Quizás has escuchado la idea de que una de las cosas más importantes para hacer antes de morir es plantar un árbol. Sabemos que los bosques limpian el aire que respiramos, nos proveen alimentos y son el hogar de disímiles especies, convirtiéndose así en ecosistemas imprescindibles para el sostenimiento de la vida tal como la conocemos en el planeta Tierra.
Sin embargo, ¿cuánto tiempo has pasado pensando o estudiando los bosques? ¿Cuánto tiempo le dedicas a visitar y beneficiarte de la salud que nos brinda el solo hecho de permanecer un rato en este medio? ¿Sientes compasión por el mundo vegetal como seres vivos que deben ser respetados…?
En esta columna, y a propósito de que recientemente se celebró el día anual dedicado a los bosques (21 de marzo), te propongo conocer más y reflexionar sobre la importancia de estos ecosistemas.
El bosque de Jadav Payeng
Jadav “Molai” Payeng vio su vida destruida cuando, siendo solo un adolescente de 16 años, una inundación excesiva arrasó con el estado de Assam, en la India. Las inundaciones no solo arrasaron las poblaciones humanas, sino que destruyeron sus cultivos y el equilibrio de la vida silvestre en esa zona.
El joven Payeng, sin conformarse a vivir las consecuencias de la catástrofe, decidió replantar el área. Para su proyecto escogió una isla a orillas del río Brahmaputra y comenzó a plantar árboles jóvenes todos los días, y así lo hizo durante treinta años. El resultado no podría ser más alentador: un bosque de 550 hectáreas.
Hoy el bosque que él construyó, conocido como “bosque Molai” en su nombre, es el hogar de tigres de Bengala, rinocerontes indios y más de un centenar de ciervos y conejos, así como monos y una gran variedad de aves. En 2015, Jadav Payeng fue galardonado con el premio Padma Shri, el cuarto premio civil más importante de la India.
Su ejemplo ilustra como una acción individual enfocada a la conservación y el bienestar puede tener resultados increíbles si ponemos la constancia y el amor necesarios.
Drones que plantan árboles
Recientemente ha sido noticia en Brasil, más específicamente en Río de Janeiro, que serían usados drones para acelerar la reforestación en esta área. El proyecto, impulsado por Morfo, está enfocado en plantar árboles en zonas de difícil acceso a mayor velocidad y precisión con el objetivo de mitigar los efectos del cambio climático.
Luego de analizar el suelo de la zona para determinar su calidad, y teniendo en cuenta las especies de plantas que mejor podrían prosperar en cada zona en concreto, una Inteligencia Artificial (IA) calcula la cantidad de plantas y su distribución. Luego, los drones diseminan las semillas, esparciendo cada uno 180 cápsulas en un minuto, una velocidad al menos cien veces más rápida de lo que podría lograrse de hacerse con trabajo humano.
Morfo, con experiencia reforestando con drones en otras zonas en Brasil, afirma que estas máquinas ayudan a un trabajo más eficiente, barato y seguro.
Casi la mitad del Amazonas podría desaparecer para 2050
Para el año 2050, hasta un 47% del Amazonas habría sufrido afectaciones irreversibles que podrían provocar la desaparición de esta masa boscosa significativamente, así lo ha afirmado un estudio publicado en Nature.
La investigación, que estudia los posibles umbrales críticos que conducirían a esta transformación irreversible, contó con la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y fue conducida por Bernardo Flores, representante de la Universidad Federal de Santa Catalina en Brasil.
El incremento de la temperatura global, la reducción de las precipitaciones, el alargamiento de la estación seca, la variabilidad estacional de las lluvias y la deforestación son puntos relacionados que podrían actuar entre sí, destruyendo este importante ecosistema.
Los niveles de deforestación y degradación en el Amazonas ya han superado el umbral seguro de 10% y presenta un 13% en la actualidad. El equipo de investigación estableció que si este nivel de destrucción llegara a 20% sería imposible restaurar el ecosistema tal como lo conocemos, lo que traería consecuencias catastróficas para todo el planeta donde el Amazonas es conocido como “su pulmón”.
Los árboles se comunican entre sí
Un estudio publicado recientemente en Nature Ecology & Evolution afirma que se ha comprobado la existencia de una red de comunicación natural entre los árboles que, además, es legada de generación en generación y así ha sido durante millones de años… Los expertos la han llamado “Wood Wide Web”, haciendo alusión al World Wide Web (internet).
El internet de los árboles funciona fundamentalmente a través de las raíces y está basado en “una red de micorrizas común que se forman cuando las hifas de hongos micorrízicos conectan las raíces de múltiples plantas de la misma o diferente especie bajo tierra”, afirma el estudio.
Ya anteriormente esta red había sido definida y explicada por, al menos, el experto en hongos Paul Stamets. Paul había trabajado durante años como guardabosques y desarrolló un especial interés por la observación de su funcionamiento a partir de su relación personal de investigación con los hongos.
Gracias al consumo de hongos mágicos, Paul tuvo un gran primer acercamiento a esta realidad perceptible naturalmente en un estado de suficiente atención de la conciencia. Una experiencia común que ha sido afirmada desde todos los tiempos: los árboles se comunican, han estado mucho más tiempo que los humanos en este planeta y, lógicamente, tenemos mucho que aprender de ellos...
Puedes profundizar en la experiencia de Paul Stamets y su trabajo con los bosques a través de los hongos en el documental Fantastic Fungie.
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