Ocho recién nacidos murieron en el Hospital Ginecobstétrico del municipio habanero Diez de Octubre, conocido popularmente como “Hijas de Galicia”, en los primeros 16 días de enero de 2023, según el Ministerio de Salud Publica (MINSAP), que informó del lamentable acontecimiento en una nota publicada este lunes en su sitio web.
Según la institución, cuatro de los recién nacidos fallecieron entre el 11 y 16 de enero, con signos presuntivos de sepsis (afección médica grave, causada por la respuesta inmunitaria fulminante a una infección), mientras que el resto de las muertes fueron asociadas a “otras causas relacionadas con su delicado estado de salud”, como bajo peso al nacer y prematuridad.
El MINSAP también aclaró que “se han adoptado medidas para hacer frente a esa situación y se cuenta con los recursos necesarios para atender a los recién nacidos”, mientras, aseguró que una Comisión Nacional investiga las causas de este suceso.
Un día antes del comunicado, el usuario de Facebook Carlos Noel Rodríguez González publicó:
“Necesito ayuda, amigos. La hija de mi esposa tiene 39 semanas propuesta para inducirle el parto a partir de mañana por problemas de alta presión arterial. Está en Hijas de Galicia; pero de ayer para hoy parece que existen serios problemas en sus servicios que están evacuando el hospital sin explicación alguna. Somos de Centro Habana y la evacuación es para Aballi, Nacional o Maternidad Obrera”.
EN CONTEXTO:
La Dirección de Registros Médicos y Estadísticas del MINSAP informó que, en 2022, la tasa de mortalidad infantil en Cuba fue de 7,5 por cada mil nacidos vivos, con 39 defunciones menos que en 2021, año en que se reportó la tasa más elevada de los últimos tiempos (7,6 por cada mil).
En La Habana, la mortalidad infantil fue incluso superior, con 9,5 fallecidos por cada mil nacidos vivos, superada solamente por las provincias de Guantánamo (9,7), Santiago de Cuba (9,9) y Mayabeque (12,2).
Estas tasas son considerablemente más altas a nivel nacional que las de 2017 y 2018, con cuatro fallecidos por cada mil nacidos vivos, la de 2019 (5) y la de 2020 (4,9).
A pesar de estas cifras ser más elevadas que los registros históricos de Cuba, las inversiones estatales en el sector de la Salud Pública siguen siendo considerablemente menores (0,8%) a las de los servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler, que concentraron, en 2021, el 45,5%.
El ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, aseguró, en julio de 2022, que el incremento de la mortalidad infantil coincidía con las estadísticas provocadas por la Covid-19. Además, señaló como algunos factores para tener en cuenta respecto al fallecimiento de recién nacidos a las hemorragias, los nacimientos con bajo peso y las altas tasas de embarazos en la adolescencia.
Más de un 17% de los nacimientos en Cuba corresponden a mujeres menores de 20 años, llegando a números superiores en varias provincias del país.
Algunas de las principales causas del fallecimiento de recién nacidos en hospitales cubanos fueron las afecciones perinatales, relacionadas con el bajo peso al nacer, la prematuridad, el retardo del crecimiento intrauterino y las sepsis.
Al cierre del 15 de enero de 2023, el índice de bajo peso al nacer en La Habana era de 8,04 por cada 1.000 nacidos vivos, cifra superior a la de igual fecha del 2022 (7,95). Además, el índice de prematuridad, en los últimos diez años, se ha comportado alrededor del 5%.
“Hablamos de niños que tienen condiciones médicas, factores de riesgo importantes. Lo normal es que nazcan a término, entre las semanas 37 y 42 de vida. Si nace antes, el bebé es inmaduro y su comportamiento no es igual al de otros pacientes, pues está inmunodeprimido y más vulnerable a padecer complicaciones médicas”, aclaró la Dra. Yaima Rodríguez Espinosa, jefa de la sección Materno-Infantil de La Habana.
Según el artículo “La prematuridad: un problema pendiente de solución”, publicado en 2021 en la Revista Cubana de Pediatría, por el profesor Fernando Domínguez Dieppa, del Hospital Docente Ginecobstétrico Ramon González Coro:
“Las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la atención prenatal incluyen intervenciones esenciales que ayudan a prevenir el parto prematuro, como el asesoramiento sobre la dieta saludable y la nutrición óptima, o el consumo de tabaco y otras sustancias; las mediciones ecográficas del feto, que ayudan a determinar la edad gestacional y a detectar los embarazos múltiples, y un mínimo de ocho contactos con profesionales sanitarios a lo largo del embarazo, a fin de identificar y tratar otros factores de riesgo como las infecciones que pueda propiciar a desarrollar una hipertensión”.
Respecto a las cifras de recién nacidos con bajo peso, la doctora Rodríguez Espinosa aclaró que “es un indicador que se resiste a disminuir y en el que influyen (…) condiciones maternas desfavorables, los hábitos alimentarios, la obesidad, el embarazo en la adolescencia, el consumo de tabaco y la desnutrición…”.
VIOLENCIA OBSTÉTRICA: PARTOS ROTOS
Una investigación realizada en 2022 por las periodistas independientes Isabel Echemendía, Claudia Padrón, Darcy Borrero y otras dos residentes en Cuba, cuyos nombres no fueron expuestos por motivos de seguridad, recopiló información sobre más de 514 partos ocurridos en el país desde los años 60 hasta el 2021, aunque el 82% de las respuestas fueron de los últimos 21 años.
Los resultados de la investigación, que puede encontrarse a profundidad en el sitio partoscuba.info, arrojaron, entre otros, “que en Cuba ‘rutinariamente’ las embarazadas son sometidas a prácticas y a políticas que son ‘violencia física y de género’”
“Muchas madres coinciden en que la falta de información y ser ignoradas fueron las muestras de violencia que más padecieron. Un 69% dijo que no recibió psicoprofilaxis, o sea, que no les explicaron cómo sería el proceso de embarazo, parto y la etapa posterior al alumbramiento. Y una vez ingresadas, casi el 80% de los cuestionarios recopilados apuntan a que las madres no fueron informadas sobre su estado de salud durante el parto. Solo el 52% confirmó que le pidieron consentimiento para todos los procedimientos que realizaron a ellas y a sus bebés durante el parto”, aseguró la publicación.
Según confirmaron los testimonios, entre las formas más comunes de maltratos en los partos, estuvieron: ignorar a las embarazadas, negarles analgésicos, llamarlas por calificativos ofensivos, culparlas por inconvenientes y hablarles de modo grosero. Aunque en menor medida, las madres también declararon, en algunos casos, haber sido víctimas de golpes, sacudidas, empujones, amenazas y burlas.
La investigación también apunta a la existencia en hospitales cubanos de procedimientos médicos inadecuados en los partos, como la práctica “indiscriminada” de la episiotomía (un corte en el perineo que pudiera facilitar el parto, que debe realizarse solo en casos necesarios); procedimiento al que fueron sometidas el 76% de las madres encuestadas.
Nota publicada originalmente en la revista Alas Tensas.
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