El Cartel Protesta en Cuba se presenta como la primera o mayor recopilación de la gráfica contestaria en la isla en la era digital. Sus autores: el artista cubano Luis Trápaga y el crítico de arte Ernesto Menéndez-Conde.
El libro, dividido en dos tomos, recopila y sistematiza una vasta gama de carteles y diseños de artivistas y creadores incómodos, así como obras anónimas que han surgido en respuesta al régimen cubano. Un mundo de creatividad al servicio de la libertad desde que la llegada de la era digital permitió burlar el control absoluto sobre los medios de producción dentro de la isla totalitaria.
El crítico de arte Gerardo Mosquera ha calificado esta obra como "un hito en la historia del arte cubano", destacando su importancia como un arte vivo y urgente que ha encontrado su cauce de expresión a través de las redes sociales y el internet. "Un arte muy vital y candente, que está ocurriendo ahora mismo, en tiempo real", afirma Mosquera, subrayando la relevancia de estas creaciones en el contexto de la resistencia cubana.
"Los artistas agrupados en este libro son herederos de la gráfica cubana de los años 60 y comienzos de los 70, incluido el internacionalmente reconocido cartel cubano, al que Dugald Stermer y Susan Sontag le dedicaron un libro: El Arte de la Revolución", añadió Mosquera.