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Medioambiente | Jennifer Albin: "En la Tierra somos uno más"

Gatos en Cuba.
Gatos en Cuba. | Imagen: Jennifer Albin

A veces prefiero no llamarlos “mascotas”, porque los animales de compañía en mi vida han sido amigos muy especiales, parte de mi familia y grandes maestros espirituales. Sin embargo, en el contexto de Cuba, en el que crecí y al cual quiero referirme en este trabajo, los animales no tienen derechos y enfrentan disímiles peligros

En trabajos anteriores me he referido a especies únicas del archipiélago cubano en peligro de extinción que, entre tantos problemas que enfrenta la sociedad a diario, su conservación necesaria ofrece una triste perspectiva amenazando con desaparecer para siempre especies únicas, las mismas que una vez hicieron expresar que aquella era “la tierra más hermosa que ojos humanos vieron…”.

Iniciativas individuales de activismo animalista han aparecido en la Isla en los últimos años, sobre todo en espacios urbanos, donde perros y gatos sobreviven en deplorables estados de salud y suelen morir atropellados sin que importe a casi nadie… Si este estado de los animales callejeros pudiera entenderse fácilmente como reflejo de un estado general de las cosas en el país, las iniciativas de cuidado y por los derechos de los animales, por su parte, ponen esperanza en esta compleja (y lenta) evolución de conciencia. 

La entrevista

Jennifer Albin es una psicóloga, fotógrafa y animalista cubana, de La Habana, que ha accedido a contarnos sobre su experiencia en el cuidado de animales callejeros. A la vez, compartimos las fotos que les ha hecho, un proyecto personal donde ha juntado sus diferentes intereses y herramientas para regalarnos una visión personal e íntima de lo que es convivir armoniosamente con otros seres:

¿Cuándo te interesas formalmente por la adopción de animales callejeros? Supongo que hayas tenido la experiencia de "cuidar una mascota" en la niñez. ¿Cuéntame sobre esos primeros acercamientos y tu relación actual con los animales que adoptas? 

“De pequeña, recuerdo que en casa había dos perros que me acompañaron toda la niñez. Había una Dóberman con la que jugaba desde la cuna, se podía decir, porque mi familia me decía de que ella jugaba conmigo y me mecía. Luego, cuando crecí más fue cuestión de jugar a los escondidos o correr por la casa. Cuando tuvo un accidente cuando cruzó la calle, un camión que iba muy rápido no pudo detenerse, Duma perdió la vida. Su hijo, Simba, me acompañó hasta mi período de estudio en la secundaria. 

“Luego, dos pekineses fueron más cercanos porque eran más pequeños y podían estar dentro de la misma casa. Ellos me acompañaron hasta la universidad. Pero hubo un momento en que la veterinaria amiga de la familia emigró y los hábitos familiares de cuidados no fueron tan incisivos…

“Por otra parte, una de mis tías siempre tuvo perritos y ahí me mantuve en contacto con otras especies más mestizas, al igual que con uno de mis primos que siempre tenía varios perros y otros animales de campo. En mi familia, también tuvimos Mastín Napolitanos, pero siempre estuvieron enfermos y no sé si se les atendía a tiempo o no, o si se les llevaba una dieta adecuada... 

Gatos en Cuba.
Gatos en Cuba. | Imagen: Jennifer Albin

Tener animales de una forma más dedicada...

“Fui más consciente de todos estos aspectos cuando los gatos llegaron a mi vida de forma real. Mi hermana fue la primera en adoptar nuestro primer gato. Luego de que nuestros pekineses nos dejaran, estuvimos un tiempo dedicadas al hecho de tener animales de nuevo en esa forma más dedicada.

“Milky fue adoptado durante la pandemia, y un día por casa de mi mamá se perdió y no aparecía. Estaba más cerca de lo que pensábamos, pero no fue hasta la noche durante la lluvia que quienes estaban implicados en su desaparición, aparecieron. Mi hermana se sentía muy sensible con eso, yo también, mucho, más cuando escuchaba cuentos de lo cotidiano que los vecinos y personas de la calle nos compartían. Es horrible lo que puede vivir un gato en la calle, y la maldad de las personas que no los respetan como seres vivos.

“Siento que somos responsables como seres humanos de la sobrepoblación que hay de gatos, y de perros también. Esos callejeros que hay, fue porque alguna persona los abandonó y no fue responsable antes de esterilizarlos. Es un ciclo que se repite con los animales de la calle. 

“Somos responsables, nosotros los domesticamos hace tiempo, los trajimos al hogar y fueron perdiendo costumbres de su estado completamente salvaje. Acá ni eso pueden volver a ser, porque ya ningún ambiente sería natural para ellos en ese sentido, mucho concreto en la ciudad, y en el campo tampoco es que haya fuentes de alimentación accesibles para la supervivencia porque no hay fauna abundante como para cumplir los estándares de la cadena alimenticia. 

