¿son tan recurrentes las talas que se han venido denunciando en los últimos meses en las redes, o parte de lo que se muestra corresponde a la acumulación de esta nefasta práctica a lo largo del tiempo?

Lázaro: Hay acumulación. Los especialistas han declarado en los medios oficiales que el arbolado de La Habana lleva más de 40 años desatendido. Además de que en los últimos meses se ha intensificado la tala.

¿Cómo surge Habana Verde?

Lázaro: Es un grupo de Facebook, que surge a finales de 2019, con dos objetivos iniciales: difundir la importancia de la preservación del medio ambiente y las áreas verdes en las ciudades, y visibilizar la gran cantidad de árboles talados y excesivamente podados en La Habana.

¿Trabajan solos, o se auxilian de otras personas o especialistas para investigar y desplegar propuestas?

Alexandra: Bueno, por la parte de las propuestas, somos un grupo de amigos que intercambiamos ideas, y a partir de ahí salen las cosas. Por la parte de la investigación, contamos con la asesoría de los especialistas del jardín botánico y otros amigos, también botánicos, que constantemente nos asesoran sobre las especies, sobre cómo se debe sembrar; nos han ayudado con información que está hoy colgada en el grupo. Ha sido una alianza entre varias partes.

Los especialistas han declarado en los medios oficiales que el arbolado de La Habana lleva más de 40 años desatendido. Además de que en los últimos meses se ha intensificado la tala.

¿Qué es la Campaña Cuba Verde?

Alexandra: Se trata de un movimiento para tener un país cada vez más verde, de cambiar el paradigma del que hablábamos, de crear conciencia sobre la importancia del tema medioambiental, incluso para nuestra vida cotidiana. Urge atender este tema en las ciudades y pueblos de Cuba, como mismo urge atender el tema de los animales, o atender el tema del reciclaje. En el reciclaje entra también la posibilidad de hacer compost con los desechos que generamos, para crear economía circular en el hogar, por lo menos hasta donde podamos. En este sentido, el reciclaje viene a calzar la situación económica de crisis que estamos viviendo en Cuba, incluso más acentuada de lo que se está viviendo en el resto del mundo, como ya sabemos. Eso es una campaña verde, tiene que ver con un estilo de vida, más sostenible y resiliente, ante todos los cambios y los diferentes retos que nos trae el medioambiente. Creo que mientras mayor es la crisis, más rápido deberíamos aplicar innovaciones, y podamos empezar a sentir los beneficios.

En el caso de los países del primer mundo, es urgente que acometan estos cambios, por el desenfreno con el cual consumen. Pero en el caso nuestro el impacto tiene que ver con mejorar la calidad de vida, creo yo. Si uno puede cuidar el árbol, que nos da sombra, si uno puede crear un techo verde en su casa, o tener un huerto vertical, aunque sea en el balcón, del que uno pueda consumir vegetales, son pequeñas acciones que pueden significar cambios en esa calidad de vida.

Pensando en políticas nacionales, digamos desde el gobierno, pues hay programas para investigar e impulsar las energías sostenibles en Cuba, yo creo que a eso debería dársele una mirada más amplia, incluyendo a la ciudadanía en ese plan, y fomentando que las personas puedan lograr tener esas energías sostenibles en sus casas. Eso es algo que todavía está en ciernes, es algo en lo que todavía damos los primeros pasos como país, pero sería una buena perspectiva, y que las políticas vayan encaminadas a ampliar eso lo más posible.

Lázaro: Ahora nos centramos en una convocatoria de siembra de posturas de árboles para el día 5 de junio, pero la idea es seguir convocando acciones.

¿Se han acercado a instancias oficiales, o ellas a ustedes, para coordinar las acciones y propuestas que promueven?

Lázaro: Han estado muy pendientes los especialistas del Jardín Botánico Nacional. Paralelamente, los CDR han estado planificando para el día 5 de junio una iniciativa parecida a la nuestra. De ellos, y de la delegación del CITMA (Ministerio de Ciencias, Tecnologías y Medio Ambiente), también esperamos recibir apoyo para ese día, sobre todo en fuerza y herramientas de trabajo.

