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Si no hubiera más de once millones de personas sufriendo en vivo cada entrega, resistiéndose a que una tragedia cotidiana se convierta en motivo de risa, quizás los shows repetitivos de la política cubana harían palidecer el éxito de comedias de la talla de Friends. Cualquiera pensaría que el espíritu luminoso de Mr. Bean ha extendido su poder imbecilizador sobre la geografía cubana.
Videoclips de respuesta rápida
A mediados de febrero de 2021, el Consejo de Estado en pleno aún se lamía las heridas morales provocadas por el acuartelamiento de un grupo de artistas, en su mayoría miembros del Movimiento San Isidro, cuando varios músicos cubanos publicaron en Youtube la canción de género urbano “Patria y Vida”. A partir de ese instante, el enfrentamiento entre oposición y gobierno cobró ritmo, literalmente. Se movilizó al talento local desde el Ministerio de Cultura para salir al contraataque, con una campaña que alcanzó peligrosos picos de ridiculez, como unos policías rapeando consignas.
Cierta ciberclaria llamó a Yotuel “un negrito limpiabotas”, a lo que este respondió “prefiero limpiarlas que lamerlas”. Tal vez por eso, Raúl Torres, embutido en una simbólica guayabera, fue el artista escogido en representación del gusto revolucionario, para disputarle a Yotuel la preferencia popular, con el tema: “Patria o muerte por la vida”, lanzado desde el sitio oficialista Cubadebate. Enseguida el impacto en la audiencia no pudo ser más explícito: en pocas semanas, “Patria o muerte...” acumulaba más de cien mil “No me gusta”, y siguió rompiendo récords de dislikes.
Miguel Díaz Canel, provocado por la misma melodía, se erigió en protagonista de la primera tontería estatal del año, en la VI Cumbre de Jefes de Estados Latinoamericanos y Caribeños, cuando, ante la denuncia hecha por Lacalle, presidente del Uruguay, sobre la falta de libertades en Cuba (con una cita de un fragmento de “Patria y Vida”), quiso dejar atrás cualquier timidez para ponerse la toga de experto y censor artístico, y ripostó: “Parece que Lacalle tiene muy mal gusto musical”. La ambigüedad del presidente cubano entre derechos humanos y estética, continuaría bajo sospecha, con el Grammy Latino ganado por “Patria y Vida” como tema del año, o la inclusión de la misma canción por Obama en su playlist del año, un gesto que el grupo Gente de Zona agradeció en las redes: “Obama, usted sí tiene buen gusto”.
En el mayor clímax de esta pérdida del miedo al ridículo, vimos a policías rapeando en televisión. Y en un momento antológico de esta tontería en serie, el músico Raúl Torres, muy venido arriba, profetizó que la Revolución iba a durar algo así como “Trescientos mil milenios...”
Ministro de cultura karateca
Un irascible Ministro de Cultura, Alpidio Alonso, harto de que a los jóvenes artistas cubanos les diera por reunirse, pedir diálogo, y hacerlo nada menos que enfrente de sus oficinas, quiso sembrar el pánico con una demostración de Karate que tomó desprevenidos incluso a los más resabiosos investigadores de sus virtudes como improvisador de décimas folclóricas.
La directa final de Ignacio
Ignacio Giménez Cuba, un personaje que poco a poco fue convirtiéndose en tema de conversación en la isla y ganando terreno en la mente de los cubanos, comenzó a brillar lentamente desde la vieja España, hasta transformar su débil resplandor inicial en la luz que terminó por encandilar a un número indeterminado de cubanos de dentro y de fuera, con la promesa de 200 mil millones de dólares propiedad del gobierno que estaban casi en su poder. El fin de todo sería anunciado a través de una directa de seis horas que todavía esperamos, porque el libertador nunca volvió a aparecer.
Mia Khalifa vs. Díaz-Canel
Los primeros días de julio estuvieron marcados por la batalla moral entre la ex actriz porno Mia Khalifa y el presidente cubano. Poco después de que Khalifa publicara un video en el llamaba a Diaz-Canel singao, cabrón e hijo de puta, en un español muy comprensible. El mandatario entendió que lo había llamado “tirano”.
