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Medioambiente | Recolectar agua de lluvia: ahorra y reduce la dependencia de la ciudad

La recolección de agua de lluvia se puede utilizar principalmente para las actividades donde la calidad potable del agua no tenga importancia: como limpiar, lavar o fregar.

Lluvia cayendo sobre un techo y en el campo.
La lluvia es una fuente primaria de agua que a veces ignoramos. | Imagen: Árbol Invertido

Recolectar agua de lluvia es una excelente manera de ahorrar agua. Consiste en almacenar la lluvia que se desliza por una superficie, tradicionalmente los techos, y utilizarla luego.

Al recolectar el agua de lluvia, tomamos control de nuestro acceso a este recurso. Podemos satisfacer todas, o una parte de nuestras necesidades, y reducir la dependencia de la infraestructura de la ciudad.

La lluvia se puede emplear en actividades diarias que no requieren una calidad de potable. De esta manera es posible reducir el consumo de agua potable en un hogar. La importancia de captarla, almacenarla y utilizarla para estos fines puede ser de ayuda para las personas con dificultades en el acceso a ese vital líquido.

Aunque el agua de lluvia recolectada se usa principalmente para fines no potables, en algunas circunstancias puede tratarse para el consumo humano. En 2009, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) destacó la creciente popularidad de las técnicas de recolección de agua de lluvia y reconoció su potencial para reducir el número de personas que no tienen acceso al agua para consumo humano.

La recolección de agua de lluvia es una técnica utilizada por muchas culturas en todas las épocas. Un ejemplo son los mayas con sus chultunes: unas cisternas subterráneas que construían para cosechar la lluvia. También en Venecia más de 6 mil 700 cisternas fueron construidas en la Edad Media. Restos arqueológicos de Roma, Turquía y China también poseen ejemplos de esta técnica. La mayoría de estos sistemas partían de recolectar la lluvia desde los tejados de las casas y conducirla por canales hacia depósitos.

Recolección de lluvia en Cuba

En Cuba la captación de agua de lluvia comienza en la época colonial. Los aljibes y cisternas en la arquitectura colonial forman parte de esta técnica. La recolección se hacía a través de unos caños hechos con ladrillo.

Debido al elevado costo de las excavaciones, los primeros aljibes eran en castillos y conventos. Es a finales del siglo XVII que se empiezan a construir en viviendas.

Los que no podían costear un aljibe recurrían a los tinajones. Estos se volvieron muy populares, y más tarde emblemáticos en la ciudad de Camagüey.

Tinajones para la recolección de agua de lluvia en Camagüey.
Tinajones para la recolección de agua de lluvia en Camagüey. | Imagen: Cuba Plus Magazine

Recolección de lluvia en el mundo moderno

Debido a la influencia del cambio climático, los patrones de lluvia están siendo afectados en los distintos climas del planeta. En muchas grandes ciudades se está gastando más agua de la que se dispone.

El aumento de población en ciudades está impulsando iniciativas que buscan rescatar la recolección de agua de lluvia. Su uso en funciones como la limpieza, procesos industriales, sanitarios y agrícolas, ha captado la atención de varios gobiernos.

Un buen ejemplo es Alemania: en una zona de Berlín se han realizado una serie de piscinas urbanas que ocupan aproximadamente 1,2 hectáreas. Esta estructura supone un ahorro del 15% del agua utilizada en la ciudad. Otro beneficio agregado es que baja ligeramente la temperatura ambiente en verano y humedece el aire.

En China se ha solucionado el abastecimiento de agua a cinco millones de personas utilizando tecnologías de recolección de agua de lluvia. Esta transformación comenzó luego de una sequía en 1995, en la región de Gainsu, con el llamado "Proyecto 121".

El nombre de este proyecto hace referencia a su objetivo: cada familia debe tener al menos dos cisternas de recolección de agua de lluvia por cada acre de tierra agrícola. Al año de la implementación del proyecto 1,31 millones de personas se beneficiaron del acceso al agua para uso doméstico

Beneficios de Recolectar agua de lluvia:

  • El agua de lluvia es un recurso gratis.
  • Ganas control total sobre tu suministro de agua.
  • Es beneficioso para el medio ambiente.
  • Promueve la conservación del agua.
  • El agua de lluvia es mejor para jardines y plantas por no contener ni cal ni cloro.
  • Puede resolver problemas de drenaje.
  • Utiliza tecnologías simples que son baratas y sencillas de mantener.
  • Puede ser utilizado como fuente principal de agua o como respaldo del suministro de la ciudad.
  • El sistema puede ser flexible permitiendo modificaciones de ser necesario.
  • Crea una fuente de agua para combatir emergencias.

