Hemos ido al encuentro de Tania Bruguera en una calle de La Habana. La pudimos entrevistar, con el ruido de su ciudad de fondo. Y lo primero que nos vino a la mente fue, casi sin pensar, esa curiosidad que generalmente provoca, entre los cubanos residentes en la isla, una figura de tanto reconocimiento, como ella, con oportunidad de viajar y residir en otras grandes ciudades del mundo, pero que siempre regresa a la isla. Parece más significativo, en su caso, porque Bruguera mantiene residencia en Cuba a pesar de la censura que recae sobre su persona y su trabajo. Ella ha sufrido fuertes represalias por las connotaciones políticas de su arte en defensa de los derechos humanos y, por supuesto, no recibe ninguna promoción ni colaboración de las instituciones oficiales.
Conversamos en un descanso del taller que conduce para jóvenes artistas en una “sede” improvisada que va desde los bancos del paseo de El Prado hasta la casa-taller de un colega. Trata de burlar así el hostigamiento. Nosotros, aprovechamos una tregua que se abre en un debate espontáneo sobre los pronósticos para Cuba, y la invitamos a dialogar con Árbol Invertido.
Su preocupación por el control al arte, a los artistas, y a la voluntad cívica en general, se revela con mayor vigencia en el entorno de la sociedad cubana actual, en medio del proceso de aprobación de una nueva Constitución y, al mismo tiempo, ante la puesta en vigor del Decreto Ley 349 que pretende ilegalizar al arte independiente.
¿Cuál es la responsabilidad del arte y los artistas con el futuro de Cuba? ¿Cuál es su opinión sobre el arte cubano actual?
“Yo pienso —nos dice Bruguera— que todo cubano que ha tenido la oportunidad de salir de Cuba, de experimentar otras realidades, de tener un espacio mental para repensarse a sí mismo y repensar su relación con la sociedad y con todo, con la Revolución, con sus amistades, con el sistema económico y social que existe en su país, tiene también la obligación de compartir esos procesos con otros que quizás no han salido o que quizás no han podido leer un libro, y crear un diálogo colectivo sobre un posible futuro. Un futuro que solo se va a dar cuando salgamos de estructuras que nos han metido en la cabeza, de estructuras que repetimos de manera casi automática, sin pensar”.
“Solo vamos a salir de la situación en que estamos —añade— cuando pensemos y nos planifiquemos. Yo creo que tenemos que dejar de reaccionar y dejar de quejarnos para convertirnos en un grupo de personas que estudien lo que está pasando y entiendan cómo pueden convertir sus deseos en acciones cívicas para que entonces la sociedad responda a todos y no solo a un grupito”.
Estas y otras declaraciones que invitan a la reflexión, como su concepto del “artivismo” y su opinión sobre el uso que se diera oficialmente al mercado del arte para limitar las inquietudes de artistas incómodos, pueden verse en el video “Argumentos del arte. Entrevista a Tania Bruguera”, preparado por el equipo realizador de nuestra revista.
Tania Bruguera, Luis Manuel Otero Alcántara y otros participantes en taller del Instituto de artivismo Hannat Arendt, La Habana, 2018.