Díaz-Canel, brazo armado del Partido
El mismo día que la actriz libanesa publicara su mensaje, miles de cubanos se lanzaron a las calles en toda la isla y a Diaz-Canel se le metió dentro el espíritu de Allende, y puede que hasta el de El Che, y temblando como una gelatina llamó desde la televisión nacional a que los comunistas salieran a las calles a enfrentar a los manifestantes. Menos él y dos o tres más, el resto de los habitantes del planeta interpretaron sus palabras como un llamado a la violencia. Todavía lo niega cuando le preguntan.
La desaparición del último Mesías
Pero, tal vez la inocentada de mayor envergadura en 2021, la coprotagonizó el propio pueblo cubano, cuando apareció en escena el actor y dramaturgo Yunior García Aguilera para convencer a media Cuba de que una marcha pacífica acabaría el trabajo comenzado por los manifestantes del 11 de julio de 2021.
¿Imaginaba Yunior que Díaz Canel, al ver al pueblo marchar indignado, se frotaría las manos, lleno de nerviosismo, y abandonaría su puesto entre sollozos, para facilitar la construcción de un país democrático y todo eso?
Lo cierto es que, después de encontrar unas palomas guillotinadas en la puerta de su casa, y tras verse sitiado con su familia en medio de los acostumbrados actos de repudio organizados por el régimen, el actor desapareció, de pronto, un día antes de la fecha propuesta por él mismo para la marcha general. Este acto causó gran alarma entre sus seguidores que imaginaban lo peor y pedían una prueba de vida. Y la prueba llegó, desde el otro lado del Atlántico, cuando el actor reapareció... en España.
El suceso dio pie a intensos debates, sobre si Yunior había sido apenas alguien demasiado cándido, al confiar en la legalidad del país, o si pasó algo más oscuro detrás, después de sus demostraciones de valentía al anunciar que marcharía en solitario. Un misterio seguiría resistiéndose a soluciones fáciles: cómo consiguió marcharse en un solo día a Madrid, a pesar del acoso policial, el cierre entonces de la embajada española, la pandemia del Covid y dos o tres obstáculos más.
Explicación macarrónica sobre la extinción del cerdo
Muchos cubanos aún intentan reponerse del daño causado por su irresponsabilidad, pero eso no impide que se diviertan con la desastrosa aparición televisiva de la directora de economía y planificación de Guantánamo y su cantinfleo en público o con el coordinador de programas del gobierno provincial de Cienfuegos explicando que el puerco no existe.
¿Pasión presidencial oculta?
Al presidente se le ocurrió tuitear una felicitación de cumpleaños al cantante Amaury Pérez con una foto en la que ambos aparecían tomados de la mano de una manera más íntima de lo que cualquier protocolo oficial permitiría. La foto desapareció de la cuenta presidencial.
¿El culpable? El apetito cubano
Para enriquecer aún más a diciembre, el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, publicó un artículo del fraile dominico brasileño Frei Betto, en el que afirmó que “en Cuba no hay hambre. ¡Pero los cubanos tienen mucho apetito!”. Este religioso comunista, autor de más de 50 libros de diversos géneros literarios y de temas religiosos, teólogo de la liberación y antiguo colaborador de la organización guerrillera brasileña Acción Libertadora Nacional, basó su afirmación en la experiencia adquirida durante las dos semanas que pasó en Cuba como asesor gubernamental del programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional.
Al parecer, basado en su experiencia personal como invitado del Supremo en la isla paradisiaca que tenían en mente los guerrilleros latinoamericanos, su diagnóstico final no pudo ser menos espiritualista: para resolver el problema alimentario en Cuba, ya no habría que producir alimentos o llenar las desiertas estanterías de los mercados de la isla, sino domar y erradicar el apetito de las masas. Un cubano con estómago más reducido: inesperado aporte de Frei Betto a la utopía comunista del “hombre nuevo”.
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