Hay fauna en peligro de extinción y eso implica más cuidados también. Lo que es probable que pudiera suceder en el mar, por ejemplo, con la alimentación de algunos peces si se extinguen otros, produciría desbalance porque se rompe la cadena alimenticia y unos se reproducen más, pero acabarían con aquellos peces que también son necesarios en el ecosistema del mar. En el mundo, la sobrepoblación humana ha generado eso, y hace que la existencia de otras especies sea insostenible, lo que gran parte de la humanidad se cree dueña de todo, cuando en la Tierra somos uno más, y estamos negando nuestra responsabilidad sobre la vida de todos aquí y el caos que podemos provocar por lo que parecería una simple acción. 

Transición de animales callejeros para la adopción 

Gatos en Cuba.
Gatos en Cuba. | Imagen: Jennifer Albin

“Después de que Milky estuvo ya en casa, comencé a observar los gatos de alrededor. Mi primo me fue trayendo otros gatos, de otros lugares de La Habana, para hacerles la transición para la adopción a través de Colonia Aldama, XL Colonias o CeDA. Ahí fue cuando asumí esterilizar y curar a los gatos de afuera, eran tiempos complicados en que esa colonia, que no había sido atendida por nadie antes, se comenzó a enfermar de gripe felina, muy común en los gatos en determinados momentos del año. Fue complicado esterilizar porque al final solo tuve acceso a quienes fueron una generación más cercana a los humanos, los otros apenas se acercaban. Como no se dejaban atrapar, tampoco podía hacer más que darles o tirarles comida desde la ventana, aun cuando necesitaban atención veterinaria con urgencia debido a enfermedades desconocidas, envenenamientos o quemaduras por aceite...

“La mayoría de mis gatos actuales fueron adoptados de esta misma colonia. Por enfermedades raras perdimos a dos gatitos que habíamos adoptado, pero esa fue una alerta para el cuidado de los demás, y así pudimos salvar a otro gatito, que al final adoptamos también, que tenía los mismos síntomas de estos dos, pero en cambio nos esforzamos al máximo y pudimos salvarlo.

“Esto conllevó a muchos meses de estrés, no muchos veterinarios son expertos en gatos y los tratan como si fueran perros, pero los perros son otra especie y de distintos tamaños y fortalezas, por lo que a un gato no se le puede tratar igual ni considerar mismas dosis, aunque tengan pesos corporales similares”. 

Trabajo individual y colectivo: dos claves para el aportar al bienestar animal

Cuéntame del trabajo en estos proyectos en Cuba, ¿cuáles son los retos principales que enfrentan? ¿qué puntos fuertes podrías señalar?

“Fui voluntaria de Colonia Aldama a través de mi primo, y también había casos de gatitos que se vinculaban con otros de estos proyectos. Durante la pandemia, apoyaba junto a mi hermana en lo que podía desde Santiago de Las Vegas (Boyeros).

“La tarea de estar en alguna de estas organizaciones y proyectos requiere de estar activo para que exista desarrollo individual en el sentido de las habilidades que uno debe alcanzar para tener mejores resultados en los rescates y se logren progreso. También desarrollo colectivo, por todo lo que implica planificar los tiempos y estar en sintonía para la distribución de tareas en un momento determinado, y que se pueda contar con las personas disponibles en ese momento y dar una respuesta rápida en dependencia de la situación.

“Juntando ambos desarrollos es cómo se propician metas cada vez más alcanzables y se logra motivación que también transmite un mensaje para todos y todas que puede implicar a la idea de que sí es posible hacer algo. El pedacito que una persona puede contribuir aporta al plan mayor con respecto al verdadero bienestar animal. Esto, a grandes rasgos, no se puede lograr sin el colectivo. 

Las personas pueden hacer la diferencia, pero no todos lo han interiorizado porque no es de su interés, o porque no fue algo inculcado. Cada uno sigue su propio camino y descubre a su tiempo lo que siente sobre los animales. 

“A veces se deposita la responsabilidad en los otros, en los animalistas, cuando uno también puede hacer, colaborar. Si no puede hacerlo en un sentido económico, puede hacerlo en lo operativo, o en informar-trasladar, o compartir las publicaciones, generar debates positivos al respecto, crear conciencia en el barrio, en los niños, niñas y adolescentes, porque en las próximas generaciones hay esperanza de que sean mejores que uno mismo…

Reconociendo los límites del cuidado para mantener la salud: trastorno de acumulación compulsiva de animales

Gatos en Cuba.
Gatos en Cuba. | Imagen: Jennifer Albin

Estar en alguna de estas organizaciones animalistas requiere de mucha disposición emocional, tiempo disponible, recursos materiales, intelectuales y humanos, gestiones, malabares, no es cosa fácil y tampoco imposible. Sucede igual cuando uno intenta ser independiente, en este caso depende mucho de los pasos que puedas dar, ir a tu tiempo, hacer lo posible, y a veces no es bueno comprometerse con hacer más de lo que realmente puedas. 

