La Habana (ai)— Este 25 de noviembre, mientras los 14 estaban acuartelados en San Isidro, ocurrió un evento muy singular. En el Santuario Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, en Centro Habana, a las 3:30pm, se reunieron un grupo de religiosos, religiosas, sacerdotes y diáconos para rezar por Cuba. Unidos en el vínculo con la virgen y Dios, reflexionaron sobre la necesidad de la comprensión y el diálogo para crear vínculos de hermandad en el pueblo cubano.
Se necesita el diálogo en la isla de Cuba. Sí, es necesario que nos ampare la posibilidad de la comunicación, de la reflexión y de la coexistencia de ideas que no tienen que ser necesariamente iguales. Es una urgencia la polifonía en una isla uniforme. En estos tiempos de noviembre, La Habana ha estado tensa: los jóvenes periodistas, activistas e intelectuales que estuvieron acuartelados en la calle Damas 955 entre San Isidro y Avenida del Puerto, han apostado por el diálogo y el continuo activismo para el cese de la violencia de estado hacia los que tienen ideas diferentes. Desde la detención arbitraria de Denis Solís, y las continuas muestras de violencias y terror que ha aplicado la Seguridad del Estado a todo el que se ha pronunciado, dejan muestras que la represión es el modus operandi del gobierno contra las diferencias. De hecho, es sabido que dos hermanas de la Caridad asistieron a la sede de San isidro para ayudar desde la oración y a acompañar a los huelgusitas en ese momento de sufrimiento, sin embargo su entrada fue bloqueada por la Seguridad del Estado.
La basílica menor tuvo un ambiente de oración, donde prevaleció la necesidad de implementar el diálogo como derecho humano. Se abogó por la fraternidad y la comunión para hacer mejor al país. De igual forma, más allá de la situación con respecto a los jóvenes acuartelados en la sede del MSI, fue un momento de oración por el entendimiento, para detenernos a pensar en los que sufren y en los que son cuestionados por sus ideas.
Amén de los silencios, la iglesia se pronunció con un discurso de amor, avalando el diálogo y el respeto por el otro como las vías más idóneas para la creación de un civismo real.
Reportaje fotográfico: Adrián Martínez Cádiz.