El “Movimiento Tarzán” (o “Tarzan Movement”) gana rápidamente popularidad entre una población mundial necesitada de herramientas para lidiar con el estrés y mantener una salud física y mental plena.
A través de amigos en común, y por su presencia en redes sociales (@tarzan_movement), pude conocer más sobre el ser humano detrás de esta técnica que propone observar más nuestra naturaleza animal y equilibrar nuestra rutina a partir de un estilo de vida armonioso.
Aunque de origen cubano, Hudden prefiere no identificarse con ningún símbolo nacional. El nombre que lo define, el nombre que él eligió, significa “quien mueve la copa de los árboles sin miedo”, y así puedes encontrarlo entrenando en los bosques de Barcelona.
Su entrenamiento está abierto a personas de cualquier edad y condición física. A los 33 años, y básicamente inspirado en las técnicas y la motivación de aprender, jugar y compartir a partir de la observación e imitación de los simios, Hudden brinda a quienes deciden acompañarlo en Tarzan Movement un espacio de re-conexión con la realidad interior y exterior.
En una entrevista exclusiva para Árbol Invertido, su creador y promotor cuenta más sobre este estilo de vida.
Cuéntame sobre los inicios de Tarzan Movement, ¿cómo surge la idea y desde cuándo?
“Los inicios del movimiento se remontan dos años atrás post-pandemia en Barcelona. Llegué con la idea de dedicarme a entrenar personas, de compartir mis experiencias y así fuimos creando entre amigos un grupo de entreno y/o espacio compartido de expresión cultural.
“El contexto de la urbe, y todo lo que aprendía nuevo, me motivó otras prácticas que hacían amigos, pero me faltaba la conexión con el bosque, los árboles, el fuego... Moverme no era suficiente.
“Fue ahí cuando volví a mis árboles, tal ser que se sentía perseguido por la policía (en ese entonces se sentía mucho la represión de la poli). Me ponía mi banda sonora de Phil Collins en Tarzan y danzaba en el árbol en pleno invierno y con lluvias. Conectando con el animal que llevamos dentro.
“Fue clave este sentimiento para comenzar el ´movimiento de Tarzán´. Porque verás la referencia a Tarzán viene dada, no por las habilidades fantásticas que otorga Disney, sino por una identificación con el sentimiento del carácter principal (Mitad humano, mitad animal y, sin embargo sin sentirse íntegro en ningún de los dos bandos)
“Las grandes ciudades pueden parecer el lugar perfecto para crear conexiones humanas. Por lo general crean el efecto contrario”.
¿Cómo definirías el concepto de Tarzan Movement? ¿En qué se basa este movimiento, de qué influencias se nutre? ¿Quiénes pueden practicarlo, se requiere alguna edad o condición específica o preferente?
“Con Tarzan Movement la propuesta es recuperar esta conexión perdida entre nosotros, la naturaleza y uno mismo. Crear un espacio de confianza con la atención y la mirada fresca, un espacio de escucha creando comunidades donde las personas pueden explorar cómo re-conectar con su naturaleza animal, recuperar sus capacidades funcionales a través de los entrenamientos, explorar la relación con sus miedos, con el silencio y otros estados del ser.
“Este movimiento se nutre de la observación y posterior imitación de nuestros parientes los simios (gorilas, chimpancés, orangutanes y gibones), a ellos les debo las técnicas y mi motivación constante por aprender más, por jugar y compartir más.
“No hay edad para la práctica física, más allá de lo que sienta la persona misma y esto es tan real como la relación que tenga con sus límites. La condición única es resonar con lo que ves y sentir esa motivación por integrarlo en tu vida”.
¿Cómo sería un entrenamiento básico en Tarzan Movement? ¿En qué se diferencia de otros tipos de entrenamientos?
“Los entrenamientos ahora son dentro del contexto de ´intensivos´ de varios días en el bosque, que es una experiencia más inmersiva y trascendental que ir una hora al parque de la ciudad.
“Se entrena tres horas cada día que dure el intensivo. Aunque la parte física se calibra según los participantes y la intensidad es de carácter individual y adaptable:
“Un día trabajo técnicas de braquiación y equilibrio, muchas con variaciones, y juegos de parejas. Otro día caminas por la montaña descalzo, bípedo, y también como cuadrúpedo. Otro día exploramos nuestra relación con los miedos en la altura, los saltos, la oscuridad, etc. Otro día ya vamos andando o fluyendo entre árboles...
“El enfoque es amplio, no es la mirada aislada del cuerpo material”.
Además de los entrenamientos, ¿qué otro otro tipo de actividades desarrollan? ¿Están involucrados en algún tipo de activismo?
“Llevar personas a conectar en el bosque es puro activismo de la sensibilidad humana de forma holística. Y por otro lado, en mi experiencia, se crea una nueva relación de cada individuo hacia los árboles en general. Las personas empiezan a tener atención a los árboles en general y cuidan de ellos, les importa”.
¿Por qué es importante este tipo de actividades para el ser humano moderno? ¿Qué beneficios has observado en tu propia salud física y mental y la de otros? ¿Crees que es importante reconectar con actividades armoniosas con la vida en el planeta, en contacto con el mundo natural, para el desarrollo de la conciencia humana y para mantener una salud plena?
“Nosotros somos, como otros animales, seres que necesitamos adaptarnos al medio y desde la perspectiva de supervivencia lo hacemos muy bien, inclusive mas allá, modificando el entorno a conveniencia.
“Y aquí radica el dilema, con ´El Progreso´ se pierde la demanda que cualquier otro animal tiene en su día a día de movilidad, atención, de salud integral. La consecuencia es una sociedad débil en salud, con déficit de atención y adicción a la estimulación constante.
“Crear nuevos hábitos de movilidad, de compartir en la naturaleza con presencia, y no a través de un monitor o teléfono, de volver a disfrutar las cosas simples, es una estrategia para crearnos una demanda diferente, una que nos mantenga alegres de existir, compartir, de ser pro-activos, saludables y, sobre todo, más equilibrados como seres”.