“Hay deseos de hacer, pero a veces hay que reconocer los límites y delegar a otros los rescates y tenencia de los mismos.  Es cierto que los animales de compañía pueden generar mucho bienestar y apoyo emocional a los humanos, pero cuando sobrepasan de una cierta cantidad se necesita más de otros tipos de aseguramientos constantes. A veces no se piensa a largo plazo esa sostenibilidad de la alimentación, estilo de vida y alimentación balanceada de los mismos. 

“A veces se pueden volver difusos los límites entre la salud y la enfermedad de la persona implicada en estos cuidados. Existe el trastorno de acumulación compulsiva de animales, con características vinculadas al trastorno de acumulación compulsiva en sí mismo, aunque este se trata de acumulación de un gran número de animales, llegando al punto en que no se les proporciona una adecuada alimentación, sanidad y atención veterinaria a pesar de su deterioro, ya sea desnutrición o enfermedad, ni un entorno adecuado. Ejemplo de ello sería el hacinamiento extremo y las condiciones altamente insalubres. 

“El grado de conciencia de la enfermedad varía, y una parte de estas personas reconocen acerca de estos comportamientos problemáticos, pero otras personas no lo hacen. Los estudios revelan que el 90% de los enfermos viven solos o han sufrido algún suceso traumático de suma relevancia, y la media de edad supera en el 63% de los casos los 65 años, referido en OkDiario de España. 

“Sobre estos datos, no se han indagado como tal la situación en Cuba, y creo que durante y después de la pandemia se acrecentaron las situaciones de precariedad en este sentido por las limitaciones económicas que aún mantienen vigente una inflación. 

Adopción responsable: retos en el contexto de Cuba. La migración

Gatos en Cuba.
Gatos en Cuba. | Imagen: Jennifer Albin

“En Cuba, hacer todo lo posible por mantener a un gran número de animales es una hazaña y más estar persistentes durante todo el proceso. Pasa que también llega un momento de no disponer de suficientes apoyos, y en el peor de los casos la aparición de problemas de salud tanto física como mental que también pueden ser la causa de dejar desamparados a estos animalitos.

“Los colegas suelen hacer lo posible por sacarlos del lugar para trasladarlos y que tengan nueva reubicación, pero los animalitos saben, y algunos solo se adaptan a la persona que los cuida, principalmente los gatos, que los más distantes depositan su confianza en pocas personas. A veces en esta situación no se logran atrapar a todos, y lo más triste en ocasiones es cuando hay una familia de por medio, ya sea de origen o descendencia, que no tiene los mismos valores de la persona y no asume esa responsabilidad, y simplemente no colabora en el proceso para que sean más fáciles las alternativas posibles. 

La migración de los cubanos ha influido en el incremento de los abandonos porque muchos dejan sus animales atrás, y a veces no se gestiona una adopción en tiempo. Igual la problemática de la adopción es que ha habido momentos que, como la población ha estado en movimiento, se ve afectada la decisión de una adopción responsable. Hay quien adopta irresponsablemente sabiendo que al año ya no estará en Cuba, o teniendo planes de emigrar sin contar con la posibilidad de costear los gastos o comenzar a hacer las gestiones para trasladar a sus animales también. Tampoco todos quienes emigran viajan en las mismas condiciones ni con las seguridades requeridas ni para su propio bienestar.

Algunos resguardan a sus animales con sus familiares hasta poder garantizarles un reencuentro o simplemente se queda en la familia sin garantías de ver pronto a su humano.

“Por tanto, debe lograrse en algún punto una estabilidad que permita involucrar que más animalistas y aliadosestén presentes, y familias que puedan continuar adoptando y de asegurarse de esterilizar a sus animales. Además de ayudar al perro o al gato de la esquina, al menos de vez en cuando, y que no sea indiferente ante el posible abuso/agresión de otros”.  

Un Decreto Ley no es suficiente

¿A partir de la creciente presencia de este tipo de organizaciones o iniciativas individuales animalistas en Cuba, crees que ha habido un cambio o podría haber un cambio en leyes o proyectos encaminados a proteger y cuidar a los animales que conviven con los humanos en los espacios urbanos? 

“Estos cambios lo percibo más en los animales que sí se han podido salvar de las calles o mantener como animales comunitarios. Habrá cambio en la medida que las personas también cambien, que la comunidad se transforme. 