Alexandra: Las instituciones han tenido una respuesta favorable a estos pedidos de los ciudadanos. Han dado pasos importantes, como la creación de un grupo multisectorial, en el que hay varios factores ya involucrados, tanto de especialistas, como del Gobierno, o de la Fundación Núñez Jiménez, que posee todo un trabajo en este sentido con el proyecto pro arbolado. Si todas esas fuerzas se unen para pensar en soluciones, hay muchas más posibilidades de llegar al lugar donde deseamos estar, y esto tiene que venir de la mano del accionar ciudadano, por supuesto, porque al final somos nosotros, en nuestro espacio, en nuestra cuadra, los que más podemos incidir directamente sobre ese arbolado que está a nuestro alrededor. Si hay políticas, medidas, planes de siembra a gran escala, que ningún ciudadano es capaz de cubrir, como puede hacerlo de hecho una institución gubernamental, pues esto va a dar un impulso importante para lograr esa ciudad equilibrada que deseamos, en sintonía con nuestro clima y las necesidades que tenemos.

¿Están al corriente de iniciativas similares a las suyas en otros lugares del mundo? ¿Les pudieran servir de plataforma o metodología para implementar, o sugerir a las autoridades?

Alexandra: Hay muchas experiencias por todo el mundo, y constantemente vemos artículos e informaciones que nos dan buenas ideas, y de eso se trata, de compartir las buenas ideas y las buenas prácticas. Creo que podemos aprender de muchos lugares, tenemos conocimiento de algunas plataformas, y hay muchas más que se pueden buscar, para potenciar las ideas que ya están acá. Hay personas aquí pensando en estos temas, y pensando en soluciones que deben ser escuchadas; son esos científicos, esos especialistas, esas personas que han hecho estudios, que están en Cuba, y que están trabajando desde Cuba. Se trata de prestarles atención, y de poner a funcionar todo el sistema para lograr ese objetivo.

 

Jóvenes ambientalistas, Alexandra Lleonart y Lázaro Orihuela, en un día de siembra de árboles
Alexandra y Lázaro, combaten el daño al medio ambiente sembrando árboles por iniciativa propia en La Habana. | Imagen: Marcela García Olivera

¿Qué desempeño les confieren a las redes sociales para movilizar y crear conciencia pública?

Lázaro: Creo que es fundamental. Era a lo que me refería al principio, cuando hablaba de los nuevos medios y la tecnología.

Alexandra: El acceso de las redes a más personas abre las posibilidades de que se puedan crear estos vínculos, y que personas con inquietudes similares puedan unirse, que es lo que ha sucedido en nuestro caso, o como ocurre con el caso de la protección animal. Es esencial, por supuesto, crear estos vínculos para educar y promover el conocimiento de las personas. Creo que es un trabajo continuo; en general, es un trabajo más bien de carrera de resistencia que de velocidad, y es a largo plazo, porque, por ejemplo, ahora tenemos prevista la siembra para el día 5, donde se van a sembrar muchísimos árboles, sin embargo, la parte más importante será el cuidado que se le va a dar a todos esos árboles después de sembrados. Entonces, a continuar con el uso de las redes, con toda la promoción que se pueda. Ahí entrará a jugar su rol la conciencia ciudadana, y esa relación con el espacio, con el árbol, con lo que se hizo y se debe de cuidar.

Amilkar Feria Flores

Amílkar Flores

La Habana (1967). Escritor y artista visual. Licenciado en Pedagogía en Artes; Diplomado en Antropología Cultural y en Producción Simbólica. Ha ejercido como ilustrador gráfico, analista de prensa, periodista y profesor universitario. Ha publicado, entre otros, los títulos: Las dulces horas (Premio Pinos Nuevos 2007 (Poesía, Unión, 2008)); Algunas animalezas y otras bestialidades (Narrativa, Ediciones Extramuros, 2010 y Crónicas diluvianas (Narrativa, 2010). Cuenta con numerosas exposiciones personales y colectivas en Cuba y el extranjero. Actualmente desarrolla el proyecto de experimentación artística Observatorio Entrópico de Palatino.

Comentarios:


Anónimo (no verificado) | Dom, 06/06/2021 - 01:28

Buena entrevista. Ojalá sigan sembrado árboles y no se cansan y crezcan y no se los talen.

 

Sergio el cedro (no verificado) | Dom, 06/06/2021 - 01:29

Ya verán a los segurosos cortarle las ramas. Cualquier iniciativa individual termina enjuiciada en la isla-cárcel.

Rita Lina Pintado (no verificado) | Dom, 06/06/2021 - 19:46

Hola. Ojalá todo esté conocimiento se aplique y se siembren árboles que convivan con el entorno. Hablo de aceras y parterres. Y ojalá que sean uds. quienes en un futuro dirijan esa actividad.

Anónimo (no verificado) | Mar, 08/06/2021 - 17:25

Sembrar garantiza el futuro.

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