A sus 27 años, Dairon Li habla de las abejas como la pasión y el interés de un viejo apicultor. A pesar de ser aún muy joven, ya ha dedicado varios años al estudio, observación y trabajo con las colmenas. Recientemente ha comenzado en Cuba su propia empresa mielera, de nombre MieLi. Con ella pretende brindar a sus compradores una miel de alta calidad, a la vez que sensibilizarlos sobre el amor y el cuidado de este animal tan especial para los humanos.
Permacultor, músico, yogi, Dairon tiene mucho que contar. Aun así, el tema de las colmenas, sin dudas, parece unir todos sus intereses y, como una abeja él mismo, se le ve trabajar dedicado y enfocado en la producción de miel y el cuidado de las abejas. En la presente entrevista te propongo conocer un poco sobre su perspectiva sobre diferentes temas relacionados con la apicultura, así como sobre su proyecto personal MieLi en La Habana.
Ailén Rivero (AR): Cuéntame resumidamente cómo llegó la apicultura a tu vida y por qué decides dedicarte a esto.
Dairon Li (DL): La apicultura llega a mí en un momento de vacuidad en mi vida. Hace unos años atrás compartía una relación con una maravillosa mujer y juntos descubrimos que las abejas nos llamaban la atención...
Vivíamos en Bejucal en ese entonces, en la periferia del pueblo, en una finca poco trabajada pero muy fructífera, donde había muchos árboles de aguacates y mangos y debajo de estos árboles estaban ellas, las abejas. Eran aproximadamente 80 colmenas y para llegar a la puerta donde llamaba a mi maestro, había que pasar frente a las colmenas. La mayoría de las personas reaccionan asustados cuando están cerca de ellas; yo nunca tuve esta reacción. Me acercaba mucho a las colmenas y comenzaba a oler y a escuchar sus diversos sonidos…
Un día El Totí, mi maestro, me ve acercarme pero no me dice nada. Al día siguiente, le dije que estaban interesado en conocer lo que es trabajar con las abejas: él entró a la casa, removió unos tarecos y sacó un sombrero con una maya y un ahumador y me dijo "¿Ves esa colmena que está detrás de esa mata que está allí? Ábrela y revísala".
Me quedé frío y le dije "¿Pero qué tengo que revisar?", y él me respondió "Tú solo revisa´". Entonces, me mandé para la colmena. Comencé a sentir calores y fríos en el cuerpo, pero me acerqué y empecé a oler y a escuchar… Y luego me acerqué más, hasta que, abriendo la tapa, me picaron tres. Me tomé el tiempo de sentir a profundidad el dolor, poniendo mi mente atenta a ese momento del pinchazo: el corazón se me mandó, la picada libera un olor maravilloso y el dolor dura dos segundos y desaparece por completo dejando otras sensaciones que son soportadas por la mente…
Me puse a pensar y me dije "Me encanta!" y luego seguí, las revisé y las tapé con una despedida. Me acerqué a mi maestro y me dijo "Bien, comenzarás con 10 colmenas en Finca Amalia". En ese lugar me quedé por un año y medio trabajando con ellas todos los viernes…”.
AR: ¿Cómo es el mundo de las abejas? ¿Crees que son tan parecidas a la sociedad humana como dicen?
DL: Convivir con las abejas, si te sientes elegido, porque no todos se disponen a interactuar con ellas, te muestra que son seres de naturaleza fuerte y complejas de entender. Si no surge la conexión con ellas, no nos podemos concentrar en sus funciones y en lo que son. Primero, hay que entender que tienen una manera de defensa que debemos superar y, después, se abre un mundo de fantasías...
A decir verdad, no diría que que son parecidas a la sociedad humana, sino que nos identificamos con su organización. Su forma de organización viene de una información genética, que divide la función biofísica de cada una de las abejas, organizándolas de forma similar a castas: nacen biológicamente con una función en específico.
Nosotros como humanos hacemos esto a nivel mental: nos identificamos con patrones sociales y respondemos a ellos pero no cambiamos biológicamente, todos somos iguales y podemos hacer las funciones que hacen todo los demás. La mente mediante la modificación de la conciencia, la cual llamamos intelecto, recibe una información externa y a nivel de memoria nos identificamos.
Con respecto a las abejas, las obreras nacen biológicamente asexuales, sin un órgano que les permite reproducirse, su función es la construcción de la colmena, dividiéndose el trabajo de manera organizada; los sánganos nacen con el órgano masculino y su función es la fecundación a la Reina, pero no trabajan, no hacen miel, no tienen vejiga mielera; la Reina nace con el órgano sexual femenino y su función y capacidad es poner larvas en las celdas que preparan las obreras.
Las abejas son pura naturaleza biogenética; en nosotros es la naturaleza de la mente quien determina la sociedad. No tenemos nada en común, lo que nos identificamos…
AR: Crees que es posible beneficiarse de su miel y otros productos sin dañarlas, ¿cómo lo consigues tú?
DL: No somos los únicos seres vivos que tienen cierta relación con ellas, hay un sinnúmero de insectos, los cuales clasificamos como plagas, que en dos días pueden invadir y no dejar rastros de miel ni de crías, dejando al reino sin población, sin Reina, sin nada. Dos ejemplos de estos insectos son el gusano de la trasa y el ácaro varroa .También existen otras especies devastadoras para ellas que se aprovechan de su miel de una manera salvaje .
Nosotros los seres humanos tenemos una relación inteligente distinta a las demás especies.. Mediante la observación y la información tenemos la capacidad de eliminarle las plagas, aumentarle la población, reproducir miles de colmenas en pocos meses y extraerle la miel sin hacerles daño alguno: ellas se mantienen fuertes y activas.
El ser humano ha alcanzado cierto desarrollo con las abejas que pueden alargarle la vida a la colmena con el método de renovación de Reinas. Estos métodos de reproducción y manejos desarrollan la población de las abejas. Esta relación tan hermosa con las abejas es por el gusto de su miel y los beneficios que tiene y también de otros derivados de la misma. Nos hacen tan felices que le devolvemos, por supuesto, felicidad y salud a las abejas.
De la única manera que le estamos haciendo daño es porque cada día, con la desaparición de especies de plantas y árboles que las alimentan diariamente por estación, las estamos eliminando. En ocasiones no tienen alimentos por la deforestación y el cambio climático, a tal punto que la abeja llega a perder población y muere de enfermedades y plagas al cabo de un tiempo. Debemos detener la deforestación y sembrar bosques que incluyan flores melíferas que le aporte alimentación a las abejas.
AR: Cuéntame de tus proyectos, específicamente sobre MielLi…
DL: El proyecto MieLi es toda la experiencia que he tenido desde los 22 años hasta ahora, que tengo 27, con las abejas y con maestros de la apicultura que han pasado por mi vida y me han dejado sus conclusiones de toda su vida con las abejas…
MieLi se enfoca en alcanzar, con todo su potencial como producto, a muchas personas para que se acerquen un poco más a como funciona la naturaleza de las abejas, a la importancia que tienen para nuestro entorno y al porqué debemos protegerlas, ya que jugamos un papel más que importante en esa relación interespecífica que logramos con ellas y con la conciencia que modifica sus funciones como ser vivo.