¿Es potable el agua de lluvia?

El agua de lluvia presenta propiedades físicas y químicas generalmente superiores a las aguas subterráneas. Esto ocurre debido a los minerales que se encuentran en el subsuelo de las ciudades.

El problema es cuando el agua de lluvia entra en contacto con las superficies de la ciudad. La acumulación de desechos arrastra contaminantes que pueden ser tóxicos. La contaminación del aire también aumenta los niveles de químicos en el agua, disminuyendo su pureza inicial.

Debido a esto, para purificar el agua de lluvia que se recolecta en la ciudad, se requiere un método. Suele consistir en un proceso que separa sedimentos y grasas, y luego un proceso de filtrado que retira el resto de los contaminantes. Si se quiere transformar en agua potable, un proceso de potabilización requiere tecnologías más complejas.

Peligros con las lluvias ácidas

Debido a las emanaciones de gases contaminantes a la atmósfera por las industrias y como resultado de la emanación de CO2 de los vehículos, algunas ciudades reportan las lluvias ácidas.

El agua de lluvia se considera ácida cuando sus valores de pH son inferiores a los considerados normales. El pH es una escala que va de 0 a 14 y nos indica que tan ácida o alcalina es una sustancia. El agua pura tiene un valor de pH de 7, que se considera neutro. Cuando el pH del agua es menor a 7, se considera lluvia ácida.

Este tipo de precipitación empobrece los suelos, tanto de bosques, como de zonas de cultivo. Los contaminantes que la componen son dañinos para el equilibrio de los ecosistemas en general.

Las lluvias ácidas no tienen un efecto directo en la salud humana. A pesar de esto no es aconsejable beberla. Varios de sus compuestos pueden provocar o agravar enfermedades respiratorias, como el asma y la bronquitis.

¿En qué utilizar el agua recolectada?

La recolección de agua de lluvia se puede utilizar para todas las actividades donde la calidad potable del agua no tenga importancia: limpiar la casa, lavar o fregar. Con una sencilla instalación se puede utilizar para descargar el baño, o incluso para la ducha. Regar las plantas, o bañar a las mascotas, sus usos pueden ser muchos. Experimenta mientras ahorras.

¿Cómo recolectar agua de lluvia en casa?

Diseño de un recolector de agua de lluvia.
Diseño de un recolector de agua de lluvia. | Imagen: Venturewell

Existen muchas maneras de recolectar agua de lluvia. Desde pequeñas modificaciones en el hogar, hasta infraestructuras en la ciudad. Aquí te dejo una de las maneras más sencillas, pero que sigue teniendo todos los beneficios:

  1. Conecta una tubería al techo de la casa. Es la que transportará el agua para que luego puedas aprovecharla y darle una segunda vida.
  2. Pon un balde grande en el extremo inferior de la tubería. Procura que haya una rejilla tipo mosquitero para que se filtre toda la suciedad y restos que baje con el agua.
  3. Si tu casa no tiene canaletas a los lados del techo, te recomendamos colocarlas. Estas canaletas son las que recibirán el agua de la lluvia sobrante del techo y la conectarán con la tubería del paso 1.
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Andy Leiva García

Retrato de Andy Leiva García

(Cuba, 1995). Graduado de la Escuela Nacional de Arte de Cuba (ENA) en 2014. Por alrededor de siete años trabajó en diferentes compañías de danza en Cuba, especialmente ballet y danza contemporánea, siendo Primer Bailarín de la Compañía Rosario Cárdenas (2015-2020). Graduado del curso de formación literaria Onelio Jorge Cardoso en La Habana (2015). Ha trabajado como editor y escritor creativo en diferentes medios y publicaciones. Graduado de Diseño en Permacultura (Cuba, 2019).

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