Aunque carezca de lo básico para vivir como un ser humano del siglo XXI existen dos constantes para el pueblo cubano que sobresalen dentro de sus pesares, y también en su repertorio de décimas humorísticas: los apagones y la comida.
Junto a esta última se vinculan los precios altísimos, aunque en honor a la verdad: comer en Cuba desde hace décadas es un dolor de cabeza. Frases como “llegar a fin de mes”, “todo está por las nubes” o “me quedé cortiñán con las balas” son cotidianas en la Isla...
Cuando se revisa el panteón de décimas humorísticas escritas en la actualidad, resaltan estas dos penurias. Y no se trata de que el cubano sea más comilón que otros sino de la falta de alimentos básicos para la subsistencia.
A dicha calamidad se le han incorporado alimentos inventados por los pillos de siempre: picadillo de cualquier cosa, embutidos sabrá Dios de qué o peces criados en pantanos putrefactos.
Entre esas décimas humorísticas que cito se destacan las escritas por Lázaro Alfonso, un autor que cuelga en su muro de Facebook sus mejores obras. Con gusto El Torniquete reproduce tres de ellas.