Los vínculos históricos entre Cuba y España son más que evidentes. Durante más de 400 años el país europeo tuvo el control total de la Isla, a la que consideraba una provincia de ultramar, donde dejó un importante legado arquitectónico y cultural.
Pero la independencia de Cuba en 1898 no frenó el estrecho vínculo entre ambas naciones, pues la emigración de españoles a la isla fue un fenómeno que marcó la realidad cubana en las primeras décadas del siglo XX, donde la comunidad de emigrados del país europeo siguió teniendo un papel indiscutible en el desarrollo de la joven nación.
Lo que muchos desconocen es que también la cultura cubana llegó a la metrópoli, que, pese a la independencia, luego de décadas de guerra y desencuentro, siguió mostrando un inmenso respeto por una isla a la que llamaban frecuentemente “la joya de la corona”.
Frases como “más se perdió en Cuba” siguen impregnadas en el ideario de los españoles, que también eligieron al país caribeño como uno de sus principales lugares de exilio durante los años de la cruenta guerra civil.
Ni siquiera la llegada de dictaduras ubicadas en las antípodas ideológicas, como fueron las de Francisco Franco y Fidel Castro, lastró la relación entre ambas naciones. Un claro ejemplo de ello es el duelo oficial decretado por el Gobierno cubano tras la muerte del Generalísimo, como también se le conocía a Franco.
Actualmente, debido a leyes como la de Memoria Histórica o Memoria Democrática, suman más de 150.000 cubanos los que han heredado la nacionalidad de España de sus antepasados, lo que representa más del 1% de la población de la isla.
En este trabajo queremos hacer la historia “al revés”, y hablar de algunos de los homenajes a Cuba que podemos encontrar actualmente en la capital española.