“Existen estas organizaciones, proyectos e iniciativas individuales, y funcionan como funcionan gracias a las personas que están ahí, pero nunca será suficiente la acción de una minoría, que se encuentra sobrecargada porque la problemática parece nunca acabar. 

“Tampoco tiene la misma representación ni recursos en otras provincias fuera de La Habana, aunque existan quienes sí continúen haciendo lo posible desde ahí. Un Decreto Ley no es suficiente, porque aún no tiene los mecanismos eficientes para regular su cumplimiento ni los delitos ante los animales…

Sobre la esclavitud animal

“Se deja afuera la atención específica a los animales que no son de compañía, los que están en la calle como transporte, los que están en los zoológicos, en los acuarios, en las fincas. A veces me pregunto cuándo comenzaremos a pensar en un tratamiento más ético en relación a ellos, cuándo será posible la eliminación de la esclavitud animal. 

“Existen artilugios agrícolas, con sistemas eléctricos, así como otros medios de transporte, ¿Por qué mantener a los caballos, yeguas, bueyes, bajo el sol, con peso más alto del que pueden soportar, con horas de hambre y sed por los grandes recorridos? ¿Por qué se siguen cometiendo errores con los animales con los que los humanos lucran por mostrarlos, sin tener en cuenta las implicaciones de un área estrecha en que está hacinado con otros animales, que ni siquiera se asemeja a las condiciones naturales en que vive la especie, que no tienen la limpieza adecuada, que también afrontan los atisbos de ser prisioneros de por vida, sin la posibilidad de que exista al menos un flujo de traslados en que sean regresados a su hábitat…?

“También detrás de los espectáculos de malabares y similares que hacen con algunos animales, tipo circo, se crea a base de condicionamiento a través de la comida para que realicen esas acrobacias… Y el punto de esto es que la generación que se sienta a verlos piensa que ellos son amigos de sus entrenadores o dueños, y pudiera ser posible, pero es tortuoso vivir lo mismo durante 15 años y que su vida no haya cambiado en nada, sin conocer lo que es ser ellos libremente siguiendo sus instintos, y no que hayan sido manipulados con el objetivo de entretener...

“Probablemente haya sido así esa esclavitud animal durante el tiempo en que el ser humano decidió que era un ser superior, pero a fin de cuentas los animales son tan dignos de existir y tener un desarrollo pleno tal como el ser humano orienta todo su desarrollo tecnológico, de la ciencia, hacia su propia salud y proliferación en muchos sentidos. Hablando de la salud humana, también está implicada la cuestión de cómo es el manejo real en cuanto a las pruebas testadas en torno a la creación de los cosméticos, productos de higiene y productos farmacéuticos, donde se comprueba o donde dicen estos productos que sean Cruelty Free

“Esto no es algo que solo logre la comunidad poco a poco, o por el desarrollo de conciencia sobre el bienestar animal de la población, hay acciones que deben ser reguladas por una autoridad que asuma su homología. Ejemplo son organizaciones como PETA, que tenga poder decisor y vele con policías protectores de animales a que se cumpla lo ya establecido, pero que también que se sometan a cambios que se vayan adecuando cada vez más al contexto y a las políticas más universales que protegen y benefician a los animales en su totalidad. 

El vigente Decreto Ley cubano responde a necesidades, pero quizás a necesidades percibidas a través de los años, también hay necesidades sentidas por quienes aman a los animales que también deberían someterse a evaluación para ser incluidas en próximas modificaciones, y que tampoco tarden mucho porque hay animales que necesitan de nuestro apoyo”.

¡Adopta un animal callejero!

Si quisieras explicarle a alguien cómo es vivir con un gato, por ejemplo, para alentarlo a adoptar, ¿qué le dirías?

Vivir con un gato puede ser lindo, pero también es importante aprender a dejar ir, porque hay cosas que pueden terminar en el suelo y no tener solución. Eso no quita de que no adoptes, sino que hay que prever adaptar el espacio a ellos y que sea más catfriendly y a la vez tener el equilibrio con las cosas que pueden ser más humanfriendly

“Cuando se tiene un animal de compañía ya el hogar no se trata solo de nosotros, se trata de un compañero de vida, que si lo quieres, lo amas, harás todo lo posible siempre. Las enseñanzas desde pequeños, y si son adoptados de adultos, son importantes, pero cada relación con humanos es nueva para ellos, así que si eres su humano irá entendiendo tu lenguaje y creando códigos propios para comunicarse”.

 

Ailén Rivero

Ailén Rivero

(Cuba, 1996). Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana (Cuba, 2019). Instructora de Yoga (Anand Kundalini, Argentina, 2020), especializada en yoga para embarazadas (Quinta Do Rajo, Portugal 2022). Con la iniciativa Proyecto Semilla promueve un estilo de vida saludable a partir de la filosofía yóguica.

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